viernes, 2 de septiembre de 2022

ZIRYAB (Abu l-Hasan Ali ibn Nafi`)


Corta historia de la llegada del ajedrez al

AL-ANDALUS


ZIRYAB

Aprovecharemos esta entrada para viajar en la historia al Siglo IX  al Califato de Córdoba, cuando
de la mano de Ziryab llega el ajedrez al Al-Andalus

"El ajedrez entra en España en el año 821, de mano de Ziryab, músico persa invitado de Al-Haquem I y que se convirtió en favorito de Abderramán II. 
 
Ziryab y su familia huyeron de Bagdad a Egipto y 
cruzaron el norte de África hasta Kairouan en la actual 
Túnez, sede de la dinastía aglabí de Ziyadat Allah I.
Ziryab, huyendo rocambolescamente de los celos de su maestro cruza el mundo islámico desde Bagdad al norte de África, desembarca en Algeciras y llega a Córdoba trayendo todo el refinamiento de la corte Abasí: etiqueta en el vestido y en la comida (se empiezan a utilizar los cubiertos), las últimas tendencias musicales, el nuevo ambiente intelectual (más cosmopolita y liberal en muchos aspectos que el de la corte omeya) y, lo que más nos interesa: el ajedrez, que se acaba convirtiendo en el juego cortesano por excelencia y, con el contacto guerrero, comercial y migratorio -cristianos que huyen de las persecuciones religiosas de Al-Ándalus acaba transmitiéndose enseguida a los reinos cristianos de la Península, de modo que el propio Armengol, primer conde de Urgell, en un testamento de guerra del año 1010, lega a la iglesia "sus juegos de ajedrez". 
 
Este documento se conserva en el Archivo Histórico de la Corona de Aragón, y Carmen Romeo, a quien debemos este precioso dato, sostiene, con toda la razón, que, cuando se habla de varios juegos es porque el ajedrez era muy popular en su corte; además, el hecho de que hiciera donación de ellos a la iglesia en un momento tan delicado, supone, clarísimamente, la conciencia de que se trataba de algo valioso. También han aparecido piezas sueltas en algunos monasterios, que parecen datar de esta época. La escasez de documentos no nos autoriza a pensar que el caso del conde de Urgel se tratara, ni mucho menos, de un hecho aislado ." (Manual de Ajedrez - Comunidad de Madrid-2006) 
 
 
Veamos algunas reliquias de conjuntos de trebejos que se conservan en España,  que se corresponden a la época posterior a la llegada del ajedrez a la península Ibérica.
 
http://museudelleida.cat/wp-content/uploads/2013/09/escacs1.jpg
  • Cristal de roca
  • Siglo X-XI (periodo fatimí)
  • Ex Colegiata de San Pedro de Àger (La Noguera)
Excepcional conjunto de piezas de ajedrez de cristal de roca procedente de la ex Colegiata de San Pedro de Àger.  Está documentado en el año 1068 en el inventario de bienes de Arnau Mir de Tost y de su esposa Arsenda. Era un producto considerado de lujo en su tiempo, básicamente por el material con el que fue ejecutado. Este tipo de manufacturas llegaban a la Península a través de los circuitos comerciales con Oriente y el norte de África.

A finales del año 1886 el ajedrez de Àger se dio a conocer a la comunidad científica. Poco después se inició su proceso de venta y dispersión. Así, en 1893 una parte del conjunto ingresó en el antiguo Museo Diocesano de Lleida, mientras que un segundo grupo de piezas pasaron al mercado del arte. Hoy se custodian en el Museo Nacional de Kuwait (colección al-Sabah). http://museudelleida.cat/es/collection/al-andalus/page/2/


 
Ajedrez Fatimí del Tesoro de San Rosendo. FOTO: Mani Moretón
 
"En la Catedral de Ourense se conserva, entre sus joyas, un singular ajedrez de cristal conocido como Ajedrez Fatimí, que pertenece al Tesoro de San Rosendo.

El investigador considera que estas piezas de ajedrez debieron llegar al monasterio celanovés entre los años 938 ó 977, en caso de que perteneciesen a San Rosendo. La producción de cristales de roca egipcios, entre ellos las piezas de ajedrez, indica el autor de la investigación, se ubica, siguiendo a K. Erdmann, en un abanico temporal que abarca desde el período pretuluní, es decir, antes del año 868 y el final del fatimí, 1171.

Valdés refiere que las piezas de ajedrez de la catedral ourensana pudieron haber sido propiedad del santo fundador de Celanova, Rudesindus, pero también pudo tratarse de un regalo dado a Celanova por algún familiar directo de Rosendo o por los reyes de León. También pudo ser un ingreso del monasterio celanovés una vez muerto el santo y, por tradición, asociado a él.

El ajedrez ourensano, como los otros dos citados, no está completo. El de Celanova pudo haber tenido más piezas pero no necesariamente, dice Valdés, añadiendo que también está por ver que sirviese para practicar dicho juego de mesa. Cree que las piezas que faltan pudieran estar hechas de material menos duradero y se han perdido. El conjunto conservado en la catedral auriense consta de ocho piezas con el número de catálogo 1164F. Tienen una altura de 44 milímetros, anchura de 27,5 milímetros y una longitud de 41 milímetros. Cada pieza pesa 93 gramos. En Ourense se conservan una torre, un alfil, un caballo y cinco peones. Es realmente uno de los conjuntos más llamativos de cuantos atesora el Museo de la Catedral de San Martiño.
" http://jesus-manuel.com/tag/ajedrez-fatimi/

"Entre todos estos hallazgos, el más antiguo corresponde a las piezas de San Genadio, que fueron descubiertas en 1923, aunque desaparecieron y se dieron por perdidas... pero un investigador nunca se da por vencido y Miguel Ángel Nepomuceno, en 1958, decidió que había llegado el momento de volver a sacar a la luz estas piezas históricas. Siguió la pista de las piezas y sus pesquisas le llevaron hasta el Monasterio de Santiago de Peñalba (León). Allí las encontró y supo que un lugareño las había guardado en una caja de zapatos durante todos esos años, evitando de este modo que se perdieran o fueran destruidas por descuido. Esta fue la foto que realizó de su descubrimiento:
 

Las piezas de San Genadio son de origen mozárabe y datan del siglo X, aunque probablemente sean del IX. Fueron talladas en cuerno de cabra y su diseño es muy simple, acorde a los juegos de ajedrez de aquella época. Los reyes y damas tenían forma de trono. No hay que olvidar que algunas culturas prohibían realizar figuras de sus reyes o gobernantes, por lo que en sus ajedreces nunca se verían figuras. Los caballos se diferencian del resto por una simple protuberancia, que puede representar la cabeza del animal, y las torres solían llevar una muesca en forma de V.

Las cuatro piezas de San Genadio, del siglo IX,

guardadas en un lugar de la comarca de

 El Bierzo (León). Bierzo Prerrománico

Este descubrimiento no estuvo exento de polémica. El investigador Ricardo Calvo había conocido las piezas de mano de Nepomuceno, que le enseñó las fotografías que había realizado. Sin embargo, Ricardo publicó un artículo que trataba sobre las piezas en el que parecía dar a entender que el descubrimiento había sido suyo y en el cual no mencionaba a Nepomuceno. Con el paso del tiempo se ha restablecido el orden y la compañera de Ricardo Calvo, Carmen Romeo, ha publicado una rectificación (Ricardo había fallecido años atrás) en la que reconoce que el descubrimiento lo realizó Miguel Ángel.Jean-Louis Cazaux ha hecho una interesante recopilación sobre distintos juegos de piezas de ajedrez encontrados en Europa, entre los que se encuentra las piezas de San Genadio. Lo podéis ver en: Abstract chess pieces." http://www.ajedrezdeataque.com/04%20Articulos/00%20Otros%20articulos/Nepomuceno/Piezas.htm


http://history.chess.free.fr/images/medieval/jlc-chess%20diffusion%20in%20Europe.jpg
La introducción del juego de ajedrez se produjo a través de al-Andalus hacia el resto de la Península Ibérica y Europa.  Se conoce desde el siglo IX, quizá traído al área hispanomusulmana por el erudito personaje iraquí, Ziryab. El juego se extendió de forma muy popular rápidamente, y fueron recopiladas todas sus características en los “Los libros de ajedrez, dados y tablas” por el rey Alfonso X el Sabio.
Esta pieza es un símbolo más de cómo la cultura hispanomusulmana sirvió de puente entre oriente y occidente. Realizado en madera de nogal, presenta decoración de taracea en ambas caras. El tablero tiene un juego por cada cara. En una de ellas presenta un tablero de ajedrez y por la otra de tablas.
El lado del juego de ajedrez está decorado con un marco sobresaliente rematado con clavos, en el centro el damero para jugar, dejando a los lados dos espacios rectangulares con tres estrellas de ocho y entre ellas cuadrados en diagonal con decoración de ajedrezado también de taracea. En la otra cara, el juego de tablas, distribuye los casilleros en los lados mayores recortados en forma semicircular en el marco. Se separan las dos mitades por una prolongación hacia el interior del marco en forma de palma. Esta cara, presenta una decoración similar a la anterior, a base de estrellas de ocho puntas con cuadrados ajedrezados en diagonal. Presenta tres estrellas a cada lado y en el centro un tema de lazo mayor."

 
 
¿Quién era Ziryab? Este misterio nos será develado con la siguiente magnífica reseña: 

El enigmático Ziryab, un hombre excepcional
martes, 11 de octubre de 2011 

Siempre ha habido hombres que han ido por delante de la sociedad, a ellos les debemos los avances producidos en todos los órdenes de la vida, Galileo, Da Vinci, Colon, Guttemberg...etc, en nuestra ciudad hace ya muchos siglos paseo uno de estos seres influyentes, su paso nos dejó tradiciones imborrables y formas de concebir la vida que se han mantenido hasta la actualidad, se le conoció como Ziryab, incluso una calle conserva su recuerdo, pero ¿ quién fue, de donde vino, que hizo...?

Fue un personaje mítico en la historia del mundo árabe. Además de inventar la música andalusí, fue el responsable del refinamiento que consiguió Al-Andalus en el siglo IX. Cuando en Europa ni se lavaban, en Córdoba había 600 baños públicos y una biblioteca con más de 400.000 volúmenes catalogados.

¿Y cómo contribuyó Ziryab a este esplendor?

Enseñó a disponer la mesa, a servir y presentar los platos, publicó un calendario de moda con los colores y tejidos de cada estación... Incluso animó al sultán a sustituir las copas de oro por las de cristal para poder contemplar el vino al beberlo.

El verdadero nombre de Ziryab era Abul-Hasan Alí ibn Nafí, había nacido en Mesopotamia el año 789; era llamado Ziryab debido a su tez oscura y su hermosa voz que recordaban a un pájaro cantor de plumaje negro, el mirlo. 
 
Fue discípulo de Ishaq al-Mawsulí, músico predilecto del Califa de Bagdad, Harun al-Rashid, devoto de la música, quien pide al maestro que lleve a su presencia a su mejor discípulo. La actuación de Ziryab ante el Califa causó tal impresión en este que su maestro muerto de celos le dio a elegir entre dos alternativas: o establecerse lejos de Bagdad y no volver nunca o quedarse allí y atenerse a las consecuencias. Ziryab optó por el destierro, viajó por las ciudades de Siria y el norte de África, el Cairo, cruzó los desiertos de Egipto, pero donde quiera que iba lo precedía la gloria creciente de su nombre. Escribió al emir de Córdoba, al-Hakam II para ofrecerle sus servicios, quien acepto inmediatamente. Cuando llegó a Córdoba el emir había muerto, pero su sucesor, Abd al-Rahman IV le renovó la invitación de quedarse en la corte.

Atrás quedarían para siempre la vida errante y las desventuras, el emir le ofreció un palacio y un sueldo mensual de doscientas monedas de oro, más otras prebendas, todo esto sin haberlo oído cantar. En Córdoba Ziryab encontró la prosperidad, el reconocimiento de su arte y una fama sin precedentes. Hombre de fuerte personalidad transformó costumbres e influyó en el vestido, la cocina o el mobiliario. Su aportación musical fue extraordinaria, creó el primer conservatorio del mundo islámico, realizó invenciones técnicas y creó los cantos árabes conocidos como nubas, aún presentes en los cantores marroquíes e incluso en algunos giros del flamenco español. Falleció en Córdoba en el año 857.

Abul-Hasan Ali ibn Nafi` (en árabe, أبو الحسن علي ابن نافع), fue un poeta, gastrónomo, músico y cantante árabe, de posible origen kurdo, aunque según otras fuentes era un liberto de ascendencia negra . Fue famoso por las refinadas costumbres orientales que introdujo en la corte cordobesa.

Sus innovaciones musicales tuvieron también una fuerte influencia. Según el arabista Emilio García Gómez, con Ziryab entraron en Hispania las melodías orientales de origen grecopersa que serían la base de buena parte de las músicas tradicionales posteriores de al menos una parte de la Península Ibérica.
 
Con Ziryab, la alta sociedad cordobesa aprendió además las más exquisitas novedades de Oriente: peinarse con flequillo, recetas de la cocina bagdadí , y manteles de cuero fino.

El escritor español Jesús Graus da forma en “Ziryab y el despertar de Al-Ándalus”, a una novela histórica que transita sobre el reinado de Abderrahmán II de la mano del músico árabe que da nombre a la obra. En su libro lo muestra como el primero que abrió Al-Ándalus a la corte de Bagdad, que absorbía todo el conocimiento de la Grecia antigua y que transformó una corte "aún medieval y oscura" en el reino de los placeres. Considerado por los historiadores occidentales como el Petronio de la España musulmana, Ziryab introdujo además el refinamiento "propio de un esteta", asegura su autor. Así, fundó una casa de belleza con las tendencias del peinado masculino y femenino, enseñó a la elite de Al-Ándalus el arte de ornamentar los platos, además de novedades culinarias como los dulces árabes, las albóndigas de carne y el uso de productos depilatorios o dentífricos, hasta entonces desconocidos en el reino.

Enseñó a los señores de Córdoba que los vasos de cristal eran más apropiados para degustar el vino que las pesadas copas de oro, y que los platos de un banquete no deberían probarse en un grosero desorden, sino obedeciendo a una grabación ritual que comenzaba en las sopas y los entremeses, seguía con los pescados y luego con las carnes y concluía con los golosos postres de los obradores de palacio y las diminutas copas de licor.
Les enseñó a deleitarse con el sabor de los espárragos trigueros, que ellos ignoraban, aunque sus tallos crecían espontáneamente en Al-Andalus, y con guisos de habas tiernas. Legó a la ciudad el plato que lleva su nombre “ziriabi” o asado de habas saladas.

Dictaminó que desde mayo a septiembre convenía vestirse de blanco, y que los tejidos oscuros y las capas de pieles debían reservarse para los meses de invierno. Les enseñó el gusto por el cuidado del cabello, la manicura y la limpieza y la suavidad de la piel, llegando a fundar un instituto de belleza además. También fue el que introdujo el juego del ajedrez en Al-Andalus.


Algunas costumbres y supersticiones persas que vinieron con él todavía perduran: el juego del polo, el temor a los antojos de las embarazadas, la certidumbre de que los niños que juegan con fuego se orinan en la cama y que ingerir rabos de pasa es bueno para la memoria, el miedo a los espejos rotos y al número trece.

Zyriab creó las primeras escuelas de canto, desarrollando un método de educación vocal que establecía fases de vocalización, frase, declamación y lírica. Añadió una quinta cuerda al ´ud (coincidiendo con las especulaciones de Al kindi) e introdujo la pluma de ave para tañerlo. Sus enseñanzas sobre música e instrumentos tendrían gran influencia sobre sus contemporáneos cristianos.Pero la máxima aportación de este personaje a la música árabe fue la creación de la nawba, una especie de suite clásica ( vocal e instrumental ) que englobaba influencias cristianas, judías y bereberes, con el clasicismo oriental como base.

Semejante capacidad intelectual inundo nuestra Córdoba de antaño, un hombre que marcó una época llenándola de tintes nuevos, pionero de costumbres que se arraigarían en nuestra cultura para siempre. Un personaje de esos que hacen avanzar a la humanidad. “
 
 
A continuación presentamos un extracto tomado del artículo de Manuel Azuaga, publicado en https://www.diariosur.es
 

Ziryab, la leyenda del mirlo negro

La historia cuenta que un esclavo iraquí, conocido por su exquisito canto, introdujo el ajedrez en Al-Ándalus

MANUEL AZUAGA HERRERA Domingo, 9 mayo 2021
 
 
...
Ziryab huyó de Bagdag con su familia. En una mano llevaba el laúd más hermoso jamás concebido. Y en la otra, un tablero de ajedrez.

Antes de su marcha, Ziryab escribió al emir de Córdoba, Al-Hakam I, y le ofreció sus servicios y talento. Al-Hakam I, ansioso por incorporar a su corte un músico procedente de Bagdag, no solo aceptó, sino que le prometió a Ziryab un salario mensual y otros tantos privilegios. Es importante subrayar que, en aquel momento, Córdoba era la joya de la corona de Al-Ándalus y se había convertido en una de las capitales más influyentes del mundo árabe. Algunas crónicas hablan de la existencia de más de 300 bibliotecas en la ciudad y sabemos que la mujer andalusí gozaba de una libertad incomparable. Como en un cuento lírico, cristianos, judíos y musulmanes convivían pacíficamente. Javier Bermúdez lo describe de forma muy gráfica: «Córdoba era la Nueva York del siglo nueve». En su periplo, Ziryab viajó por tierras sirias y tunecinas hasta llegar a El Cairo, atravesó los desiertos de Egipto y, siguiendo las rutas comerciales, navegó hasta Algeciras, donde arribó en el año 822. Nada más llegar, se enteró de la muerte del emir Al-Hakam I. Afligido por la noticia, Ziryab pensó en desandar el camino, pero el nuevo emir, Abderramán II, envió a un músico de su corte para darle la bienvenida a Ziryab. Entretanto, en Bagdad, el califa Al-Rashid preguntó una y otra vez por el paradero de aquel joven de canto extraordinario, pero el maestro Al-Mawsili tenía en mente una falsa coartada: «Se ha vuelto loco», le dijo. «El pobre piensa que puede hablar con las divinidades y se ha marchado de repente».

Al-Rashid no pudo disfrutar de nuevo del canto del mirlo negro, tampoco de su destreza en el arte del ajedrez. Y es seguro que hubieran jugado juntos, pues el califa tuvo maestros ajedrecistas en su círculo de influencia. Años antes, el propio Al-Rashid le había regalado al emperador Carlomagno un hermoso tablero con las piezas talladas en marfil. Este interés de Al-Rashid por el «shatranj» pasó a uno de sus hijos, el califa Al-Mamún, quien se convirtió en un jugador notable. En cierta ocasión, Al-Mamún se lamentó: «Es asombroso que, a pesar de dominar un mundo que se extiende desde el Indo, en el este, hasta Al-Ándalus, en el oeste, no pueda yo gobernar treinta y dos figuras de ajedrez en una extensión de tan pocos cuadrados».

Ziryab y Abderramán II se hicieron inseparables y fraguaron una amistad que duró 30 años, hasta la muerte del emir. En 'Córdoba de los Omeyas' (Planeta Editorial, 1991), Antonio Muñoz Molina escribe este precioso pasaje: «El papel, la seda, la sabiduría, los libros, llegaban siempre de Oriente, de la casi infinita Bagdad, de donde había venido en tiempos de Abderramán II el músico Ziryab, de Bizancio, cuyos emperadores enviaban a los emires de Córdoba quintales de piedras de mosaicos y libros más valiosos y únicos que la gran perla al-Jatima». En su culto por la belleza, Ziryab pidió expresamente que todos los cortesanos del califa aprendieran a jugar al ajedrez. Es por ello que suele decirse que Ziryab fue el primer árabe que trajo el noble juego a la península. Quizás rompa el encanto literario de esta leyenda, pero me consta que no fue así. Aunque, para la historia que nos ocupa, tampoco importa tanto porque, si bien no fue el primero, sí que influyó como ningún otro en la expansión del ajedrez por Al-Ándalus y el resto de Europa. 
...

 
Jorge Benítez en Nieve Negra, nos deleita con "El mirlo negro", un capítulo dedicado a Ziryab:
 
"El mensajero que trajo el ajedrez a Europa era una combinación de Messi y Julio Iglesias.  Hoy los horteras lo llamarían influencer, tendría millones de seguidores en las redes sociales y anunciaría la llegada de la Primavera en el Corte Inglés.
A él le debemos el temor al número 13 y a los espejos rotos.
"No existió ni antes ni después, alguien que en su oficio haya sido más querido y admirado", escribió de él el historiador árabe Al-Maqqari en el siglo XVII, casi setecientos años después de su muerte.
Llegó hasta nosotros Ziryab (789-857) con su música y un tablero de ajedrez, juego que había aprendido en la corte de Harún al-Rashid,el califa de Bagdad protagonista de Las mil y una noches, huyendo del jaque de la envidia, que es el más peligroso.
...
El primer tablero que se vio en Europa era monocromático.  No estaba dividido en casillas negras y blancas.  Las reglas que trajo Ziryab de oriente diferían en algunos aspectos de las actuales.  En el ajedrez islámico capturar todas las piezas a excepción del rey contaba como victoria, siempre y cuando el rey no se quedara solo en el siguiente movimiento, y la jugada del enroque (...)todavía no se había implantado.
El islam no solo propagó el ajedrez desde Persia al ritmo de sus conquistas militares sino que lo dotó de prestigio.  En la Casa de la Sabiduría de Bagdad, donde se rendía culto a la investigación científica y a la filosofía de los antiguos griegos eran promocionados los mejores jugadores.  Estos adquirieron el sobrenombre de alyat, título moral que equivalía al de maestro.  Al legendario Harún al-Rasgid, el califa que se enamoró de la música juvenil de Ziryab, le había sucedido Al-Mamún, quien como buen líder medieval. no admitía dudas sobre su legitimidad.  Para evitar problemas dinásticos, aprovecho que su hermano estaba entretenido jugando al ajedrez y mandó a que le cortaran la cabeza. (Jorge Benitéz señala que Fernando Pessoa recrea este episodio en su poema " Los jugadores de ajedrez")
 
En cuanto a su nombre, el juego de reyes mantuvo la raíz  arábiga (shatranj) cuando cruzó la frontera de reino de León llamándose primero axatraz y más tarde axedrez.  Al otro lado de los pirineos tuvo más éxito su denominación latina, ludo scacorum (juego de escaques), que iría mutando con el progresivo roce de las distintas lenguas que fue encontrando: eschecs (francés), scachi (italiano), chess (inglés) Schachspiel (alemán) y szachy (polaco).

Al contrario que los musulmanes, a quienes el  Corán desanconseja el tallado de figuras, los cristianos adoptaron una iconografía mas literal en el tablero, totalmente distinta a las figuras geométricas importadas del islaml.  También se produjeron modificaciones en los nombres que combatían.  El elefante fue sustituido por el alfil, aunque en los países sajones el animal se convirtió en obispo y en Francia, tan suya siempre, en bufón (le fou). La reina derrocó al visir." Benítez, J. "Nieve negra -Dioses, héroes y bastardos del ajedrez" Libros del K.O. S.L.L- Madrid, España, 2020
 

Ziryab y el origen persa del ajedrez 

 por Uvencio Blanco Hernández

07/08/2020 – Cuando los árabes conquistaron y ejercieron su dominio en Persia, a mediados del siglo VII, la popularidad del ajedrez creció; de tal manera que, ya para el S. VIII aparece el juego a cuatro o ajedrez persa. Hay que recordar que el ajedrez había llegado a la Península Ibérica de la mano del cantor persa Ziryab (789-857), procedente de Bagdad y quien recaló en Córdoba en la corte de Abderramán II (792-886). Artículo por Dr. Uvencio Blanco.  

 
Cuando los árabes conquistaron y ejercieron su dominio en Persia, a mediados del siglo VII, la popularidad del ajedrez creció; de tal manera que, ya para el S. VIII aparece el juego a cuatro o ajedrez persa.

En 711 los musulmanes se habían apoderado de Toledo; así, las poblaciones conquistadas, judías y cristianas, llegan a conocer el juego del ajedrez. Y, hacia el 842 es publicado el primer tratado de ajedrez árabe. Parece que el papel que jugó el ajedrez en la cultura oriental fue tal que, como ocurre con el arte, el juego imitaba la vida.

Tal era el desarrollo del pensamiento musulmán para esa época que pocos años más tarde, en 859, una joven princesa llamada Fátima al-Fihri fundó la primera universidad en Fez - Marruecos; sitio del cual comenzaron a promoverse estudiantes graduados en diferentes áreas del conocimiento. Así mismo, su hermana Mariam fundó una mezquita adyacente al edificio original y uniendo ambos complejos se creó la Universidad y Mezquita al-Qarawiyyin; la cual aún funciona. Además del estudio del álgebra y la astronomía, allí llegó a jugarse al ajedrez.

Sin embargo, es probable que el registro más antiguo de la cultura del ajedrez sea un juego que tuvo lugar en el siglo X, donde eventualmente se jugó una partida entre un joven estudiante y un historiador de Bagdad.

De allí que, Cabaleiro Larrán (2018) nos sugiere que: “los primeros teóricos del ajedrez fueron los de la escuela de Bagdad, donde primero se anotaron las partidas, se estudiaron las aperturas (tabiyat en árabe) y se estudiaron los primeros problemas (mansuba en árabe). También fueron los pioneros de las partidas a ciegas, en concreto la primera partida la jugó el juez islámico Sa’id Ibn Jubair (665-714). Asimismo, los árabes crearon la expresión jaque mate o shah mat.

Igualmente, debemos reseñar que el tratado del que fuera un jugador destacado como Alijat, Ar-Razi, titulado Latif fi ‘sh-shatranj (La Elegancia en el Ajedrez) data del siglo IX, en el 847, cuando la corte abasí estaba en la actual ciudad iraquí de Samarra. Allí se lee que “La primera referencia que tenemos del juego de ajedrez en Europa es muy temprano en el siglo XI, en Cataluña”, señala Freeman Fahid, en alusión al condado de Urgell.

Se refiere así al conde Ermengol I (974-1010), donde figura en el primer documento en el que se cita el juego, al mencionar “mis trebejos de ajedrez”, en concreto en su testamento. Hay que recordar que el ajedrez había llegado a la Península Ibérica de la mano del cantor persa Ziryab (789-857), procedente de Bagdad y quien recaló en Córdoba en la corte de Abderramán II (792-886)”.

El desarrollo histórico-cultural del ajedrez, al igual que la literatura, ayudó a los historiadores a recrear batallas, ampliar los horizontes y agudizar las mentes; por ejemplo, en el siglo XI, Ferdowsi describe a un Rajá que representó sus batallas pasadas sobre un tablero de ajedrez.

También en el Museo Británico hay una traducción de este episodio, en el cual se puede leer: “Un día, un embajador del rey de Hind llegó a la corte persa de Chosroes, y después de un intercambio de cortesías orientales, el embajador produjo ricos regalos de su soberano y entre ellos había una elaborada tabla con piezas de ébano y marfil curiosamente talladas.

A los cortesanos se les mostró el tablero y después de un día y una noche en profunda reflexión, uno de ellos, Bozorgmehr, resolvió el misterio y fue recompensado por su soberano encantado".

Cabaleiro Larrán (2018) nos señala que “Los primeros teóricos del ajedrez fueron los de la escuela de Bagdad, donde primero se anotaron las partidas, se estudiaron las aperturas (tabiyat en árabe) y se estudiaron los primeros problemas (mansuba en árabe). Igualmente fueron los pioneros de las partidas a ciegas, en concreto la primera partida la jugó el juez islámico Sa’id Ibn Jubair (665-714).

Por su parte Freeman Fahid indica que “La primera referencia que tenemos del juego de ajedrez en Europa es tan temprana como en el siglo XI, en Cataluña”, en alusión al condado de Urgell. Se refiere así al conde Ermengol I (974-1010), donde figura en el primer documento en el que se cita el juego, al mencionar “mis trebejos de ajedrez”, en concreto en su testamento.

En tal sentido, hay que recordar que el ajedrez había llegado a la Península Ibérica de la mano del cantor persa Ziryab (789-857), procedente de Bagdad y quien recaló en Córdoba en la corte de Abderramán II (792-886)”.

Posteriormente los árabes asimilaron el juego y lo difundieron por las vías comerciales de Occidente. En ese momento se lo conocía con el nombre de Shatranj, pero en Bizancio le dieron el nombre de Zatrikión. De esta manera, comenzó su viaje al oeste llevándolo al norte de África y Europa, e incluso, los territorios que ahora se conocen como España e Italia. Esto ocurrió hacia finales del S. IX y X. Territorios desde el cual se extendió al resto del continente llegando por la zona norte a Escandinavia e Islandia.

Finalmente, el juego de ajedrez, al igual que todas las otras tendencias culturales, se ha transformado significativamente desde los tiempos del chaturanga. Un ejemplo de ello es que las piezas de ajedrez solían ser figuras de arte adornadas que representan animales. Así los conjuntos islámicos normalmente estaban hechos de arcilla simple y piedra tallada; sin embargo, las últimas tendencias islámicas han conducido a piezas de ajedrez con formas abstractas y con nombres asignados, ya que el islam prohíbe que los seres humanos y los animales sean representados en el arte. Fuente: "Ajedrez, patrimonio cultural de la humanidad" (Blanco, U. 2020).
 

 Paco de Lucía - Zyryab
https://youtu.be/V7Z1cSDIs6I

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