jueves, 17 de junio de 2021

ALEXANDER ALEKHINE


 "Al tratarase de Alekhine somos cautivados por su excepcional talento combinativo y su amor apasionado por el ajedrez" M. Tal

(Actualización marzo de 2022)

Por regla general los grandes ajedrecistas también son unos grandes viajeros. Sus vidas están llenas de victorias y derrotas cosechadas por todo el mundo. Alexander Alexandrevitch Alekhine, considerado por muchos el mejor ajedrecista de la historia, amaba de tal forma al ajedrez que no podía vivir sin él. Toda su vida estuvo repleta de grandes triunfos.  Murió sentado ante un tablero de ajedrez, en una fría habitación de un hotel de Lisboa, en 1946, mientras se preparaba para el match con Botvinnik. 


 

"1892 Nace en Moscú el 31 de octubre, de padres Alexander Ivanovich y Anisia Prokorovna.
1899 Su hermano, cuatro años mayor que él, le enseña las reglas del juego del ajedrez. En 1907 juega su primer torneo, organizado por su club de Moscú.
1908 Su primer torneo internacional, en Düsseldorf.
1916 Se va como voluntario al frente de Galitzia.
1917 Empieza a trabajar como traductor. Seguirá con ese trabajo hasta 1921
1921 Se casa con la suiza Ana Ruegg.
1921 Abandona la U RSS y se traslada a Francia.
1925 En París homologa su título de Master en Derecho.
1925 Se doctora en la Sorbona.
1925 Adquiere la nacionalidad francesa.
1927 Se proclama campeón del mundo después del match con Capablanca.
1935 Pierde el título en el match contra Euwe.
1937 Después del match de revancha recupera el título.
1946 Muere el 24 de marzo.

Junto a Mihail Tahl, Alexander Alekhine es el mejor combinador del tablero de ajedrez. Es el luchador más grande y, de todos los campeones, el único que murió invicto. En la inscripción de su tumba, en el cementerio de Montparnasse, se puede leer que nació el uno de noviembre de 1892. En algunas biografías de Alekhine se menciona la misma fecha, pero, en realidad, él nació el 31 de octubre de 1892, con arreglo al calendario gregoriano, que fue sustituido por el juliano en 1918 por los soviéticos.

El padre del futuro campeón del mundo era Licenciado en Historia de la Filología por la Universidad de Moscú. Era una personalidad destacada de su tiempo y muy rico. Se había casado con la hija de Prohorov, uno de los capitalistas más acaudalados de la Rusia de los zares. La familia de Alekhine solía pasar largas temporadas en Roma.

Alekhine in 1909 (WIKI)

Su madre Agnesa Prohorova no dedicaba demasiado tiempo a sus hijos, Varvara, Alexei y Alexander. Viajaba mucho y con frecuencia vivía alejada de la familia. Murió en 1913 en Basilea trastornada mentalmente a consecuencia de ser adicta a los narcóticos.

Antes de la Primera Guerra Mundial, su padre, que era miembro del Parlamento, jugaba con frecuencia en los casinos de la costa francesa y perdía mucho dinero. Según algunos testimonios, perdió alrededor de un millón de rublos. Murió en 1917 en Voronej.

¿Pudo haber influido tanto en el futuro campeón la ausencia de su madre como para que buscase refugio en las pequeñas figuras del ajedrez? Anhelaba la caída de la noche para jugar al ajedrez a la luz de una lámpara. Por las noches nadie le estorbaba, ése era su mundo ideal.

En situaciones como la de Alekhine era habitual que alguien de la familia se encargase de la educación de los niños. Lo hizo su abuela.

Gracias a ella el pequeño Sacha aprendió francés y alemán, lo que le fue muy útil más tarde cuando empezó a viajar por el mundo y a jugar al ajedrez. Al finalizar la secundaria, prosiguió sus estudios en un internado especial de Petrogrado en el que vivían hijos de gente de mucho dinero. Luego se licenció en Derecho y más tarde se doctoró en Francia.

En 1916 se fue como voluntario al frente de Galitzia donde ingresó en el Cuerpo de Sanidad. Allí resultó herido y le concedieron dos condecoraciones: las cruces de San Estanislao y de San Gregario.

Empezó a jugar al ajedrez cuando tenía siete años. En comparación con Capablanca, Karpov y Kasparov, fue algo tarde.

Pero se puso enfermo y tuvo que dejar de jugar. Sin embargo, se encontraron en sus cuadernos las anotaciones que hizo entre los siete y los doce años, lo que demuestra que analizaba muchas partidas y que jugaba por correspondencia con Alexei, su hermano mayor.

Sacha estuvo por primera vez en un club de ajedrez cuando tenía diez años, a pesar de que allí estaba prohibida la entrada a los niños. En aquella ocasión, el célebre Harry Nelson Pillsbury estaba jugando unas partidas simultáneas en el club de Moscú. En una ocasión en que yo entrevistaba al decimotercero campeón del mundo, Gary Kasparov, le pregunté por el origen de su nombre. Me contestó: "Ha sido en honor de Harry Pillsbury". Gary estaba bromeando, pero había superado a Harry.

Conocidos maestros del ajedrez, como Nenarokov, Blumenfield y Duz Hotimirsky, frecuentaban la casa de los Alekhine. Hotimirsky dijo más tarde que había dado muchas clases a Alekhine y que el futuro campeón tuvo que esforzarse posteriormente para liberarse de lo que él le había enseñado.

De joven, Alekhine escribió que jugaba al ajedrez desde los siete años, pero que había empezado a hacerlo en serio a los doce, cuando, por primera vez, intentó jugar a ciegas.

La primera partida que Alekhine jugó en un torneo fue contra Rozanov, en el torneo del Club de Ajedrez de Moscú, en 1907. Alekhine jugaba con las blancas y usó la apertura escocesa. Ganó en el movimiento 42.

Alekhine,A - Rozanov 1-0
Alekhine escribió que esa partida tuvo gran importancia para él y que le había alentado a seguir con el ajedrez y a perfeccionarse.

-Ya de niño me había dado cuenta de que tenía talento para el ajedrez -escribía más tarde Alekhine-. El ajedrez, ante todo, nos enseña a ser objetivos. Con él he moldeado mi carácter. Al igual que en la vida real, sólo se puede llegar a ser un gran conocedor del ajedrez si se comprenden los errores y deficiencias propios.

Poco antes de morir, Alekhine estuvo escribiendo sus memorias y entre otras cosas anotó:

"Hace poco estaba hojeando uno de mis cuadernos y encontré la partida que había jugado en 1908 contra Bandeleben en Düsseldorf.

Había ganado a ese conocido maestro alemán por 4,5: 0,5. Tenía quince años y en aquel momento no estaba consciente de mi fuerza o, mejor dicho, de mi fragilidad. No me sentía demasiado orgulloso de esa victoria contra el viejo maestro, que ni siquiera había mostrado mucho interés por ganar."

Las jugadas de las partidas de Alekhine han quedado anotadas y de ese modo es posible seguir el desarrollo de la maestría del futuro campeón. ¿Pero qué pasaba fuera del tablero de ajedrez? Sobre eso se ha escrito mucho menos. En la Facultad de Derecho de San Petersburgo describieron a Sacha Alekhine como un joven modesto que con su distracción provocaba sonrisas bienintencionadas de sus colegas. Un detalle interesante de su vida era que en aquella época no bebía.

Alexander Kotov dijo una vez que era una lástima que no conservase a lo largo de su carrera ese "defecto". Se hubiera evitado muchos momentos difíciles en la vida de no haberse hecho amigo de la copa y seguramente hubiera jugado mayor número de grandes partidas. Pero, bebiendo o no, Alexander Alexandrevitch ha dejado muchas partidas brillantes ...

Mientras me dirigía al cementerio de Montparnasse, en el corazón de París, estaba pensando en tantas victorias excelentes que Alekhine se había apuntado a lo largo del mundo y en los innumerables sacrificios de figuras que había hecho.

En la puerta que da entrada a ese conocido cementerio pregunté al guarda dónde se encontraba la tumba de Alekhine. Señaló con la mano en una dirección y me advirtió que estaba prohibido hacer fotografías.

Un poco más tarde, mientras pasaba por el bosque de monumentos de piedra, otro guarda me dijo:

"Ah, el ajedrez, eso está allí, a trece sepulturas de aquí ... ". Como era un domingo por la mañana, había mucha gente en el cementerio, pero nadie más buscaba la tumba de Alekhine.

El viejo guarda que me indicó dónde estaba enterrado Alekhine había encontrado el mejor sinónimo para él: el ajedrez. Todo viajero que hubiese estado ante su tumba, adornada con un tablero blanco y negro y un bajorrelieve hechos en mármol, pod ía haberse dado cuenta de ello.

La imagen esculpida de Alekhine y el tablero de ajedrez con la figura de rey simbolizaban la vida entera del gran campeón.

Al pie del tablero sólo unas palabras sencillas. El nombre de Alekhine escrito en ruso y en francés y una frase: "Génie des echecs de Russie et de France, 1 novembre 1892- mars 1946." "Champion du monde des echecs 1927 a 1935 et de 1937 asa mort".

ECURED

-Sí, campeón hasta su muerte- me dijo en voz baja un hombre que estaba leyendo el epitafio del gran Alexander.

A su derecha se encontraba el sepulcro de la familia Robert Sevent y a la izquierda una pequeña tumba de un tal Luis Levecon que databan ya del año 1844. Esa era la compañía póstuma de Aiekhine, que también aquí, en el gran camposanto de Montparnasse, seguía siendo una celebridad.


Avenue de l'honneur- .. 8ª división, sepulcro número 13.  Saqué a escondidas mi máquina de fotos e hice unas fotografías. En el monumento se podía leer una inscripción que había encargado la Federación Internacional de Ajedrez. Figuraban los nombres de Rogard, del presidente V. Ragozin, del vicepresidente Marcel Berman, del campeón del mundo Mihail Botvinnik, de Gian Cario dal Verme y de Pierre Derman.

Así que ésa era la tumba de Alekhine, que un día de marzo de 1946 había entrado en su modesta habitación del hotel Palace en Estoril y de la cual más tarde le sacaron muerto.

-Le espera su cena en la habitación -le había dicho el portero.

-Gracias, deje el mensaje de que no me despierten antes de las diez de la mañana- contestó Alekhine.

Ya no había sido necesario que le despertasen. Estaba durmiendo para siempre. Ésa fue la última página del eterno vagabundo. Todos los torneos y todas sus partidas acababan aquí, en el cementerio de Montparnasse, cerca de la salida del metro con el mismo nombre, en la esquina de dos amplias avenidas por las que transcurre la ruidosa vida diaria de París.

Sin embargo, aquí todo es tan silencioso ...

Ante esta sencillez conmovedora uno se acordaba de la nostalgia que Alekhine sentía por Moscú y de su duelo con Botvinnik cuando se preguntaba a sí mismo:" ¿De veras voy a ir a Moscú después de tantos años? Ahora comprendo al escritor Krupin cuando se preparaba para ir de París a Moscú. Dijo: 'Si el tren no se pone en marcha, estoy dispuesto a caminar yo mismo por los railes'. Ahora le comprendo."

Así hablaba el hombre que se había marchado de su país hacía muchos años, el gran maestro cuya vida estaba tejida de grandes triunfos ajedrecísticos y de tristeza. Quería morir siendo campeón del mundo y ese deseo suyo se cumplió.

Dicen que había entrado en su habitación y colocado las figuras sobre el tablero, preguntándose qué iba a preparar para el match contra

Botvinnik. Luego sintió un terrible dolor. Se había atragantado con un trozo de carne y se estaba muriendo.

-¿Será esto el final? - se habría preguntado Alekhine en la fría habitación del hotel Palace.

El dolor no disminuía y ante sus ojos pasaban las imágenes de los grandes torneos y de sus victorias. Nadie había ganado tantos como él.

Extendió la mano para alcanzar la figura del rey. ¿Habría querido hacer su última jugada? La jugada de su vida y no de una partida de ajedrez, que ya se había acabado.

El rey se cayó ... se cayeron ambos, la figura de madera y el gran rey del ajedrez Alekhine. Así murió el mejor ajedrecista que el mundo ha conocido. Veintitrés días después de morir le enterraron cerca de Estoril en el cementerio de San Juan. Su féretro fue depositado en la sepultura del ajedrecista Manuel Esteve que nunca se hubiera podido imaginar que después de su muerte pasaría varios años acompañado por un campeón del mundo.

En el décimo aniversario de la muerte de Alekhine trasladaron sus restos mortales al cementerio de París, donde se ofició una triste ceremonia . Allí estaban Smyslov, Petrosian, Spassky y el hijo de Alekhine, Alexander, escuchando los discursos dirigidos al campeón que había muerto sentado ante un tablero de ajedrez.

Ante la tumba sólo unas personas y el silencio. Alexander Alekhine volvió a estar acompañado. Junto a él se encuentra su cuarta esposa Grace Vishar. ¡Pobre Grace! Ella no había permitido que enterraran al campeón en Moscú sino aquí, cerca de su casa, para poder llevarle flores.

Pero sólo dos semanas después de estar acabado este monumento ella murió también.

La gente paseaba por la pequeña alameda y a veces alguien se detenía ante el monumento del eterno vagabundo."


CHESSBASE

Capablanca y Alekhine, los dos mejores jugadores de su tiempo, se enfrentaron en 1927 en un match. En aquel momento Capablanca parecía invencible, pero Alekhine consiguió arrebatarle el título. Después de ese gran match en Buenos Aires no volvieron a sentarse juntos ante un tablero de ajedrez durante nueve años.

Finalmente se encontraron en Nottingham en 1936. Capablanca ganó y compartió el primer puesto con Botvinnik. Sería poco decir que los dos genios del ajedrez no se soportaban mutuamente. En realidad se odiaban. No se hablaban y planteaban grandes problemas si los organizadores de los torneos les ponían en la misma mesa.

Alekhine intentó demostrar muchas veces que Capablanca no era lo que el mundo pensaba de él. Después de que en 1931 Capablanca jugase contra doscientos ajedrecistas (en cincuenta tableros) en Nueva York, Alekhine le superó en París al año siguiente, jugando contra trescientos ajedrecistas. En un artículo publicado en el "New York Times", el 1 de agosto de 1929, Alekhine incluyó a Capablanca en el grupo de jugadores como Maroczy, Euwe y Vid mar, que no consideraban el ajedrez como un arte. A ellos les interesaba únicamente ganar.

Por otro lado, Capablanca decía abiertamente que Alekhine no quería darle la oportunidad de jugar el match de revancha. El campeón prefirió jugar dos veces contra Bogoljubov.  En 1935 perdió contra Max Euwe en un match con una bolsa de 10.000 dólares.

Después de perder el título, Alekhine dejó de fumar y de beber y centró todas sus fuerzas en retornar a la cúspide. Estudiaba las partidas de Euwe y leía sus artículos. Y fue el primer campeón derrotado que recuperó el título.

Capablanca y Alekhine jugaron en el famoso torneo AVRO donde los ganadores fueron Fine y Keres. Alekhine quedó cuarto, empatado y Capablanca séptimo. Era la primera vez que el célebre cubano no se encontraba entre los tres mejores jugadores (como ganador fue proclamado Keres). El 25 de octubre de 1939 Alekhine hizo público su acuerdo con la Federación de Ajedrez de Argentina para jugar el match contra Capablanca.

El comienzo estaba previsto para el 14 de abril de 1940. Pero el 7 de diciembre se frustraron las negociaciones. Las agencias publicaron que la causa fue el bajo presupuesto. E l2 de mayo de 1941 el "The NewYorkTimes" escribió que Alekhine deseaba viajar a Estados Unidos para acordar el match de revancha contra Capablanca que se iba a jugar en La Habana. Alekhine había iniciado las negociaciones desde Lisboa, pero en 1942 Capablanca murió.

Cuando en 1927 Alekhine ganó el match contra Capablanca, el gran maestro Reti escribió: "El resultado del match no significa sólo la victoria de un representante de Europa frente a uno de América, sino también el triunfo del pensamiento más intuitivo europeo sobre el moderno americano.

Capablanca es en la vida privada un hombre mundano perfecto y, como ajedrecista, si es posible comparar el aspecto físico con el espiritual, es maravilloso, sin defectos y un deportista. Su estilo se caracteriza por la claridad de ideas, el oportunismo y creación de confusión en las jugadas. Era ajeno a la investigación teórica. La auténtica profundidad siempre está vinculada a la indagación, mientras que la verdadera claridad puede surgir espontáneamente después de rebuscar en lo confuso. En las partidas ganadas por Alekhine, bajo la capa de hielo de la técnica contemporánea, brillan con claridad las búsquedas apasionadas de nuevos caminos."

El Dr. Lasker dijo: "La victoria de Alekhine simboliza el triunfo sobre la mente de un luchador experimentado, que evita todo lo que sea poco claro. Capablanca procuraba soluciones matemáticas, utilizando métodos científicos. Alekhine es más artista, investiga más y ese modo de creación es, en principio, de un nivel más alto, especialmente cuando sale a relucir en la lucha."

Spielmann: "Respecto a nuevas variantes, los conocimientos de Capablanca eran de un nivel más bajo de lo que debían. Además, se demostró que ya no jugaba con su tranquilidad habitual y a veces se ponía nervioso sin razón alguna."

Poco antes de morir, Alekhine escribió un artículo sobre Capablanca donde decía:" ¿Por qué perdió Capablanca? Me gustaría saberlo, pero, incluso ahora, no soy capaz de responder con exactitud a esa pregunta, especialmente teniendo en cuenta que en 1927 yo no pensaba que era mejor que Capablanca. Es posible que la principal causa estuviera en la sobrevaloración de sus propias fuerzas, en lo que había influido su impecable victoria en el Torneo de Nueva York."

Al perder el título, Capablanca también perdió, por cierto tiempo, su forma deportiva. Poco después intentó que la FIDE cambiase las condiciones del match para el campeonato del mundo, y lo hizo sin habérselo consultado previamente al campeón. Alekhine no toleraba ese comportamiento y eso provocó un distanciamiento entre ellos ehizo que sus relaciones se enfriasen.

Spassky y Fischer nunca escribieron sobre su gran match, pero Alekhine y Capablanca han dejado muchos testimonios sobre el suyo.


José Raúl Capablanca - Alexander Alekhine 0-1
Buenos Aires (r1) 16-09-1917


He aquí lo que escribió Capablanca en el "The New York Times" en 1927.

"Alekhine ha ganado porque ha aprovechado todas las oportunidades que se le han presentado. Jugó bien en las aperturas, aunque quizás no mejor que yo, y estuvo bien en el medio juego a pesar de tener unos fallos grandes. Su mejor fase fueron los finales, en los que jugó muy fuerte. Por lo demás, su juego es cuidado y monótono, de una gran calidad, pero sin decisiones sorprendentes.

Su técnica se basa en aprovechar el más mínimo error del adversario en unas posiciones aparentemente igualadas. Eso es muy importante, porque actualmente la técnica de aperturas es tan conocida para los ajedrecistas, por lo que ese tipo de posiciones les resulta fácil."

Capablanca escribió que el match había demostrado que no estaban ni aproximadamente tan fuertes como lo habían estado unos años antes. "No estábamos preparados ni física ni psíquicamente, ni teníamos suficientes fuerzas. Hoy en día la preparación para un match exige grandes sacrificios, que no pudimos afrontar por falta de fuerzas y porque habíamos perdido una parte de nuestro amor por el ajedrez. Las causas de ello se encuentran en la creencia de que el ajedrez se estaba muriendo y en que entendíamos que no se podían empatar todas las partidas. Actualmente son capaces de ello sólo un par de jugadores, pero dentro de diez años probablemente lo serán tres o cuatro. Los conocimientos técnicos de la apertura han destruido la parte artística del ajedrez."

Cómo vio Alekhine ese match: "Creo que es fácil explicar mi victoria.

Como dijo De la Palise, en Buenos Aires simplemente jugué mejor que Capablanca. Después de dos meses y medio de lucha contra la "sensibilidad latina" del cubano, puedo confirmar definitivamente lo que había dicho de él en la época del Torneo de San Petersburgo, en 1914.

Dije que todos los defectos del juego de Capablanca estaban estrechamente relacionadas con sus debilidades humanas."

Al ganar a Capablanca en Buenos Aires Alekhine se convirtió en el primer campeón ruso del mundo.

"He conseguido ganar a Capablanca empleando al final del match mis últimas fuerzas. Pero fueron necesarios años de sacrificios para conseguir este éxito" -dijo Alekhine.




El campeón del mundo no se quedó durmiendo en los laureles.

Jugaba, viajaba y ganaba. Bogoljubov le retó en 1929, pero, tal como se esperaba, Aiekhine le venció con facilidad. En el match siguiente contra el mismo adversario Aiekhine volvió a ganar. En 1930 quedó primero en San Remo con trece victorias y dos tablas, quedando tres puntos y medio por delante de Nimzovitch.

Alekhine vs. Efim Bogoljubov; Emanuel Lasker (WIKI)


Para el demonio de las salas de competiciones sólo existían victorias. Eran parte integral de su vida.

Bled 1931. El maravilloso lago fue el testigo del gran triunfo de Alekhine. Ese torneo entró más tarde en la historia del ajedrez como el torneo en el que se había conseguido una de las mayores victorias de todos los tiempos. Aiekhine consiguió 20,5 puntos, ganando a Bogoljubov por 5,5 puntos de ventaja y a Nimzovitch por 6,5. Después del torneo el gran maestro Bora Kostic comentó lo siguiente en una entrevista para "Pravda" de Belgrado:


"Aiekhine es, sin duda alguna, el mejor ajedrecista del mundo.

Todos los maestros que se enfrentan a él juegan como si estuvieran paralizados por el miedo. Por eso Alekhine siempre les ofrece el sacrificio de figuras y sencillamente juguetea con sus rivales. En el torneo todos estábamos muy igualados, salvo él, que era un mundo aparte."

Además del torneo de Bled, Alekhine volvió dos veces más a Yugoslavia para jugar partidas simultáneas. En 1931 y en 1936 visitó todas las grandes ciudades del país. Según la prensa había un gran interés por sus giras.

Enero de 1931. Un gran número de habitantes de Banja Luka dio la bienvenida al campeón del mundo. Luego llegó el acontecimiento ajedrecístico del año, treinta y cinco partidas simultáneas con Alekhine.

Después de seis horas de juego ganó veintisiete partidas, perdió tres y empató cinco.

Al día siguiente "Nova stampa" publicó las palabras de Alekhine:

"Estoy sorprendido por el número tan alto de buenos ajedrecistas de su ciudad. Me marcho sinceramente apenado por tener que abandonar a la tan hospitalaria Banja Luka."

Los titulares de la prensa de Sarajevo decían: "El campeón del mundo en Sarajevo". Leemos el extenso artículo sobre las simultáneas de Alexander Alekhine:

" ... Alrededor de las seis de la tarde todos los jugadores se encuentran en sus puestos, sentados ante las mesas colocadas en dos filas.

Están distribuidos en dos salas unidas por una amplia entrada. A las seis y cuarenta minutos entra el Dr. Alekhine y le reciben con un gran aplauso, al que responde con una sonrisa y, acto seguido, se acerca a los jugadores. Hace las treinta y tres jugadas en nada de tiempo y sin detenerse y sigue jugando a ese ritmo. Una hora y media después del comienzo todavía no se ha producido ningún resultado. El juego es cada vez más excitante. Los espectadores siguen los movimientos del maestro y hacen bastante ruido. Parece como si también ellos estuvieran poseídos por alguna especie de fiebre."

La primera partida se finalizó al cabo de dos horas y media. A sugerencia de Alekhine, Hendel aceptó tablas. El público saludó cálidamente el primer éxito de un representante del ajedrez de Sarajevo.

Alekhine ganó varias partidas siguientes. Después de cinco horas de juego, Djuric de Zavidovici se apuntó la primera victoria importante. Enla última hora Alekhine empató tres partidas, perdió dos (contra Krespiy Goldstein) y ganó las demás. Unos días más tarde jugó en Sarajevo en treinta tableros y ganó todas las partidas. Pero cuando en 1936

Alekhine jugó cuarenta partidas simultáneas en esa ciudad, Sarajevo le ofreció una gran resistencia.

"Sarajevo es la ciudad más interesante que jamás he visto"- dijo Alekhine.

Una vez, cuando estábamos hablando sobre las simultáneas que Alekhine había jugado en Banja Luka y en Sarajevo, el maestro internacional VIada Kozomora me contó cómo se sentía jugando contra el campeón:

"Yo tenía en aquella época catorce años. Perdí en la octava jugada porque todo el tiempo estuve mirando a Alekhine. Me había impresionado su aspecto. Cuando paseaba entre las mesas, raspaba el suelo con sus zapatos. Era elegante y de buen ver. Fumaba cigarillos "Vardar" y mientras se iba de un jugador a otro dejó una cajetilla en mi mesa. Me la puse en el bolsillo sin pensarlo y durante años la guarde como un agradable recuerdo. Pero mi padre me regañó paresa derrota diciendo: "He pagado trescientos dinares para que juegues y has perdido en ocho jugadas."

En 1936 Veljo Stojnic ganó en Banja Luka una partida simultánea contra Alekhine y me habló sobre ello:

"Tenía veinte años y hacía el cuarto de magisterio. Era en mayo de 1936. Mirábamos a Alekhine como si fuera un dios. Le gané una figura y con eso la confianza en mí mismo. Antes ten ía apuntadas las jugadas de esa partida, pero las perdí durante la guerra." 

COLUMNA DEPORTIVA.COM


Berna y Pasadena en 1932, París en 1933, Zurich en 1934 y Orebro en 1935. Alekhine ganó con facilidad en todos esos torneos. Ningún rival representaba una verdadera amenaza para él en las salas de competiciones. Ganaba y se acordaba de aquel día cuando los argentinos le llevaron en brazos como a un nuevo campeón del mundo.


https://es.chessbase.com/post/alekhine-euwe-1935-imgenes-poderosas


Pero el ajedrez también trae derrotas. En 1935 el gran Alekhine perdió el match contra Euwe y eso provocó una gran sensación. Más tarde, en 1937, recuperó el título en el match de revancha.



Alexander Alekhine - Max Euwe 1-0
Rema Haarlem (r6) 16-10-1937


La guerra estaba arrasando Europa y las tropas militares estaban cruzando los preciosos puentes de París. En esos momentos, ni el río Sena, ni sus puentes, ni los vagabundos parisinos tenían un aspecto romántico. El campeón del mundo de ajedrez deambulaba por las calles de la ciudad creyendo que la guerra iba a acabar pronto y que se iban a reanudar los torneos.

Recibió un avisó del cuartel general de la Gestapo, que decía que tenía que presentarse allí. Cuando acudió, le leyeron una declaración que él había hecho anteriormente: "Durante toda mi vida, y especialmente después de ganar el título de campeón, decían que yo era enemigo de los soviéticos.

Eso me dolía profundamente y me impedía el contacto con el país en el que había nacido y al que nunca he dejado de querer."

"En 1937 le echaron del círculo de emigrantes bajo la acusación de ser un rojo" -le dijeron en la comandancia alemana-."Qué más estuvo haciendo?". "Jugaba al ajedrez. Entre 1941 y 1943 participé en siete torneos y en todos gané el primer puesto" -contestó Alekhine.

El campeón solicitó el visado español. Quería marcharse al sur de Europa para jugar allí. Tenía planeado trasladarse más tarde a América Latina. Le prometieron el visado, pero le dijeron que primero tenía que jugar partidas simultáneas contra los militares alemanes.

Llegaron los soldados de distintas unidades y ocuparon sus puestos ante los tableros de ajedrez. Llegó también su general. Querían ganar al campeón. Decían que ese ruso había ganado a todos los maestros alemanes y que ahora ellos le iban a derrotar a él. Alekhine acababa de estar enfermo de escarlatina y aún estaba convaleciente. Se dirigió a la primera mesa donde estaba sentado el general y de repente se detuvo, buscando las gafas con la mano. Luego se dirigió al árbitro:

¡Esa maldita distracción! Se me han vuelto a olvidar las gafas. Tendré que jugar a ciegas.

Los alemanes estaban extrañados: -¿Cómo a ciegas? ¿Contra nosotros? Eso es un ultraje.

"Quizás no debía utilizar el truco de las gafas", pensaba Alekhine, mientras dictaba las primeras jugadas. "No tengo miedo a los alemanes, pero la enfermedad ... Puede que influya en mi juego."

El campeón siguió jugando, acordándose al mismo tiempo del récord que había conseguido precisamente en París. En esa ocasión habían acudido periodistas de todo el mundo y ahora en esta pequeña habitación no había nadie aparte de soldados y oficiales que vestían uniformes alemanes.

También pensaba en otras cosas, aparte de combinaciones y sacrificios de peones.

"Tengo que ganar a esos alemanes. La gente ya me reprocha por haber jugado durante su ocupación. Pero, si no ¿de qué iba a vivir?

Ante los ojos del gran maestro pasaban las imágenes de toda su vida. Las escenas de su juventud y sus primeras victorias y derrotas en los torneos se entremezclaban con los movimientos de damas y los sacrificios de figuras. Esas pequeñas piezas de ajedrez le habían proporcionado tanta alegría ... Alekhine las quería más que a nada en el mundo. El gran Alexander fue capaz de llegar a ser doctor en Derecho y de aprender seis idiomas, pero para él únicamente existían el ajedrez y las victorias. El ajedrez, ese maravilloso juego del que Tarrasch decía que ten ía el poder de hacer feliz a la gente, al igual que la música y el amor.

Para Alekhine todas las partidas que había jugado, de Moscú a Nueva York, de Buenos Ai res a Londres, significaban pequeñas partidas ganadas a la vida.

También Sammy Reshevsky jugó una partida contra un general alemán. Reshevsky ganó con facilidad y le dijo al enojado general: "Usted sabe hacer la guerra y yo jugar al ajedrez."

Eso mismo sabía Alexander Alekhine y, mientras dictaba jugadas a los soldados alemanes, le asaltaban muchas dudas. Pasaban las horas y un sinfín de movimientos y variantes se entremezclaban en aquella noche parisina. El campeón empezó a ganar. Una por una terminaron las primeras partidas. Los oficiales alemanes se levantaban y abandonaban la sala enfadados. Después de cinco horas Alekhine consiguió veinte victorias y tres empates. Quedaban por terminar sólo unas cuantas partidas, pero el campeón estuvo implacable.

Todo jugador de simultáneas siempre sabe a qué tablero tiene que dedicar una atención especial. Eso depende de las jugadas anteriores de sus adversarios. Él no puede recordar las caras de todos sus rivales, pero conoce perfectamente la posición de sus figuras en el tablero.

Alekhine estaba vigilando el primer tablero, donde jugaba el general alemán que resistía bien. Se notaba que era un entendido del ajedrez.

El árbitro le dijo a Alekhine que un oficial le anunciaba mate en cuatro jugadas. El campeón sólo sonrió. "Dígale que es demasiado tarde, porque yo le voy a dar mate en la segunda jugada."

Otro oficial llegó a la habitación en la que se encontraba Alekhine yle registró todos los bolsillos, pensando que utilizaba algún tipo de máquina. Cuando no encontró nada, le preguntó extrañado:

"Gran maestro, soy su adversario del tablero diecinueve. ¿De veras sabe cuál es la posición en este momento?"

"Eso es muy sencillo" -contestó el cansado campeón-. "Su rey se encuentra en la casilla e1 y los peones en g2 y b3 ... "

El oficial no esperó a que Alekhine terminase de dictar la posición completa. Enormemente extrañado abandonó la partida y salió de la habitación.

En aquel momento el gran campeón no podía saber que unos años antes, en 1936, había nacido en Riga un niño que se llamaba MihaiiTahl, a quien iban a llamar "el Alekhine actual" y que años más tarde, en 1959, conseguiría en Zurich una házaña parecida, dictando todas las jugadas de unas simultáneas. Ese tipo de gente, genios del ajedrez como Morphy, Lasker, Capablanca, Alekhine, Tahl y Fischer, siempre despertaban admiración. Para todos ellos el ajedrez era su gran amor y le dedicaron los mejores momentos de su vida.

"Alexander Alexandrevitch, queda una sola partida. Puede pasar a la otra habitación con los jugadores" -dijo el árbitro.

Y Alekhine se fue para terminar la última partida. Había ganado todas las demás, salvo tres que acabaron tablas, y ahora, como en un barco que se hunde, quedaba como último el capitán del barco. Ese era el general alemán, seguro de sí mismo y disgustado por el desarrollo de la jornada. Después de unas cuantas jugadas el desolado general dijo:

"Decidle al gran maestro que abandono la partida."

"Pero, ¿por qué ha abandonado?" -se dirigió Alekhine al general y empezó a jugar con sus figuras. Le mostró cómo podía haberse salvado.

En ese momento Alekhine recordó aquel día de 1914 cuando la guerra interrumpió el torneo donde jugaba y a Bogoljubov y a él les internaron en Rastadt, en Alemania. Pasaban el tiempo libre jugando.

Como no tenían ni tablero ni figuras, jugaban a ciegas. Muchas de esas partidas se publicaron más tarde en revistas. Se acordaba del año 1916, cuando se había marchado a Georgia como miembro de la Cruz Roja y donde le hirieron gravemente en la espalda. Durante meses se había quedado postrado en la cama del hospital de Tarnopol, sin poder moverse.

Las partidas a ciegas le fueron de gran utilidad en esa época. Todos esos recuerdos pasaban por la cabeza del campeón aquella noche cuando jugó treinta partidas simultáneas contra los militares alemanes, que nunca iba a olvidar ...

"Adiós, París, Sena y tus puentes" -decía en voz baja Alekhine, mientras buscaba el andén de donde salía el tren para Madrid. Llevaba en la maleta un tablero y libros de ajedrez. Se iba hacia el sur, dejando muchos recuerdos en las avenidas de París llenas de iluminación.

Acompañado por el traqueteo monótono del tren se acordaba de su match con Capablanca y de los encuentros con Euwe en 1935 y 1937, cuando había perdido y recuperado el título. ¡Qué maravilloso había sido recobrar el título después de tantos esfuerzos!

Su esposa Grace Vishar no había conseguido el visado y tuvo que quedarse en París. Él se iba a España con la intención de marcharse luego a Sudamérica para jugar allí. Pero el extraño destino de este hombre no quiso que terminase su vida jugando plácidamente y ganando en los torneos. Nunca iba a volver a París con vida y su último viaje iba a ser el traslado de su féretro desde Lisboa a Montparnasse.

Madrid, el gran y ruidoso Madrid, con su Puerta del Sol y las amplias calles y brillantes luces de neón en el hotel "Capital". Era una ciudad preciosa para turistas extranjeros, pero no para este campeón cansado, al que únicamente interesaba algo tan sencillo como jugar al ajedrez y en España había poco interés por ese juego. Alekhine no era ningún héroe de las plazas de toros.

-Mi querido señor, aquí es la corrida lo que da beneficios-le dijo el propietario del hotel-. ¿A quién le va a interesar su ajedrez...?

En todo el mundo se podía encontrar gente con buenas intenciones y amantes de ese antiguo juego que estaban dispuestos a ayudar al campeón organizando partidas simultáneas, conferencias y torneos.

Pero, para Alekhine esa no era la vida de un artista. No hay más que acordarse de lo que escribió:

"El ajedrez es para mí, ante todo, un arte y no un juego."

En la época en que Alekhine estaba en España, allí había aparecido un niño prodigio del ajedrez, Arturo Pomar. Para Alekhine esa fue una oportunidad para que Alekhine enseñase al chico algunas estratagemas ajedrecísticas. De ese modo Alekhine encontró un lugar bajo el sol español y durante varias semanas pudo ganarse el pan.

-Era un hombre muy cordial -me dijo Pomar, hablándome de su encuentro con Alekhine-. Cuando conseguí empatar con él una partida en el torneo de Gijón, comprendí que ésa era la partida de mi vida ...

Se callaron los cañones de guerra en Europa. El eterno trotamundos Alexander Alekhine comenzaba a viajar otra vez. Volvió a pensar en los torneos y en el ajedrez. En la estación de ferrocarril de Madrid había mucha gente y ya quedaba poco para que saliese el tren para Lisboa. Allí estaban los mejores amigos del campeón que habían acudido a despedirle.

Alexander Alekhine, el más famoso ajedrecista del mundo, se marchaba a Lisboa con la esperanza de poder jugar varios torneos y de encontrar allí un mayor interés por el ajedrez.

¿Quién será ese hombre que hojea la última edición de un periódico madrileño, buscando en vano la columna de ajedrez? Ninguno de los viajeros del tren sabía que entre ellos se encontraba el campeón del mundo de uno de los juegos más antiguos. -Señor, cómpreme estas flores y dele una alegría a su mujer cuando llegue a casa -le decía una vendedora. Pero, ¿a quién iba a obsequiar con flores ese hombre solitario? A pesar de tantos seguidores y amigos que tenía en todo el mundo, se había quedado solo, encerrado en sí mismo y en el mundo de aquellas pequeñas figuras que había colocado encima del tablero en su compartimento del tren.

En una fría habitación del hotel "Palace" de Estoril el campeón del mundo estaba meditando sobre su futuro: "Ya ha llegado la paz y puede que haya torneos". La guerra se había acabado hacía siete meses, pero él sólo había jugado algunas partidas poco importantes y unas simultáneas.

Cuando pasaba por la recepción del hotel, los empleados susurraban: "Dicen que este huésped es el ajedrecista más famoso del mundo. ¿Se han dado cuenta que siempre juega consigo mismo? Quizás esté tocado.”

Le ha llegado un telegrama de Londres -le dijeron una noche en el hotel.

Era la invitación para un torneo que significaba mucho para ese hombre que deseaba jugar. Se trataba de mucho más que de saciar su gran sed de jugar al ajedrez, al que necesitaba del mismo modo como un pintor necesita sus lienzos. Se acordaba de lo había escrito Roma in Roland: "Crear significa inmolar la muerte." Y ahora él iba a jugar.

Desde Londres se difundiría por todo el mundo la noticia de que el campeón Alexander Alekhine también iba a acudir al gran torneo.

Pero no pudo ser. Llegó otro telegrama distinto al anterior. "Desgraciadamente, a petición de la Federación de Ajedrez de Estados Unidos, usted no podrá jugar en el torneo, por haber participado en los torneos organizados por los nazis."

Ese golpe llegaba en el momento más delicado para Alekhine. "¿No han jugado también otros durante la ocupación alemana?", decía Alekhine abatido por esa última jugada de la vida, peor que las jugadas más duras que sus adversarios le hayan hecho en una partida de ajedrez.

Alguien había exclamado, llevado por la alegría: "La vida es pura diversión." Pero, ¿qué pudo exclamar Alekhine? ¿Dónde estaban todas esas alegrías de la vida? No tenía nada, salvo sus inmortales partidas y un tablero de ajedrez, ahí entre las tristes paredes del hotel "Palace".

También llegó un telegrama de Moscú. ¿Quién habrá podido escribir a un desesperado emigrante precisamente desde Moscú? Abrió el telegrama y casi no podía creer lo que veía.

"Siento que la guerra haya malogrado nuestro match. Le invito otra vez a jugar el match para el título de campeón del mundo. Espero su respuesta con indicaciones en relación con el lugar y la fecha del match. Moscú, 4 de febrero de 1946, Mihail Botvinnik ... "

-Moscú, Botvinnik ... -repetía el campeón y ahora ya todo volvía a sonreírle: las avenidas de Lisboa llenas de gente que siempre se apresuraba para llegar a alguna parte, las figuras de ajedrez que por enésima vez colocó en el tablero para prepararse para el gran match.

-Eso significa que todavía vivo, que jugaré en Moscú -decía Alexander Alexandrevitch y no podía evitar las lágrimas en los ojos, a pesar de estar ya acostumbrado a que en la vida lo bueno y lo malo se alternaban.

-¿Dónde estarán ahora todos aquellos libros de Mijail Moiseievitch?

Tengo que prepararme bien.

Era domingo 24 de marzo de 1946. Entró en el hotel y después de colocar las figuras encima del tablero, preguntándose qué podía preparar para el match contra Botvinnik, se quedó dormido para siempre.

Estaba analizando una partida. Murió aquella misma noche. ¿Cómo?

"Sí, he estado presente en la autopsia de Alekhine. En aquel momento yo era estudiante de medicina en Lisboa. Fue una casualidad que estuviese de guardia y que presenciase la autopsia. No tenía ni idea de quién era el cuerpo. Un compañero me dijo emocionado por la solemnidad del momento: '¿Sabes quién es? Es Alekhine'. Me quedé sin poder articular una palabra." Así comenzaba la carta que me escribió

Antonio Ferreira, médico de San José, de California, uno de los pocos testigos de la muerte del campeón.

El gran maestro Kotov dio la mejor descripción de cómo murió Alekhine: "Encendió la luz y corrió las cortinas. La habitación del hotel estaba fría. Sin quitarse el abrigo Alekhine se inclinó sobre la mesa y colocó las figuras ...

"¿Qué voy a analizar hoy?" pensó, "Quizás la defensa francesa con sacrificio de peón. Botvinnik la domina a la perfección."

De repente le sobrevino un dolor en la parte izquierda del pecho. Su mano se fue hacia el corazón.

"¿Qué pasa?" se preguntaba Alekhine asustado. Por la cabeza le paso una idea horrible. No se atrevía moverse." ¿Será eso el final? ¡No, no puede ser!", gritó, pero no oía su voz. Ni nadie le pudo oír. A su alrededor reinaba el silencio. Estaba solo, completamente solo. No podía esperar ayuda de nadie. En un momento se sintió mejor. El dolor desapareció y respiraba con normalidad. Ante sus ojos pasaban las imágenes de su infancia. Extendió la mano para alcanzar la figura del rey de madera. Quizás quería hacer su última jugada. El rey cayó. La mano de Alekhine se desplomó sobre el borde de la mesa.

Estaba en compañía de sus mejores amigos, las figuras de ajedrez.

Le encontraron muerto, recostado en el sillón, con la cabeza inclinada hacia un lado y con un tablero delante de él. Estaba analizando la partida Medina- Rico, del campeonato de España de 1945."

VladimirVukovic escribió:" Alekhine murió de un ataque al corazón. Eso fue lo que dijeron la mayoría de los historiadores del ajedrez. Pablo Morán escribió en un capítulo de su libro "Agonía de un genio" que el mejor ajedrecista del mundo había tenido una cirrosis incurable. Los médicos le habían dicho que dejara de beber, porque cada trago de coñac o ginebra le acercaba un paso más hacia hacia la muerte ...

-Morirá pronto si no deja de beber -le decía el doctor Rugarcía, de Gijón.

-¿Cuánto podré vivir si lo hago? -le preguntó Alekhine.

-Unos cuantos años -dijo el médico.

-Entonces no merece la pena dejar la bebida -contestó Alekhine y siguió bebiendo. El personal del hotel de Gijón estaba preocupado por el hombre que siempre se iba a dormir con una botella de coñac."

Muchos han pensado que fue el alcohol lo que le había llevado a la muerte. También se decía que quizás se había suicidado. Un lector de Rijeka, que me escribió sobre sus impresiones acerca de unas partidas simultáneas jugadas en Zagreb, terminó la carta con estas palabras:

"Seguramente sabe que Alekhine se suicidó después de terminar la guerra. Se cortó el cuello con una navaja de afeitar."

El doctor Ferreira desmintió esas habladurías. He aquí lo que escribió: "Entre mis compañeros de la universidad yo era conocido como bastante buen ajedrecista. Alekhine era un héroe para muchos de nosotros y para mí siempre permanecerá inmortal y por encima de los demás. Y ahora, de repente, me encontraba ante el cuerpo de alguien que era igual a la fotografía de Alekhine que tantas veces había visto en los libros y en las revistas.

Como ya se sabe, las circunstancias de su muerte fueron bastante sospechosas. Le encontraron muerto en su habitación, solo. Ante él estaban las figuras de ajedrez y un solomillo a medio comer. Hubo que investigar distintas posibilidades de algún juego sucio. Le trasladaron desde el hotel de Estoril, donde en cierto modo era el huésped de honor, a la Escuela de Medicina de Lisboa. Cuando empezó la autopsia, algunos médicos pensaban que podía haberse tomado algún veneno.

Por eso se hizo un examen exhaustivo del contenido de su estómago.

Luego investigamos otra posibilidad, una oclusión en el corazón.

Examinamos también su boca y la garganta y pronto determinamos la causa evidente de la muerte: entre las cuerdas vocales tenía un trozo de solomillo, el que le había provocado la muerte por ahogo."

"Yo sabía" -seguía escribiendo el doctor Ferreira- "que Alekhine tenía la costumbre de comer solo en su habitación. También había oído que evitaba comer cuando alguien podía observarle. Estando solo en su habitación podía comer como más le apetecía, llevándose a la boca grandes trozos de carne con los dedos ... La realidad es que la autopsia había revelado que, aparte del trozo relativamente grande de carne que tenía entre las cuerdas vocales, también tenía otro más en la boca. Pero incluso de no haber tenido los hábitos que tenía, el hecho es que ese t ipo de muerte en absoluto es poco frecuente. Se ha comprobado que en Estados Unidos ocupa el sexto lugar de todas las muertes repentinas.

No es tan raro que alguien que goza de buena salud y que disfruta de la comida en compañía de sus amigos en un restaurante, se caiga de repente al suelo mientras habla, se ríe o tose. La gente se alerta, habla de un ataque de corazón, llama a una ambulancia o al médico, pero es demasiado tarde. Si no se presta la ayuda necesaria, la muerte se produce en unos cuantos minutos.

Alekhine murió del mismo modo. Con frecuencia he leído sobre las causas absurdas de su muerte, como el ataque al corazón, el alcohol, naturalmente, o sencillamente unas circunstancias misteriosas. Pienso que siempre resulta difícil comprender la muerte de un gran hombre.

Tendemos a adornarla de una aureola misteriosa porque la auténtica realidad podría parecer demasiado prosaica. Le deseo éxito con sus libros sobre los campeones del mundo.

Alekhine nunca murió para mí, a pesar de mi duro recuerdo. Un cordial saludo, Antonio Ferreira."

La prensa francesa publicó una entrevista con Alekhine: "Un factor muy importante en el ajedrez es la psicología. El éxito que tuve en el match con Capablanca se debe, ante todo, a mi superioridad psicológica.

Capablanca jugaba confiando casi exclusivamente en su extraordinario talento intuitivo. En general, hay que conocer bien al adversario antes de empezar a jugar. Así la partida se convierte en el medidor del individualismo y del amor propio que juega un papel enorme en el resultado del juego." Bjelica, D. "Reyes del ajedrez- Alexander Alekhine"-Zugarto Ediciones S.A., 1993,Getafe (Madrid)- España



 
 
Así fue encontrado muerto en su habitación Alexander Alekhine. Fotografía vía ChessBase

 "Su muerte precipitada en Portugal destapó todo tipo de cojuras, algunas delirantes.  La más célere se bassa en el supusto testimonio del médico Ferreira, el autor de su autopsia, que se vió obligado,dicen, a mentir por presiones de la poicía seceta del Estado Novo en su informe.  Así el dictador Salazar quiso evitar un incómodo incidente diplomático con los vencedores -Alekhine era un renegado de la URSS con ciudadanía francesa- y seguir jugando al equilibrismo para mantener su régimen como antes lo había hecho Franco, Hitler y Churchill.

Según los defensores de esta teoría conspiranoide, Alekhine fue ejecutado por el Escuadrón de la Muerte, un grupo de la Resistencia francesa dedicado a eliminar colaboracionistas del régimen de Vichy.  Su argumentación es al menos peculiar: las iniciales de Alexandre Alekhine - AA- habrían colocado al ajedrecista el primero en una presunta lista de objetivos.  De ser así, habría sido un asesinato alfabético.

Lo único comprobado es que la mortaja de Alekhine era un nido de deudas y solo pudo enterrarse cuando la federación portuguesa de ajedrez se hizo cargo de los gastos.  Curiosamente, el hombre de acero, Stalin, al enterarse de su muerte hizo eleiminar el expeiente del caso "número 228 contra A.A. Alekhine" de los archivos de la Seguridad del Estado de la URSS.  De esta forma, el enemigo del proletariado pasó a ser héroe sovíetico. Los tiranos son gente de memoria selectiva.

A pesar de las apresiones de Moscú, por voluntad de su cuarta esposa los restos del ajedecrista acabaron en el cementerio parisino de Montparnass.

Hace unos años una tormenta destrozó la lápida de su tumba." Benitez J. "Nieve Negra Dioses, héroes y bastardos del ajedrez" Libros del K.O., S.L.L.Madrid-España, 2020

 
Le pregunto a Maurensig qué opina de todo esto: «Cuesta imaginar una actitud tan tranquila en alguien que se está muriendo asfixiado. Todo nos lleva a pensar en una farsa. Y después, aunque muchos años después, está la revelación del doctor Ferreira, el médico que estuvo presente en la autopsia». En efecto, Ferreira contó muchos años más tarde que Alekhine había sido asesinado a tiros y que el cuerpo se encontró en la calle, enfrente del hotel.

Miguel Ángel Nepomuceno, mi amigo Nepo, lleva tres décadas trabajando sobre la biografía de Alekhine. Él tiene la autopsia en su poder (nunca publicada) y entrevistó a varios personajes clave en este enigma. Le escribo, un poco obsesionado con el tema. «Yo no tengo la certeza, pero pudo ser baleado. Tengo una carta manuscrita del camarero que lo recogió en la calle. Y las fotos son un montaje, de eso no hay duda. Pero mi último descubrimiento, Manuel, es que Alekhine era un espía de Franco. Hubo varias reuniones entre personajes del franquismo, cineastas y Alekhine en un céntrico hotel de Madrid».

La confesión de Nepomuceno me deja paralizado. Me pongo a buscar más información. Le vuelvo a mandar un correo. Dos. No puedo dormir. Entonces doy con una imagen antigua del Hotel do Parque de Estoril. Para mi sorpresa, el suelo del hall es como un gran tablero de ajedrez. diariosur.es MANUEL AZUAGA HERRERA Málaga


En 1999 el GM canadiense Kevin Spragett difundió la opinión de que había algo sospechoso en la versión oficial de muerte por asfixia o ataque al corazón. "¿Cuál es la equivocación en la historia oficial? (Me refiero, a parte del hecho de que si una persona 'normal' está sentada y se asfixia se pondría de pie y se agitaría bastante, posiblemente incluso volcando el tablero y las piezas...) ¡El médico que redactó el certificado de defunción (Dr. Antonio Ferreira, por casualidad también un ávido ajedrecista) más tarde dijo a los amigos que el cuerpo de Alekhine se encontró en la calle, en frente de la habitación del hotel! ¡Tenía un disparo! Dijo que la presión del gobierno le había forzado a redactar el certificado de defunción tal y como se hizo (Portugal fue neutral durante la II Guerra Mundial y podía querer evitar controversias)

Según fuentes bien informadas (incluyendo a Spassky, que está casado con una francesa que trabajó en los servicios diplomáticos) la Resistencia Francesa creó un súper secreto 'Escuadrón de la Muerte' tras la II Guerra Mundial para 'tratar' adecuadamente a quienes estaban en una lista negra por colaborar con demasiada voluntad con los nazis alemanes, cuando Francia fue invadida por Alemania. ¡Parece que en la lista había más de 200.000 nombres!

¡La correspondencia de Alekhine, poco antes de su fallecimiento prematuro, mencionaba que sentía que estaba siendo seguido! ¡Las iniciales de Alexander Alekhine eran AA, de forma que eso lo colocaría al comienzo de cualquier lista! Alekhine murió cuando quedaban uno o dos días para que la Federación Británica de Ajedrez votase el albergar el encuentro Botvinnik-Alekhine... ¡Así que, si había un asesino, debía actuar rápidamente ya que Alekhine iba a marcharse a Inglaterra!" https://www.ecured.cu/Anexo:Muerte_de_Alexander_Alekhine

 

"A comienzos de marzo de1946, Alekhine recibió un desafió oficial de Botvinnik, fechado 4 de febrero.  Por supuesto, inmediatamenete confirmó su aceptación y su alegría -¡la vida volvía a la normalidad!- tuvo como consecuencia otro ataque al corazón.  A través de intermediarios ingleses, ambos jugadores acordaron que el match tendría lugar en Londres.  Pero el 24 de marzo el mundo del ajedrez fue conmovido por la noticia de la muerte repentina del campeón, a los 53 años, encontrado inmóvil, sentado en un sofá de su habitación, frente a un tablero de ajedrez.

La muerte de Aekhine fue tan misteriorsa y trágica como su vida.  Su hijo deslizó más tarde que "la mano de Moscú alcanzó a mi padre", pero hay oficial evidencia médica de que "Alekhine murió como consecuencia de asfixia, debido a haberse bloqueado la laringe con un trozo de carne", aunqe algunos testidos presenciales declararon que, a juzgar por la tranquila expresión de su rostro, "esa no debía haber sido la causa principal de su muerte, sino sencillamente una coincidencia con un ataque al corazón" Kasparov, G. "Mis geniales predecesores volumen 1" Edicions Meran , La Roda (Albacete)- España, 2003

Tumba de Alexander Alekhine en París, Francia
(reconstrucción del original que fue destruido en 1999)

 
"... estalló la Segunda Guerra Mundial.  Alekhine y Tartakower pidieron que se boicotease al equipo alemán, en señal de protesta por el ataque nazi a Polonia, y franceses y polacos, además de los palestinos, se les unieron, rehusando jugar con los alemanes (en cada caso se registró un arbitrario empate 2-2).
El trágico destino que le esperaba al cuarto campeón ha sido descrito ennla literatura ejedrecística y , por consigueinte, sólo me detendré en los puntos más importantes.
El mismo otoño, en Sudamérica y a través de intermediarios, se reanudaron las lentas conversaciones acerca de un match-revancha con Capabanc.  Mientras que se dicutían los detalles, Alehkine regresó a París y se incorporó al ejército francés como intérprete militar.  En el verano de 1940, trás la rendición de Francia, Alexander y Grace Alekhine se encontraron en territorio ocupado por los alemanes.  Soñaban con escapar a América, vía Portugal, dode el campeón podría encontrar un lenguaje común con el cubano, pero quien iba a imaginarse que a Capablnca sólo le quedaban dieciocho meses de vida.
Em la primavera de 1941 los alemanes le permitieron a Alekhine viajra Lisboa, pero a un alto precio: sin su esposa y a cambio de una escandalosa serie  de artículos antisemitas Ajedrez judio y ario, publicado en Francia, Holanda y Alemania.  Para salvat¡r la vida y lograr la libertad de Grace quie, según el hijo "suizo" de Alekhine era una judía americana, el campeón aceptó las condiciones de los nazis.  olvió a Praga y comenzó a jugar en competiciones bajo los auspicios de la Unión Ajedreísitica de la Gran Alemania. 
Durante los años de la guerra participó en dieciséis torneos, ganando nueve y compartiendo el primer puesto en otros cuatro.  En una ocación se les ordenó a él y  Grace  que viviesen en Praga, y allí, en nel invierno de 1942/43 Alekhine caasi muere de una escarlatina, por extraá coincidencia en el mismo hospital en que había muerto Réti, en 1929.  Tras recuperarse un poco, ganó brillantemente el torneo de Praga 1943.
...
En otoño de 1943, por invitación de la Federación Española de Ajedrez, el campeón viajó a Madrid, de nuevo solo, pues la Gestapo no había permitido que su mujer lo acompañara.  Durante dos años jugó en pequeños torneos españoles, realizó exhibiciones de simultáneas, y le dió lecciones a Arturo Pomar, el futuro gran maestro.
Intentó, sin éxito, obtener permiso para que Grace viajese a España, y al final de la guerra realizó tentativas igualmente infructuosas para regresasr a Paris.  De la URSS le llegaron noticias con la muerte de su hermana mayor (su hermano había muerto en 1939).  En el otoño de 1945 se trasladó a la pequeña ciudad portuguesa de Estoril, donde tenía un buen amigo, Francisco Lupi.
"suferiendo la soledad y enfeermo, el campeón del mundo esperaba que se disipase aquel tiempo pelgroso, cuando en toda Europa se estaba buscando y juzgandoa criminales y colaboracionistas",scribe el conocido pianista Dmitri aperno en sus memorias.  "podemos imaginarnos esos momentos enn la vida del gran jugador: otoño e invierno enn la extranjera y provinciana Estoril, frente al océano, el hotel semivació donde estaba alojado virtualmente por caridad, sin cntacto con su mujero, escribiendo ctas desesperadas a antiguos amigos, enn las que tratataba de justificarse a si mismo.  Todo esto con el trasfond de alta presion sanguínea (de hasta 280), falto de dinero y alcohol.  Lo que le quedaba de lso raros pagos que percibía por comentar partidas o exhibiciones de simultáneas, organizadas pr Lupi, lo invertía en coñac".
A finales de noviembre llegó un rayo de esperanza.  La Federación Británica de Ajedrez le invitó a participar en los primeros torneos después de la guerra: Londres y Hastings.  El inspirado recluso contestó con su inmediato acuerdo y comenzó a prepararse.  Pero entoncrs llegaron las terribles noticias de que, debido a una protesta de la Federación Americana de Ajedrez, la invitación había sido cancelada.  Alekhine sufrió un ataque al corazón.  Poniendo en orden sus pensamientos, el campeón cursóa los organizadores del torneo d e Londres una carta (publicada en la British Chess Magazzine, 1946, núm. 1 y, con una traducción ligermente distinta, en Chess 1946, núm. 1) 
... 
(AA)En primer lugar, me informa de que ciertos círculos han formulado bjeciones, basándose en mis supuestas simpatías durante la guerra.  Ahora bien cuaquiera n influido por prejuicios puede comprender cuáles han sido mis sentimientos reales acerca de quienes me despojaron de todo aquello por  lo merece la penar vivir gente que ha arrionado mi hogar, que ha pillado el castillo de mi mujer (con todo lo que yo poseía) y que, por último ¡incluso ha robado mi nombre!
...
(AA) Durante casi veinte años se me ha calificado de "ruso blanco", algo que me resulta especialmente doloroso, por cuanto me hace imposible cualquier contacto con mi país de origen, que nunca he dejado de amar y admirar.
Finalmente, en 1938/39 esperaba con las negociaciones y correspondencia mantenidas con el campeón de la URSS, M. Bovtinnik, haber puesto punto final a esa absurda leyenda, que, en ralidad, estaba prácticamente decidido un match entre él y yo, en la URSS.  Entonces estalló la guerra y, una vez finalizada, heme aquí, investido con el degradante epíteto de "pro-nazi", acusado de colaboracionista, etc.
...
(AA) El Dr. Euwe estaba tan convencido de mi "influencia" con los nazis que me escribió dos cartas en las que me pedía utilizarla para mitigar el destino del pobre Sr. Landau y de mi amigo, el Dr. Oskam.  El hecho es que, en Alemania y los territorios ocupados, estábamos bajo constante supervisión y la amenaza de ser enviados a algún campo de concentración por parte de la Gestapo.  La reacción del Dr. Euwe a mi invitación es, por tanto, muy natural, pero lo mismo que tanto otros, está totalmente equivocado.
...
(AA) El término "colaboracionista" se usa, geralmente, contra aquellos que , oficialmente o no, han actuado conforme a las miras del Gobierno de Vichy.  Pero yo nunca he tenido nada que ver con ese Gobierno ni con sus representantes.  He jugado al ajedrez en Alemania y paises ocupados porque ése era nuestro único medio de subsistencia, así como tambien el precio que tuve que pagar por la libertad de mi esposa.

A uno le gustaría creer a Alexander Alexandrovich hasta el final, pero los historiadores de ajedrez han desenterradoo dos entrevsitas con el campeón pblicadas en la prensa española el 3 de septiembre de 1941, antes de su marcha para el torneo de Munich.  En ellas Alekhine declaraba que "en el periódico Pariser Zeitung primero había tratado de examinar el ajedrez desde unn punto de vista racial" obligándose, dada su intención,a pronunciar varias conferencias "acerca de los tipos de ajedrez ario y semítico", y a la cuestión de qué jugadores de ajedrez admiraba, respodió: "Debo mencionar, sobre todo, la graandeza de Capablanca destinado a destronar al judio Laser de la corona munidal de ajedrez".
Ciertamente, "¡Que terribles tiempos, que gente cruel!".  Cuatro años más tarde el fascismo se desvanecía como una terrible pesadilla, pero el campeón se quedó con las manos vacías."Tan visionario y profundo como era en el tablero, en la vida Alkhine demostró, mas de una vez, su cortedad de miras políticas", diría fríamente Botvinnik y obtendría permiso  del Kremlim para pobner en marcha un encuentro con "el enemigo del pueblo" Kasparov, G. "Mis geniales predecesores volumen 1" Edicions Meran , La Roda (Albacete)- España, 2003


"Y sobrevino el período más oscuro de su vida, en medio del drama que vivió la humanidad. Prácticamente las competencias de ajedrez quedaron paralizadas por la guerra, al igual que el resto de las actividades deportivas, pero los nazis igualmente promovieron algunos torneos y Alekhine aceptó participar. Ganó en Munich y Salzburgo, Praga y Varsovia, por ejemplo. También se le atribuyen textos antisemitas e imágenes junto al matrimonio Goebbels.

Según escribió el periodista y especialista en ajedrez Carlos Ilardo, “mientras el ejército nazi incautaba las propiedades a su paso por el territorio francés, el doctor Alexander Alekhine sacó provecho de su fama y se sentó en la mesa de negociaciones, confundió conveniencia por convicción y decidió vender su alma al diablo. El ajedrecista jugaría torneos bajo la bandera del III Reich, a cambio de la restitución del castillo de Saint-Aubin-le Cauf a su esposa, y la entrega de un visado para que ella regresara a Estados Unidos. El acuerdo incluía una autorización para que sólo él pudiera trasladarse por España y Portugal (países bajo las dictaduras de Francisco Franco Bahamonde y António de Oliveira Salazar), para participar en torneos poco relevantes”. www.clarin.com 
 
 
 
Fotografía tomada del libro "Teoría de las sombras"
Hotel do Parque, en Estoril, donde Alexandre Alekhine 
fue hallado muerto el 24 de marzo de 1946.

"-Imagine que Stalin -dijo-, con la complicidad de la policía portuguesa, hubiera dado la orden no sólo de matarlo, sino también de trasladar los restos mortales a su patria.  Pese a que se le consideraba un traidor, su genio pertenecía a la Gran Madre Rusia.  Imagine que el cuerpo embalsamado de Alekhine se encuentra, todavía hoy, expuesto en una vitrina, en el interior de alguna estancia secreta del Kremlin.  Imagine eso como conclusión de su novela."  Maurensing, Paolo. "Teoría de las sombras" gatopardo ediciones, Barcelona-España, 2017 
 
"Mucho se ha dicho respecto de lo que se sabe y lo que se desconoce acerca de las circunstancias en las que el cuarto campeón mundial de la historia, de vida tan intensa como conflictiva, muere supuestamente de forma natural (por atragantarse con un pedazo de comida) en el hotel. Ese supuesto fue interpelado por otras hipótesis que apuntan a que pudo haber sido muerto, incluso fuera del hotel, y plantado su cuerpo ulteriormente en su habitación. ¿Un crimen por venganza por sus posturas colaboracionistas con el nazismo o por otros motivos, mediando la intervención de servicios secretos de diversas procedencias o de exintegrantes de la Resistencia Francesa?

En todo caso el relato de Maurensig, y como también se ha especulado con fuerza a poco de conocerse la muerte del campeón, decanta para el lado del asesinato y, más específicamente, sosteniendo la teoría de que la KGB, al servicio de Iósif Stalin (1878-1953), estuvo por detrás de ese desenlace máxime que Alejin era considerado un traidor desde la perspectiva del régimen."
Ver el artículo de Sergio Negri en Ajedrez Latitud Sur https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2022/03/26/paolo-maurensig-en-teoria-de-las-sombras-plantea-que-alekhine-murio-por-orden-de-stalin/ 
 
 
Alekhine visitó España en varias ocasiones. En La diagonal Alekhine, Arthur Larrue se centra en dos de sus viajes: el primero se produjo poco después de la publicación del artículo sobre la inferioridad de los judíos en el ajedrez. El ejército alemán le permitió participar en torneos por ese territorio neutral que era la península, y fue en Madrid donde concedió una entrevista a Valentín González, periodista de Informaciones , en la que explicó que los jugadores arios se caracterizan por su agresividad, mientras los judíos lo hacen por su conservadurismo, lo cual era, en su opinión, algo así como deshonrar el arte del ajedrez. El segundo viaje se produjo en 1943, cuando la balanza de la guerra empezaba a inclinarse hacia el bando soviético, y se prolongó durante dos años.

Durante ese periodo, Alekhine llevó un diario en el que dejó buena cuenta de sus gravísimos problemas de salud, que provocaron su ingreso en un hospital, y de su arrepentimiento por haber escrito un artículo que habría de manchar su reputación por siempre jamás.
https://elplacerdelalectura.com/2021/12/la-diagonal-alekhine-de-arthur-larrue.html

"Alekhine tuvo que esperar once años para reemprender sus viajes. Entre los medios de transporte más singulares queutilizó post mortem, figuran una carroza fúnebre y un asteroide. La carroza era una camioneta Renault 1000 kg negra guarnecida de cortinas malva con flecos dorados. En 1956 lo llevó de Lisboa a París, donde lo aguardaban representantes de la Federación Internacional de Ajedrez, grandísimos jugadores como los futuros campeones del mundo Petrosián y Spasky (Botvínnik aún era el poseedor del título) y funcionarios de primer nivel franceses y soviéticos. Le rindieron un pomposo homenaje. Sobre la estela habían instalado un bajorrelieve que lo representaba y, encima de la lápida, un tablero de mármol rosa y gris en el que era posible colocar piezas y jugar una partida. Había pocas mujeres, con la notable excepción de Grace." Larrue, Arthur, "La diagonal Alekhine" Penguin Random House Grupo Editorial, Barcelona-España, 2021

Recientemente, nuestro amigo Sergio Ernesto Negri de AJEDREZ LATITUD SUR, publica un artículo sobre la pelicula "LA NIEVE BLANCA DE RUSIA" y la presentación de la misma en la plataforma youtube con subtitulos en español.  Yo tenía la versión rusa hace muchos años y no encontraba su traducción al español.
 
 
 

Finalmente les dejo el link del posteo de Sergio Ernesto Negri:
https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2021/05/31/la-nieve-blanca-film-ruso-con-subtitulos-en-espanol/#more-2636

 

BIBLIOGRAFIA: 

https://jugadoresdeajedrez.com/biografia/alexander-alekhine/
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16985493
WIKI
https://es.chessbase.com/post/alekhine-euwe-1935-imgenes-poderosas
https://www.ecured.cu/Anexo:Muerte_de_Alexander_Alekhine
https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2021/05/31/la-nieve-blanca-film-ruso-con-subtitulos-en-espanol/#more-2636
www.clarin.com
Bjelica, D. "Reyes del ajedrez- Alexander Alekhine"-Zugarto Ediciones S.A., 1993,Getafe (Madrid)- España
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Maurensing, Paolo. "Teoría de las sombras" gatopardo ediciones, Barcelona-España, 2017
Kasparov, G. "Mis geniales predecesores volumen 1" Edicions Meran , La Roda (Albacete)- España, 2003