lunes, 8 de diciembre de 2014

SHŌGI




MATERIAL: MADERA

TIPO: ARTESANIA TALLADA A MANO

ORIGEN: JAPON               AÑO: 2014


TABLERO DE 81 ESCAQUES DE 26 x 26 x 4.8 cm.


OBSEQUIO: MARIA DE LOURDES MEDINA CARRERA
Adquirido en JOCS MALLART- Barcelona
(actualización junio 2019 )



FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS, MAYO 2017

“El shōgi (shōgi 将棋, el juego de mesa de los generales) popularmente conocido como ajedrez japonés.  
 
Una de las pistas de la presencia de variantes del ajedrez en Japón fue el descubrimiento de 16 piezas de madera parecidas a las fichas actuales, fueron encontradas en la Prefectura de Nara, en el templo de Kōfuku-ji. ​ Las piezas han sido datadas alrededor del año 1058 d. C., y según Kimura es factible que el juego haya llegado unos cuatro siglos atrás. 



El juego actual está basado en el Heian shōgi. El investigador del Instituto de Arqueología de la Prefectura de Nara, Kōji Shimizu, mencionó que las piezas del Heian shōgi son las mismas del juego chaturanga pero con un agregado especial relacionado a simbolismos budistas (jade, oro, incienso, plata, etc.). 

José Brunet y Bellet en "El Ajedrez- Investigaciones sobre su origen" (Barcelona 1890) señala que los japoneses llaman al ajedrez ´Juego del Stratego´ o del ´General- Schoo´, e indica la piezas y su ubicación.
 
Cerca del año 1899 se comenzó a publicar en periódicos el historial de las partidas y movimientos del juego. Este hecho contribuiría enormemente al desarrollo del sistema actual de juego profesional, en tanto escribir columnas sobre shōgi empezó a ser un trabajo bien pago, brindándole a los jugadores la posibilidad de ganarse la vida.  Estos fueron pues los primeros jugadores profesionales. Las columnas en los periódicos también tuvieron como resultado un aumento en la popularidad del shōgi entre el público y un aumento en la calidad del juego, pues los maestros podían cobrar tarifas más altas por sus artículos. ​ Esto también llevó a que varios jugadores se unieran en alianzas para lograr que sus juegos fueran publicados. En 1924 se fundó la Asociación de Shōgi de Tokio, la versión original de la actual Asociación Japonesa de Shōgi. (wiki)



  
 
ChessPoint Charlie♟️‏ @thepointcharlie junio 14-2019
« #Shogi #Japan #Culture #PhiloFairPlay #Samouraï #将棋 #ゲーム

 

FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS, DICIEMBRE 2016

"Posición de una partida del ajedrez japones Shogi, también llamado Juego del General.  El Shogi pasó en el siglo VIII de Corea a Japón."
FINKENZELLER, R (1989).- "AJEDREZ 2000 AÑOS DE HISTORIA",
GRUPO ANAYA S.A. MADRID- ESPAÑA Pág. 182



FOTOGRAFIA: CAMILA COELLAR MEDINA, AGOSTO 2014

Lo adquirimos con Maria de Lourdes en Barcelona en una casa especializada en la venta de juegos de mesa. 

Recorriendo el Barrio Gótico de Barcelona, junto a la parada de Metro Jaume I encontramos Jocs Mallart.  ¡Dentro uno pierde la cabeza!!.  Realmente uno no sabe por donde empezar!! Más de 500 juegos... es imposible admirarlos todos.   Somos recibidos por Ramón Mallart, el propietario de la casa, quien muy amablemente responde a cuanta pregunta le voy proponiendo mientras vemos unas maravillas, y otras y otras...


 FOTOGRAFIA: MARIA DE LOUDES MEDINA - JUNIO 2014
Junto a Ramon Mallart,  propietario de Jocs Mallart

http://www.jocsmallart.com/

En mayo del 2012 El Periódico de Barcelona, realiza un reportaje a Ramon Mallart, propietario de la tienda, abierta en 1947 y que el Ayuntamiento catalán considera como muy importante en el tejido comercial de la ciudad.

"MÁS ALLÁ DE SANTS-MONTJUÏC / CIUTAT VELLA 
Tableros inmortales

Un comercio de la calle de Jaume I ofrece más de 500 modelos diferentes de ajedrez 
y unos 1.000 de barajas de cartas
La céntrica tienda vende juegos de mesa desde 1947


LAIA MESTRE

BARCELONA
Miércoles, 30 de mayo del 2012


Mucho juego 8 Ramon Mallart atiende a una clienta en su comercio de Jaume I, 17.

«Los juegos no tienen nacionalidad. 
Traspasan fronteras»

Lo explica, detrás del mostrador, Ramon Mallart, rodeado de piezas de ajedrez, barajas de cartas, juegos de ingenio e infinitas curiosidades que llenan de vida una tienda muy especial. Es el propietario de Jocs Mallart (Jaume I, 17), un establecimiento con 65 años de historia especializado en juegos de mesa. Ofrece, entre muchos otros objetos, unos 500 modelos de juegos distintos de ajedrez, el artículo más vendido, y otros 1.000 de barajas de cartas. «Mi padre abrió la tienda en 1947. Siempre habíamos sentido deleite por tener este tipo de objetos. A mí me gustan, son cosas que te llegan dentro», afirma Mallart.
Igual que la tienda que los atesora, los juegos tampoco tienen caducidad. Su encanto se traspasa de generación en generación. Es por eso que Ester Mallart lleva 15 años trabajando en el establecimiento con su padre. «Le tengo mucho cariño porque es una tienda única y muy especial. Los juegos me gustan desde siempre. Se puede decir que yo he nacido aquí», explica.


Sin nacionalidad

Los clientes que frecuentan el comercio, situado en el centro de Barcelona, tienen un perfil muy diverso. Son heterogéneos, como los propios juegos. Aunque la tienda vive de la gente de la ciudad, el propietario recuerda que lo bonito de estos objetos es que no tienen nacionalidad y que los puede disfrutar todo el mundo. Explica también que los compradores no acostumbran a ser fijos: «La nuestra es una clientela distinta a la de otras tiendas que fidelizan con los clientes al cien por cien, porque nuestros productos son bienes de largo consumo. Un juego de ajedrez, por ejemplo, dura muchos años».


Aun así, no faltan los coleccionistas que frecuentan Jocs Mallart. Uno de ellos es Julio Fuentes. Colecciona cartas del tarot desde hace 30 años y hace 10 que es cliente de la tienda. «Tengo más de 100 tarots distintos. Colecciono este tipo de cartas porque me gustan a nivel estético, no esotérico -explica-. Descubrí la tienda hace años y vengo a menudo porque me asesoran muy bien».

Como cualquier rincón secreto, el boca-oreja es fundamental para este tipo de establecimientos. Además, el ayuntamiento la considera una tienda importante en el tejido comercial de Barcelona, incide el propietario.


Mallart destaca las virtudes de los juegos: crean a personas extrovertidas, porque se necesita más gente para jugar y son más económicos que otras diversiones:«Una baraja de cartas es un gran antiestrés. Produce un efecto sorprendente cuando la abres y la tienes en la mano un rato. Hay pocas cosas que tengan ese don», concluye."


Hace pocos días, mirando la página web de Jocs Mallart sufrí una enorme decepción y me invadió la tristeza.  Dos meses antes era imposible entrar en la página, lo intente varias veces, hasta que  un anunció  agradecía a clientes y proveedores por los años juntos.  Jocs Mallart se cerraba por jubilación del propietario. 


Este lamentable suceso fue inmediatmente recogido por El Periódico en la siguiente nota.
 
"Dos tiendas más de suvenirs en el Gòtic relevan a la magnífica Jocs Mallart  
Folclóricas, toreros, imanes, camisetas y gorras ocupan unos escaparates que antes daban lustre a la fea calle de Jaume I

CARLES COLS / BARCELONA
Viernes, 17 de marzo del 2017 - 11:47 CET

Jaque mate en la calle de Jaume I. Cerró Jocs Mallart hace un par de meses por jubilación del dueño.   Era una tienda cautivadora, no por su arquitectura y carpintería, nada del otro mundo, sino por todo aquello que vendía, por sus escaparates repletos de figuras y tableros de ajedrez, naipes, rompecabezas, juegos de mesa, peonzas, puzles de madera e incluso las rarísimas y casi imposibles de comprar en Barcelona cajitas japonesas himitsu-bako.   Tras dos meses con las persianas bajadas y el cartel de arriendo, aquellos bajos comerciales ya han abierto de nuevo sus puertas.


Donde había una tienda, ahora hay dos: una vende folclóricas sevillanas, toros y toreros de cerámica, y la otra suvenirs de la globalización, o sea, imanes, gorras y camisetas de dudoso buen gusto.   El camposanto comercial de Barcelona suma y sigue.


Jaume I nunca ha sido una calle amable con el peatón. Las aceras son estrechas.  Para ir de la Vila Laietana a la plaza de Sant Jaume siempre ha sido más cómoda la calle de Llibreteria, peatonal.   Pero Jaume I tenía su público. Una de las razones era Mallart, la simple contemplación de sus escaparates, una tentación que a a veces acababa en compra.


A Jaume I le queda el bar Haití y sus excelentes croquetas y, en realidad, muy poco más. Sigue los pasos de la insustancialidad que ya condenó tiempo a atrás, por ejemplo, a la calle del Cardenal Casañas. Aquel fue un caso más cruel, pues fue la subida de los alquileres la que puso fin a la batería de negocios que le daban carácter. El faro era, sin duda, la librería Documenta. Una calle con un librero entrañable es otra cosa, en Barcelona y en Buenos Aires.  Mallart era la ‘librería’ de Jaume I, sobre todo por sus tablas de escaques, pero también porque era un lugar para encontrar objetos únicos."

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