Reloj analógico español
maquinaria montada sobre caja plástica y madera
Periodo de uso c.i 1920 - 1960
Esferas de 95 mm de diámetro
con diagramas de caballos de color para indicar el color del jugador
Barra pulsadora lateral de madera
Largo 265 mm x Alto 180 mm x Ancho 100 mm
1.000 gramos
Fabricante desconocido
DONACIÓN DE OBERENA Y JOAQUÍN PÉREZ-SEOANE GARRIDO
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Fotografía: Sergio Coellar Mideros- Pamplona, marzo de 2024
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El Club Deportivo Oberena -lo mejormejor- en euskera fue fundado en 1940 en la Calle de la Zapatería, en el casco antiguo de Pamplona.
"En 1940 nacía dentro de Acción Católica, con el apoyo del obispo Marcelino Olaechea la Sociedad Deportiva Oberena. ¿Cómo empezó aquella sociedad?. En el inicio de Oberena tuvo bastante que ver, al parecer, el sacerdote Santo Beguiristiain quien tuvo la feliz idea de unir a los jóvenes de Acción Católica, de las diferentes parroquias pamplonesas, para promover entre la juventud el cultivo del deporte y el folclore. Así, el 12 de diciembre de 1940 se reunían en la sede de Acción Católica de la calle Zapatería, 40 representantes parroquiales de las iglesias de San Saturnino, San Nicolás, San Agustín, San Lorenzo y San Francisco Javier quienes acordaron crear un equipo de fútbol cuyo nombre sería Club Deportivo Oberena. También se acordó crear una peña para salir en las fiestas de San Fermín de ese año. En 1946 se compraron más de 3.650 m2 en la zona del Plan Sur para construir las dos piscinas que entrarían en funcionamiento entre 1954 y 1955.
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Fotografía de inauguración. |
La sede social de la Peña Oberena estuvo, sin embargo, entre 1954 y 1987 en el Frontón Labrit. En el año 1966 el plan sur detenía la expansión del club. No obstante, se construyó una pista polideportiva y se dotó a las instalaciones de un bar. En 1984 se decidió ampliar las instalaciones, consiguiendo la cesión de 2.500 m2 por parte del Ayuntamiento pero en 1991 sus instalaciones se vieron afectadas por la construcción de la calle Blás de la Serna en más de 3.000 m2. La compensación municipal fue para el Arzobispado, propietario de los terrenos, quien a su vez se los vendió al club en 1996. ..."
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Ed. Soberanas 1951 |
Cuenta José María Baroga, seudónimno de J
osé María Goñi Zubillaga, en el 2º volumen de «La vida íntima de Pamplona», como en 1950 aún se cazaban cardelinas en Larrabide, los trigales crecían en Abejeras y se trillaba en la Vuelta del Castillo. A finales de mayo de 1950 se colocaba la primera piedra del Colegio de San Ignacio (Jesuitas). También ese año comenzarían a ponerse las primeras piedras de la nueva Parroquia de San Miguel. Aún funcionaba el Plazaola que, con más frecuencia de lo deseable, soltaba chispas y producía incendios en campos y sembrados en San Juan y pueblos de la Comarca, como lo atestiguan las frecuencias noticias en la prensa al respecto. La ciudad iba creciendo, construyéndose edificios en campos hasta entonces de labranza. Al pamplonés de toda la vida, amante de sus tradiciones, solo le quedaba para el recuerdo y la añoranza el casco antiguo. Triunfaba la Coral de Cámara en Lille, entre más de 180 coros de todo el mundo. Osasuna se encontraba en el 1º grupo de la 2ª división. Sonaban los nombres de Fandós, Armendariz, Gallo, Lorente, Goñi, León, Ríos y Areta. Continuaba el racionamiento y el estraperlismo. Se bebía achicoria en vez de café y escaseaba el azúcar que se suplía con miel o sacarina.
El olmo de la Taconera conocía sus últimos días, a finales de marzo de 1951, concretamente el día 29, después de más de 200 años de servicio a la ciudad y sus habitantes. Fue bastante polémico su derribo, pero el progreso mandaba y la necesidad de ampliar la calzada hizo que su enorme tronco fuese pasto de las hachas de los operarios municipales, tal y como vemos en la foto adjunta.
El 1 de abril se abría el cine Amaya con la proyección de la película «Agustina de Aragón» y este año se inauguraba el estadio Ruiz de Alda por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes. En mayo tomaba posesión como Alcalde, Miguel Gortari, que permanecerá en su puesto hasta abril de 1952.
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El Labrit, sede de Oberena desde 1954 a 1977 Fuente: Oberena,*El Labrit construido en 1952 y reformado en 1986, es el centro de juego de pelota vasca, creado para contar con un frontón de garantías a la alta demanda de los aficionados de la capital navarra. |
En
la década de los años 30, se organizaban torneos abiertos para todos
los aficionados, como el del antiguo Café Kutz sito en la Plaza del
Castillo. Jugadores destacados de esta época fueron Ochoa de Olza, Plaza
Indurain, Ruiz, Arlabán, Legaz, Ezcurdia… Esta actividad quedó truncada
hasta el final de la Guerra Civil Española.
"En
los años 40 y 50, la actividad ajedrecística, a nivel absoluto, la
organizaba Educación y Descanso, y paralelamente se celebraban torneos
para jóvenes organizados por la Delegación de la Juventud, siendo el
lugar habitual de juego el Café Niza.
El arrendamiento del Labrit*, por parte de Oberena, iba a servir como catalizador de un proceso que ya estaba fraguando desde hacía algún tiempo. Algunos aficionados se reunían habitualmente y comenzaron en organizar actividades por su cuenta y en formar un equipo de ajedrez. Si el arrendamiento se produjo en junio de 1954, no iban a transcurrir más de 4 meses hasta el comienzo del primer torneo organizado en Oberena.
Dicho torneo organizado por Salvador Casado y Juan Pedro García del Valle dio comienzo el 15 de octubre de 1954 y se puede considerar el nacimiento de la sección de ajedrez de Oberena."
"Se pueden encontrar Clubes de ajedrez más antiguos que Oberena, pero pocos con una trayectoria como la que ha seguido el club navarro en los últimos cincuenta años.
El Club-sección de ajedrez de Oberena fue ya en el año 1958 uno de los impulsores de la fundación de la Federación Navarra de ajedrez ..."Javier Ochoa de Echagüen, Presidente de la Federación Española de Ajedrez. Fuente: Oberena, "50 años de ajedrez en Oberena". 2005
Una vez establecida en 1958 la Federación Navarra de Ajedrez, se inicia la participación de los ajedrecistas navarros en campeonatos nacionales.
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Cuartos
de final del Campeonato de España. (Casino Principal, Pamplona Abril 1958). El Dr. Goñi Arregui de Oberena,
representante navarro en el Cto. Observa la partida Salvador Casado.
Fuente: Oberena, "50 años de ajedrez en Oberena". 2005
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En Historia del Ajedrez Español Jordi Capellades, comenta sobre relojes de ajedrez similares al que consta en la fotografía anterior. Según Joaquín Pérez-Seoane, actual Presidente de la Federación Navarra de Ajedrez, Salvador Casado seria el responsable de la adquisición de los primeros relojes de ajedrez de OBERENA.
Joaquín Antúnez Riezu, cuádruple campeón de Navarra recuerda haber jugado con relojes de ajedrez, como el que se presenta en esta publicación.
Así comenta Capellades: "Dos
relojes de los años 50 que se utilizaron en los torneos Nacionales que
se jugaron en La Pobla de Lillet. El primero, con los puntos negro y
blanco en las esferas, se compró en 1954. El segundo se fabricó por
artesanos (carpintero, barnizador, relojero) del propio pueblo."
Alejandro Melchor: Véase
el reloj: idéntico al de la primera fotografía; es de un Torneo
Nacional en Berga 1954, a 30 Kms. del pueblo de La Pobla de Lillet de
donde se sacó la foto que encabeza el artículo. ( Foto: Archivo Lucien
Francino, de Terrassa, Barcelona ). Luego parece que ese era el reloj
"standard" en España en la época, .. con pulsador de madera. A inicios
de los '60 ya se empezaron a jugar por todo el país con relojes mas
"modernos", como atestiguan muchas fotos de Torneos.
Demos un vistazo a la situación económica, política y social de España, en los años de surgimiento del Club Oberena de Pamplona y de la sección de ajedrez
La Guerra civil española terminaba el 1 de abril de 1939 con la destrucción de la industria, la red de comunicaciones e inclusive parte de varias ciudades y Franco se encontraba al frente de un país en ruinas. Franco, que había recibido ayuda militar alemana e italiana en la Guerra Cívil, mantuvo una posición ambigua que siempre velaba por sus intereses, frente a la Segunda Guerra Mundial que se iniciaba el 1 de septiembre del mismo año. Primero fue neutral; luego, de aliado no beligerante a aliado de Hitler. Envió a la Legión Azul al frente oriental en la invasión alemana a la URSS; luego cambiaria su postura, nuevamente a la neutralidad ofreciendo ayuda a los aliados, cuando supo del éxito de los desembarcos americanos en Marruecos y Argelia, de la derrota alemana en El Alamein-África y del triunfo del Ejército Rojo en Stalingrado.
En 1945 cuando empezaron a conocerse las atrocidades en los campos de exterminio nazis, saco de su gobierno a la Falange y dio protagonismo al sector más católico y conservador encabezado por de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Carrero Blanco opinaba que los juicios de Núremberg eran "venganza y crimen".
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Franco
junto a Heinrich Himmler en el Palacio de Oriente
durante la visita que hizo a España el líder nazi en 1940.
Foto: Cordon Press |
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Soldados
de la División Azul en Prokrowskaja,
en la Unión Soviética, durante la Segunda Guerra
Mundial.
Foto: CC |
"Asimismo, la censura española se encargó de prohibir cualquier tipo de imagen que hiciera referencia a los campos de exterminio nazis, de los que nunca se dieron a conocer ni fotografías ni películas, hasta el punto de que en 1962 se suprimieron las imágenes de los campos que se mostraban en la película del director estadounidense Stanley Kramer, Judgement at Nurenberg (Juicio en Núremberg), y se obligó a cambiar el título en español por el de ¿Vencedores o vencidos?, poniendo de esta manera al mismo nivel a los asesinos nazis y al tribunal que los estaba juzgando. No sería hasta la muerte de Franco en 1975 cuando los españoles podrían ver por primera vez las aterradoras imágenes del Holocausto, pero incluso así, en esa época, cuando hacía ya tanto tiempo que había acabado el terrible conflicto que desangró al mundo, en España aún seguían existiendo publicaciones y artículos de prensa que alababan la ominosa figura de Adolf Hitler." https://historia.nationalgeographic.com.es/a/papel-espana-durante-segunda-guerra-mundial_18210 |
Presos españoles republicanos y antifascistas prisioneros en Mauthausen
despliegan una pancarta
para saludar la entrada de los Aliados.
Foto: PD |
Tras
la derrota de Hitler y sus aliados en la Segunda Guerra Mundial, la repartición de "esferas de
influencia" acordadas por Stalin, Churchill y Roosevelt en Teheran,
Yalta y ratificadas en Postdam (1945); la creación de la ONU en la cual a
pedido de la URSS, España no
formaría parte de la misma, el régimen franquista quedó aislado hasta
que mediante la firma del Concordato con la Santa Sede (1953), los
pactos de Madrid con Estados Unidos en el mismo año y su entrada en la
ONU en 1955, Franco lograra romper el aislamiento internacional,
recordando también que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial
iniciaron casi al terminar la Guerra lo que se ha denominado la "Guerra
Fría" que enfrentó a las superpotencias: Estados Unidos y la
desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que contribuyó
para que a España se acercara por su importante posición geográfica,
una de las potencias mundiales.
En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, encontramos un texto de Carlos Barciela López, en el que retrata la situación económica y política de España en los años cuarenta y se analiza la ayuda americana entre 1953-1963.
La España de los años cuarenta
La
España de los años cuarenta fue, en efecto, como dijo Sardá, una España
sedienta y, más aún, hambrienta. Dejaré a un lado la situación política
y social y las secuelas de la guerra civil, aunque conviene recordar
que esta década constituye, sin lugar a dudas, el período más negativo
de nuestra historia reciente.
En
lo económico, como han destacado todos los especialistas del período,
los años cuarenta son el principal período de retraso económico de la
historia contemporánea de España. La posguerra española se caracterizó
por una recuperación lentísima, sin parangón con lo que sucedió en los
países europeos que habían participado en la Segunda Guerra Mundial,
cuya recuperación posbélica fue mucho más rápida, a pesar de haber
sufrido daños mayores. España pagó con una prolongada crisis y una
recuperación lenta la posición política y los errores de la política
económica del régimen franquista. En lo político, el alineamiento de
Franco con las potencias del Eje y la hostilidad hacia los aliados,
incluso con la intervención militar contra la URSS, granjeó, como era
natural, la antipatía de las potencias democráticas hacia el régimen del
«Caudillo». La consecuencia fue que, acabada la Segunda Guerra Mundial,
España se encontró aislada y se vio privada de la generosa ayuda
norteamericana que, con el nombre de Plan Marshall, recibieron la mayor
parte de los países europeos.
Pero
el problema de la recuperación económica no fue sólo debido al
aislamiento del «Régimen». Los especialistas en la historia de este
período están de acuerdo en señalar que el estancamiento económico de
España, durante los años cuarenta, se debió, esencialmente, a los graves
errores de la política económica de los gobiernos de Franco. De manera
muy sintética expondré cuáles fueron los objetivos económicos
fundamentales del «Régimen», las principales líneas de política
económica y una explicación de por qué el programa económico del primer
franquismo estaba condenado al fracaso.
Para
los dirigentes franquistas el objetivo económico central fue el de
lograr la industrialización del país. El objetivo podía ser correcto, el
problema se planteó en la forma de conseguirlo. Se trató de forzar un
proceso de industrialización en un marco de autarquía económica,
sacrificando el desarrollo de los demás sectores. El objetivo de la
autarquía económica, es decir, la total autosuficiencia, el no depender
de los demás países, era un planteamiento muy característico de todas
las potencias fascistas y totalitarias, como la Alemania de Hitler y la
Italia de Mussolini. Se consideraba que un país que aspirara a
convertirse en una gran potencia, y cabeza de un Imperio, debía de tener
una base industrial y militar muy sólida e independiente. La
industrialización autárquica suponía cerrar paulatinamente el comercio
exterior, sustituyendo las importaciones por producción nacional. Los
esfuerzos del «Régimen» se dirigieron en ese sentido. El resultado de la
política autárquica llevada a cabo en España durante los años cuarenta
fue, como no podía resultar de otra manera, un desastre sin —7→
paliativos. El objetivo de la industrialización autárquica se encontró
con dificultades insalvables en los terrenos tecnológico y energético,
entre otros.
En
realidad, ningún economista, digno de tal nombre, defendía en ningún
lugar del mundo civilizado posiciones autárquicas. La idea de que los
países ganan con el comercio estaba plenamente consolidada en el
análisis económico desde hacía siglos, aún cuando el recurso al
proteccionismo comercial se había generalizado durante la gran depresión
de los años treinta.
Considero
importante resaltar algunas de las manifestaciones concretas de este
desastre económico. La más visible y dolorosa fue la gravísima escasez
de productos de todo tipo, especialmente alimenticios, que tuvieron que
sufrir la mayor parte de los españoles durante los años cuarenta. El
racionamiento, el hambre y el mercado negro son los rasgos dominantes de
la España de la larga posguerra.
A
finales de la década de los cuarenta la situación era cada vez más
difícil. Conviene recordar que los niveles alimenticios de 1935 no se
alcanzarían de nuevo hasta bien entrados los años cincuenta. Para colmo
de males, en 1949, Argentina dejaba de enviar trigo a España como
consecuencia de las deudas contraídas e impagadas por el gobierno de
Franco. En estas circunstancias, a comienzos de 1950, se empezaron a dar
las primeras muestras públicas de descontento, a pesar de la durísima
represión.
La evolución de la posición de EE. UU. en relación a España
Los
aliados, y en particular los EE. UU., habían intentado conseguir un
cambio de actitud de Franco durante la Segunda Guerra Mundial,
ofreciendo distintas vías de ayuda y cooperación económica. De hecho, la
ayuda de empresas norteamericanas como Texaco había sido fundamental
para el bando nacionalista durante la Guerra Civil. Sin embargo, Franco
se mantuvo leal a sus socios Hitler y Mussolini ya que, casi hasta el
final de la guerra, estuvo convencido de la victoria del Eje.
Finalizada
la guerra, la posición de Franco, como es conocido, era muy débil en el
plano internacional. España no sólo no había sido neutral, sino que
había combatido activamente contra uno de los países aliados ahora
victoriosos.
Como
consecuencia, nuestro país se vio marginado de los organismos
internacionales y de los planes de recuperación posbélica y, más
concretamente, del denominado Plan Marshall. La actitud de Franco, ante
la hostilidad internacional, fue la de esperar. Algunos panegiristas han
interpretado esta actitud del Dictador como una muestra evidente de su
sabiduría, prudencia y gran visión de futuro. En realidad a Franco no le
quedaba otra salida que esperar si quería, como era su deseo,
mantenerse en el poder. Fuera del poder podía temerse lo peor: el
recuerdo de lo que les había pasado a sus antiguos aliados Hitler y
Mussolini lo debió tener siempre muy presente, de manera que optó por su
propia salvación, subordinando a ello cualquier objetivo —8→ de
mejora de las condiciones de vida de los españoles. Cerró filas, clamó
contra la conspiración internacional y se dispuso a esperar
acontecimientos.
Para
el gobierno y la opinión pública norteamericana el «Régimen» español
carecía de legitimidad. De manera particular, el presidente Truman,
persona muy religiosa, tenía una clara antipatía hacia Franco, al que
asimilaba con Hitler y Mussolini, y hacia su sistema político, entre
otras razones, por la posición fuertemente cerrada del «Régimen» en
materia de falta de libertad religiosa. Las perspectivas para el
«Caudillo» no eran, ciertamente, muy favorables.
Sin
embargo, las circunstancias internacionales empezaron a cambiar en un
sentido muy positivo para el «Régimen». Los dos principales antiguos
aliados, los EE. UU. y la URSS, empezaron, muy pronto, a mostrar graves
diferencias que condujeron a una ruptura y al comienzo de lo que pasó a
denominarse guerra fría. En los EE. UU. el comunismo y la amenaza
comunista se convirtieron pronto en el gran enemigo nacional. En estas
nuevas circunstancias el régimen de Franco podía empezar a hacer valer
el principal de sus activos: su anticomunismo. Si en algo no podía haber
dudas era en el carácter profundamente anticomunista del «Régimen».
Poco
a poco, en los EE. UU., la opinión sobre cual debía de ser la actitud
hacia España fue cambiando. Se fue abriendo paso la idea, con la ayuda
bien organizada del «lobby español», de que España merecía un mejor
trato. Podemos situar en 1947 el comienzo de este cambio. En este año,
en efecto, se elaboró el «Informe Kennan» que recibiría la aprobación
del Presidente y del Departamento de Estado. Este Informe propiciaba un
acercamiento a España sin cuestionar la continuidad de Franco, aunque
exigiendo reformas liberalizadoras. Para España se abría una magnífica
oportunidad para salir de la grave situación económica en la que se
encontraba, integrándose en los planes de recuperación económica. Sin
embargo, Franco no se mostró dispuesto a introducir ningún cambio
político que mermara su poder, aún a costa de cerrar una vía que hubiera
permitido alcanzar, desde ese momento, mayores niveles de bienestar
para la población española.
En
el cambio de actitud de los EE. UU. confluyeron políticos
conservadores, sectores católicos norteamericanos simpatizantes de
Franco, políticos «pragmáticos» y representantes de importantes sectores
económicos, como aquéllos que veían que con el aislamiento perdían
oportunidades de negocio y, fundamentalmente, los que veían en España
una pieza más del arco «defensivo» que los EE. UU. estaban construyendo
en torno a la URSS. Sin embargo, a pesar de ese consenso que ganaba
terreno paulatinamente, la posición del gobierno norteamericano no
variaba en sus exigencias democratizadoras. Truman se mantenía firme en
su actitud.
Las
circunstancias internacionales dieron nuevos giros a favor de Franco.
En 1949 Mao Zedong triunfaba en la Guerra Civil China y los soviéticos
hacían explotar su primera bomba atómica. En junio de 1950 se
desencadenaba una ofensiva militar —9→ comunista en Corea y
comenzaba un conflicto que agrandaba el creciente anticomunismo
norteamericano. La fiebre anticomunista, el «macartismo», y la Guerra de
Corea revalorizaron la posición política y estratégica de España. Cada
vez resultaba de más interés para EE. UU. conseguir acuerdos con España
y, más concretamente, acuerdos militares. La hora de los pragmáticos en
uno y otro país había llegado. Para EE. UU. se trataba de conseguir
bases militares, para Franco obtener ayuda económica y militar, y, sobre
todo, el reconocimiento internacional del «Régimen». Tan sólo dos meses
después del comienzo de la Guerra de Corea, los EE. UU. concedían a
España un crédito de 62,5 millones de dólares, a los que seguirían otros
créditos y ayudas alimenticias y, lo que es más importante, los EE. UU.
se ponían en cabeza de los países que en la ONU pedían la derogación de
la resolución que en 1946 había supuesto el boicot diplomático a
España. Incluso, el propio Truman, a partir de 1951, empezó a rebajar
sus exigencias democratizadoras. No obstante, la actitud cerrada de
Franco impidió el éxito de esta política de acercamiento. En abril de
1952 comenzaron, formalmente, las negociaciones entre España y los EE.
UU. para alcanzar un acuerdo de defensa y económico, negociaciones que
resultaron muy duras.
El
último obstáculo se superó con la victoria electoral de Eisenhower en
noviembre de 1952. Cuando el general venció en las elecciones
presidenciales norteamericanas el camino para el entendimiento quedó,
por fin, definitivamente libre. Sin embargo, algunas circunstancias
accidentales, como el inesperado y repentino fallecimiento del almirante
Forrest P. Sherman, una semana después de entrevistarse con Franco, y
la posición del «Caudillo», que pretendía sacar el mayor beneficio
posible de los acuerdos, sin cambiar la esencia de su sistema político,
dificultaron el ritmo de las negociaciones y la firma final del acuerdo. Carlos Barciela López "La ayuda americana a España (1953-1963)" Universidad de Alicante, 2000
META
Este reloj, fabricado en España con mecanismos alemanes, dispone de un sistema sencillo y eficaz para alternar los relojes: la barra de madera de la parte inferior lleva un muelle curvado que frena el volante para un lado o para el otro. Como la mecánica está montada al revés, dos parches cubren la antigua esfera del segundero en la parte superior... ¡y se ha colocado una nueva esfera del segundero en la parte inferior de la esfera principal del reloj!
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Tarragona 1951: Partida Pomar-Moreno |
Arturo
Pomar jugando en Madrid con un reloj de marca Pomares y un detalle
fotográfico del mismo. Publicado en la web de un coleccionista de relojes de ajedrez.
La
biografía de Arturo Pomar nos permite entender diversas articulaciones.
En primer lugar, la que se establece entre la cultura popular y las
instituciones que regulaban la sociedad española durante el primer
franquismo, especialmente los medios de masas. ¿Qué significa ser un
niño prodigio en los años 40? y ¿qué significó ver, entre 1943 y 1946,
en el NO-DO y en la prensa, “a un niño como los demás” (NO-DO), que “se
encuentra en la tienda de juguetes en su elemento natural” (NO-DO),
viajar a países lejanos a jugar torneos internacionales, enfrentarse a
los mejores del mundo, ser recibido por el Generalísimo, proclamarse
campeón de España de ajedrez con 14 años? Preguntas más generales,
pertinentes a la articulación entre deporte y medios de masa, podrían
plantearse también. En el caso de Arturo Pomar, esa articulación se
efectúa mediante un proceso de iconificación mediática, uno de los
primeros del franquismo junto al de Manolete. En tercer lugar, existe
una clara articulación entre el deporte y el nacionalismo a través de
los medios controlados por el Estado que la trayectoria biopolítica de
Arturo Pomar ilumina. Desde esta perspectiva, una de las preguntas que
su trayectoria biopolítica suscita tiene que ver con la (re)construcción
del orgullo nacional, fuertemente ligado al orgullo imperial en el
imaginario mediático franquista, a través de la exaltación de su figura.
Finalmente, la biografía de Arturo Pomar también suscita preguntas
sobre la compleja y prolífica relación que la dictadura mantuvo con los
niños prodigio, una articulación en la cual el caso Arturo Pomar es
significativo, pues se trata del primero de una larga lista de niños
prodigio en la que se encuentran, entre otros, Pablito Calvo, Joselito,
Marisol, Pili y Mili, Rocío Durcal, Raphael y Ana Belén.
http://www.lacolecciondepapa.com/2021/02/arturito.html
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Pérez, 1944
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Apreciemos otros relojes analógicos de ajedrez de la época, de fabricación española y el mismo sistema de pulsación de barra lateral inferior. Creemos que los antiguos Pomares y META son el modelo estandar para la fabricación de los relojes de este tipo de pulsador. En cada región como se señala anteriormente un carpintero barnizador y un relojero de pueblo adaptaron relojes a las necesidades practicas se juego se las nacientes federaciones de ajedrez en las distintas Comunidades.
En la esfera del Pomares se indica una dirección: Jorge Juan 96, Madrid. Adicionalmente, considerando la fecha de producción del Pomares presentado y las fotografías anteriores que se corresponden con el mismo modelo y que son anteriores y posteriores a la Guerra civil, debemos considerar que se siguieron produciendo estos relojes.
¿Pomares era una marca de reloj madrileña? ¿META era otra fábrica relojera? o ¿Eran talleres de ensamblaje de relojes de otra marca? ¿Girod?
Los datos obtenidos de nuestras investigaciones determinan que en la calle Jorge Juan, 96 de Madrid, nunca existió una relojería. Hemos encontrado eso sí, la existencia de la fábrica de relojes J. G Girod en Madrid. Compartimos la fotografía de un reloj Girod, aunque la fuente asegura que es de fabricación francesa.
Girod
Otro reloj compuesto de dos despertadores - ¡parece ser la técnica más fácil para un relojero para crear un cronómetro de ajedrez! Los despertadores son de Girod - una empresa francesa que ya no existe...
Sin embargo, sabemos que la Fábrica de relojes J.G GIrod responde a una tradicional zaga de relojeros suizos, dedicados a la importación de relojes suizos y a la fabricación de relojes de péndulo. Fue establecida en España, primero en San Sebastián y luego en Madrid, con sucursales en Barcelona y Suiza, en 1860, en la calle Postas cercana al actual WiZink Center, antiguo Palacio del Deporte madrileño.
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A finales del siglo XIX el camino bajaba desde la plaza de toros –actualmente en su lugar se encuentra el Palacio de los Deportes–, cruzaba la ronda o foso del Ensanche–hoy calle del Doctor Esquerdo– y llegaba hasta la Quinta de la Fuente del Berro. El antiguo Camino de la Fuente del Berro recibe el nombre oficial de calle de los Peñascales desde el 28 de diciembre de 1944. Para entonces la Casa Girod había abierto otra sucursal, una tienda con artículos de regalo, en el inicio de la calle Goya, en pleno barrio de Salamanca. |
D. Juan-Jorge Girod y Roches, nacido en Madrid en 1910, cogió el testigo de su padre. La empresa estuvo especialmente activa durante los años 30, coincidente con los estudios de Juan-Jorge en Zurich, sacándose el doctorado en Ingeniería en su Universidad Politécnica. A su regreso, entró en la industria de la familia, tomando la dirección de la empresa. D. Juan-Jorge, falleció en Madrid a los 87 años en 1997.
La Girod fue "fabricante" de relojes de péndulo (de pared y sobremesa), de despertadores y de relojes de Torre y Campanario. Además de comercializar relojes de bolsillo y de pulsera (al menos a partir de mediados de 1927), patentaron el nombre de Titán como producto propio personalizado.
En Madrid tuvo diversas tiendas, parece que la fábrica (entiéndase taller de montaje) estuvo ubicada en la calle Postas. En Barcelona, tuvieron tiendas en Consejo de Ciento 302, Plaza de Cataluña 4 y Fernando 30.