jueves, 29 de enero de 2015

XIANGQI





MATERIAL:  PLASTICO
ORIGEN: CHINA     AÑO: 1991


DIAMETRO DEL REY: 2.7 cm.
TABLERO DE PAPEL DE ARROZ

OBSEQUIO: SR. JINSHUN TAO

AGREGADO CULTURAL DE LA EMBAJADA DE 
LA REPUBLICA POPULAR CHINA EN ECUADOR 
(actualización agosto de 2024) 
 

  FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS, MARZO 2021

 


FOTOGRAFIA: CAMILA COELLAR MEDINA, AGOSTO 2014

 
En el año 1991, María de Lourdes me comentó que un amigo suyo era  Agregado Cultural de la Embajada de la República Popular China en Ecuador, y que debía  viajar a su patria porque su esposa estaba próxima a dar a luz a una niña que se llamaría Fi, su primera y quizás única hija.

Jinshun Tao fue a nuestra casa para despedirse.  María de Lourdes había encargado, se confeccione ropa y mantas para la niña y se las obsequiamos para su hija.     Yo le pedí que a su regreso trajera un ajedrez chino para mí.    Me imaginaba, serían unas hermosas piezas talladas, como las que luego llegarían a mis manos y que ya he presentado en esta colección.

Regreso al cabo de unos meses y un día visitó nuestra casa.   Yo estaba más ansioso que un niño.   Me entregó una cajita.  

Al abrirla quede absorto observando un tablero de papel de arroz con signos chinos y unas piezas planas de dos colores, azul y rojas.  Para María de Lourdes trajo unas miniaturas de jarrones chinos, realmente preciosos, que hasta hoy conservamos. 

FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS, ENERO 2015
 
Recuperado de mi sorpresa, comprendí que nuestro amigo había cumplido al pie de la letra mi pedido, que seguramente para él le resultaba raro: le pedían un ajedrez chino.  Eso fue lo que trajo para mi. 

Pedí a Jinshun me enseñara a armar el XIANGQI y pacientemente fue diciéndome el nombre de las piezas y su ubicación.   Probé una "apertura" y le pedí que comentara sobre la posición que yo había puesto sobre el tablero, sonriendo me dijo que para aprender a jugar el XIANGQI debía primero aprender a hablar en chino.

 "En el ajedrez chino de los elefantes (sobre el tablero los signos chinos para Xiangqi), el río Chu, frontera de la tierra de los Han, divide el campo en dos reinos que se hacen la guerra mutuamente.  En la base de cada lado se encuentra el palacio del rey, señalado con dos diagonales.  Las 16 fichas se ponen sobre las intersecciones, no sobre las casillas.  En la posición de partida, se colocan en la última fila, el carro, el caballo, el general, el ministro, el rey, el ministro, el general, el caballo y el carro; en la tercera fila, dos cañones, y en la cuarta, cinco soldados."
Finkenzeller, Roswin y otros (1989) "AJEDREZ 2000 años de historia". 
Grupo Anaya S.A. : Madrid. Pág. 179.


 
 
"Los chinos deben ser imaginativos para luchar por su sustento, aún en el año 1989.    Este chino se "vende" como ajedrecista.  Está esperando pacientemente en el puente Yangtse a un adversario"

"¡El adversario llegó!  Si gana, recibe como premio el sencillo juego con la cajita azul; si pierde, debe pagar la partida.  En esta ocasión, el viejo gano en menos de cinco minutos"
 Finkenzeller, Roswin y otros (1989) "AJEDREZ 2000 años de historia". 
Grupo Anaya S.A. : Madrid.  Págs. 180-181
 
 
 
"Una leyenda china cuenta que el emperador Wen Ti se encontró con un grupo de viajeros que practicaban un nuevo juego, el ajedrez. Descubrió que jugaban con figuras talladas que representaban a un rajá o emperador. Se indignó al ver que alguien utilizaba en un simple juego la efigie de una persona tan importante como el emperador. Ordenó la inmediata ejecución de los jugadores (como solía ocurrir) y decretó que en adelante no se practicara ningún juego con imágenes talladas con formas conocidas. Ésta es la razón que explica la sencillez de las piezas."
Williams, Gareth (2001). "Jaque mate El ajedrez. historia e iconografía de una pasión".
GRIJALBO MONDARORI, S.A. Aragó, 385, o8013 Barcelona. Pág. 118
 

 

 

Sergio Ernesto Negri, es reconocido,con todo derecho, como un serio y muy competente investigador de la historia del ajedrez. Sus amplísimos conocimientos y la profundidad de sus investigaciones le permitieron ser considerado para formar como Miembro del Comité de Historia de la Fide.
 
Sergio Ernesto, nuestro querido tocayo, dió una charla magistral sobre los orígenes del ajedrez el 19 de agosto de 2021 en el Club Argentino de Ajedrez,  reproducida en CHESSBASE.  Los amigos encontraran en el link, el monumental trabajo de Sergio Ernesto. https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2021/08/28/los-origenes-del-ajedrez/
 
Tomado del portal fraterno AJEDREZ LATITUD SUR, transcribimos el capítulo relativo al tema de nuestra publicación.
 
ORIGEN CHINO DEL AJEDREZ: EL PARADIGMA ALTERNATIVO

La investigación sobre un probable origen chino del ajedrez históricamente ha sido objeto de menor grado de profundización respecto de una eventual fuente indiana. Sin embargo los investigadores europeos no ignoraron el hecho de que el ajedrez estuvo presente en China en tiempos muy antiguos, mas siempre subordinaron su existencia a una previa: la del chaturanga. En ese sentido el investigador francés, Louis Dubois sostuvo en el siglo XIX que el juego habría ingresado a China desde la India; al afirmarlo se apoyó en el Haï-Piène, un diccionario sinológico donde se asegura que “el juego del elefante” (siangh-ki) ingresó a su territorio durante el mandato del emperador Vou-ty en el año 537 de la era cristiana.

Sin entrar aún en el análisis de determinar el orden de prelación que se verificó la secuencia de transmisión entre las culturas india y china, se puede advertir que, compartiendo una tradición milenaria, los juegos en ambos casos se plantearon originalmente como símiles de una batalla.

Aunque también al mismo tiempo pudieran quedar adscriptos a planos más elevados: metafísico, filosófico y religioso.

En esta perspectiva, según el sinólogo inglés Joseph Needham, a quien se podría considerar en tiempos modernos el precursor en asignar la paternidad del ajedrez al xiang-qi (que aún se practica en forma masiva en el país), este juego tenía una índole ritual. En ese contexto el tablero que se emplea, muy probablemente íntimamente vinculado con la superficie en la que se desarrollaba el antiquísimo liubo, podía ser visto, a la vez, como un calendario y funcionaba a modo de oráculo, es decir respondiendo a las ancestrales técnicas de adivinación.

El xiang-qi es explícitamente mencionado por primera vez en el año 569 de la era cristiana en un texto titulado Xiang jing (Manual del juego xiang), atribuido al Emperador Wu Di (561-578) de la dinastía Zhōu del norte, quien sería además el inventor del juego, con prólogo de Weng Pao que es la única parte del libro que se conserva (existe una traducción al inglés debida a Dennis Leventhal).

Estamos en presencia del primer tratado referido a cualquiera de los proto-ajedrez que se conocen. Comparado con los primeros textos indios y persas que podrían tener un objetivo didáctico similar, es mucho más preciso ya que, por ejemplo, en su propio título se menciona al juego. Si bien no se conoce con detalle su contenido, se supone que allí se daban conceptos técnicos y, a la vez, se discurría sobre los implícitos altos valores del juego desde las perspectivas filosófica, cultural y también moral. En ese orden, por caso, se sugiere que cuando se tiene una posición de honor debemos ser humildes y, siempre en un plano de elevación, se asegura que las piezas son representadas en tanto cuerpos del cosmos.

En la misma línea, pocos años después aparece Hsiang Hsi Fu, un manuscrito que es de Yu Hsin, en donde se vuelve a poner el foco en cuanto a que al emperador Wu Di se le debe un juego que simboliza todos los fenómenos de la existencia humana.

Al intentar determinarse la procedencia del xiang-qi, se suele sostener que es derivado de otro juego autóctono más antiguo, el liubo. Mas Cazaux descree de esa tesis ya que, si bien no descarta que haya existido alguna clase de influencia, dado que por ejemplo ambos se disputan sobre igual tipo de superficie, sostiene preferentemente que en todo caso el liubo operó tributando en la concepción sincrética del ajedrez, junto al ashtāpada y al petteia, por lo que su vínculo con el xiang-qi sería más indirecto.

Estatuillas del siglo I a II de la era cristiana que representan 
a dos jugadores disputando una partida de liubo

Hay varias traducciones posibles al ideograma que representa el término xiang-qi (hsiang-chi), siendo una de las más conocidas, pese a que sería lingüísticamente no muy correcta, la de ajedrez del elefante, haciendo referencia extrañamente en el nombre del juego a una pieza que, participando en la batalla, no es la principal. Para varios sinólogos, en cambio, la traducción más apropiada es la de ajedrez (juego) simbólico o de imagen. Por lo pronto hay que destacar que qi significa juego (es el mismo sufijo que aparece por ejemplo en wei-qi), aunque también más específicamente se lo suele asociar a ajedrez. También se ha indicado que xiang-qi puede traducirse como ajedrez de marfil (por el material de las piezas o, de nuevo, por alguna clase de asociación con el elefante) o ajedrez del canciller (aludiendo en este caso sí a una de las piezas más relevantes). David Li aporta dos más: como el término tan fonéticamente próximo ciang significa general, entiende que estamos en presencia del ajedrez del general (la pieza principal en combate); y otra más sugerente, juego para capturar a Xiang”, que es el nombre del comandante del ejército perdidoso en la batalla fundacional del imperio que se construirá bajo los dominios de la dinastía Han.

Hay que tener en cuenta que, más allá de conformar una estructura lúdica en la que se representa una batalla, en el xiang-qi también estamos en presencia de una lucha agonal (¿o habría que decir la complementariedad?) de los conceptos taoístas del yin y del yang (el Cielo y la Tierra) que provienen del milenario I Ching. El vínculo es del todo estrecho si se considera que son 64 los escaques del tablero, número que coincide perfectamente con el de los hexagramas que conforman la base del sistema de ideas de El Libro de las Mutaciones, que remiten al antiguo sistema del calendario chino conforme asociara en el siglo I antes de Cristo Jing Fang. 
 

Imagen de los 64 hexagramas del I Ching 
(obsérvese su correspondencia con el tablero)
 
El ajedrez chino mereció poca atención de miradas occidentales en tiempos anteriores, quizás por cierta cerrazón de aquella cultura, lo que no favoreció el escrutinio foráneo y, por ende, que fuera objeto de una investigación sistemática, contrastando con lo ocurrido con la versión india del ajedrez. Para más existió alguna clase de dificultad adicional para adscribir al xiang-qi, en tanto proto-ajedrez, por las evidentes diferencias en su diseño: no se disputa en un tablero de 8x8, sino en uno de 8x9 (una línea horizontal denominada río luce algo extravagante en su espacio central); las piezas no tienen forma de estatuillas, sino que son fichas circulares (lo que la pueden hacer confundir con alguna versión de go); se ubican en las junturas, y no en el centro de los escaques; la cantidad de peones es de cinco, en vez de ocho, y hay dos trebejos que son absolutamente atípicos: el arquero y la catapulta. 


Con todo, al ahondarse en sus características esenciales, se aprecia que son mucho más relevantes los puntos de contacto que las disimilitudes: es disputado por dos jugadores; el tablero es de 64 escaques; el objetivo es atrapar al líder de la fuerza rival, el general82 que, como otra particularidad, sólo puede moverse en un espacio reducido denominado palacio; son 16 los trebejos que posee cada participante; tiene varias piezas idiosincrásicas: peones; caballos; elefantes; carros, que tienen los mismos movimientos que adquieren en, por ejemplo, el chaturanga.

Una pregunta legítima, que primero se trazó tímidamente, pero que ha ido adquiriendo mayor fortaleza con el curso del tiempo, es si el xiang-qi es un derivado del ajedrez indio o si se dio la situación inversa. Más recientemente se trazó otra sugestiva alternativa: que pudieran haber surgido concomitantemente, en el tiempo, y desde luego independientemente, en el espacio. En cualquier caso, la versión china del juego forma indudablemente parte de una familia que tiene un tronco común, del que se derivará el ajedrez tal como será conocido posteriormente. Lo que sigue sin poder determinarse fehacientemente aún es si fue el eslabón inicial o uno intermedio en la respectiva cadena de creación.

Imagen del tablero mostrando la posición 
inicial en el xiang-qi
Los hallazgos producto de la profundización de los estudios pueden tener consecuencias inesperadas: investigadores que en su momento abrazaron la teoría indiana, mutaron de postura, y ahora entiendan que es a los chinos a quienes se les debe la paternidad del ajedrez. Ello le ha sucedido, por ejemplo, al macedonio Pavle Bidev quien invoca para ese cambio de posición que el primer texto de cada cultura con referencias al ajedrez es del año 569 en el caso chino (el de Wan Pao) y del 621 en el indio (el de Bāṇa).

Siempre buscando antecedentes literarios con menciones al juego, Leventhal apunta que, en un plano poético, aparece El hombre de P’ach’iung donde se plantea que, tras una extraordinaria helada, sólo sobrevivieron dos gigantes mandarinos viéndose que, al caer sus frutos, en su interior se aprecia a sendos ancianos que se hallaban muy concentrados jugando al hsiang-hsi.86 El autor de este hermoso relato es Niu Seng-ju (780-848), quien llegó a ser primer ministro del Emperador Wu Zong de la poderosa dinastía Tang, a quien también se le debe Hsükuai Lu (Relatos de misterios y lo sobrenatural) donde se describen las piezas que se emplean en el juego, que eran de oro y bronce.

Los términos xiang y qi, aunque separados, habían sido mucho antes mencionados, créese que por vez primera en Chu Ci (Canciones de Chu), de Qu Yuan (el Homero de Oriente), texto que provendría del siglo III antes de Cristo: dado que allí se hace asimismo referencia al liubo (se empleaban para ello piezas de marfil y un dado de bambú), no queda del todo claro si se está planteando la existencia de juegos diferenciados o en cambio se aluda tan sólo a uno de ellos. Alusiones posteriores, como una que se encuentra en Shuo Yüan (El jardín de las historias), una obra del siglo II antes de Cristo, también deben considerarse como poco conclusivas.

El profesor chino David Li, en su premiado libro de 1998 en el que discurre con detalle sobre el origen del ajedrez idiosincrásico de su país, se ha permitido sostener que el xiang-qi se retrotrae al siglo III antes de Cristo, es decir a un tiempo en el que se protagonizaban intensas luchas entre reinos vecinos las que fueron el prolegómeno de la unificación del territorio. Se trata de un periodo denominado de “Los Reinos Combatientes”, en cuyo marco se dio el episodio que tiene como eje al general Han Xin (que servía al rey Liu Bang, futuro emperador del país) quien más exactamente, en el transcurso del duro invierno entre los años 204 y 203 de la era precristiana, pudo haberlo inventado para distraer a las tropas y así paliar las adversas condiciones imperantes mientras su ejército se aprestaba a dar una batalla que a la postre sería decisiva.88 Su diseño se habría inspirado en el liubo89 y en el wei-ki. No obstante también se admite, quizás con mayor propiedad, que si bien el juego debió haber sido posterior a esos hechos, datándose los sucesos probablemente ya instalados en la era cristiana, la imagen que en todo caso se podría haber tenido en mente a la hora de concebirse el juego podría haber sido precisamente esa porfía bélica, la que es considerada épica y fundacional.

En efecto, ya en 1793 Eyles Irwin90 había planteado, no sólo la posibilidad del origen chino del ajedrez sino que también asoció su hito inicial a una batalla que se disputó “cerca de dos centurias antes de la era cristiana” la que fue encabezada por Hansing (Han Xin), a quien se lo sindica como inventor del juego. El reconocido escritor irlandés agrega que desde esos territorios se habría dado la secuencia ulterior de transmisión del juego: al oeste, primero a Persia, y solo después a India, por la ruta de la seda; y al este, sucesivamente, a Corea y Japón. Es más, se da la excepcionalidad de indicar una fecha precisa de invención: el año 174 antes de Cristo.

La postura de Li es ácidamente cuestionada por el investigador alemán Peter Banaschak92 quien considera que estamos en presencia de un mero relato, eventualmente muy bien contado (y quizás persuasivo) que, no obstante, no queda ajustado a la realidad de los acontecimientos al no sustentarse en elementos historiográficos o científicos por lo que, en todo caso, se está en el contexto de un terreno ficcional.

Más allá de este ejercicio crítico, asumiendo ahora un tono propositivo, en otro trabajo del investigador alemán, tras estudiar con detenimiento la grafía xiang-qi, analiza puntualmente las distintas cronologías en las que pudo haberse verificado la aparición del juego en China. Algunas muy lejanas las descarta de plano, por su inconsistencia temporal, como la que se remontan a tiempos de legendarios emperadores, tal el caso de Shennong (gobernó entre los siglos XXVIII a XXVII antes de Cristo), conforme idea expuesta en el siglo XIV por un monje budista llamado Nianchang, o a la que pone el foco en su sucesor Huangdi, el famoso Emperador Amarillo, creador del juego según Zhao Buzhi, quien vivió entre los siglos XI y XII. Ambas hipótesis parecen corresponder más bien al campo de lo mitológico.

Imágenes de una partida de xiang-qi (y de un observador occidental), Parque Tiantan
Gongyuan (próximo al Templo del Cielo), Beijing, octubre de 2013


Considera también la idea de Li quien, como sabemos, sugirió que el juego surgió en China en el siglo III antes de Cristo. Pero Banaschak decanta, en un gran salto de tiempo, en una última que ubica las cosas en el siglo VI de la era cristiana destacando que, en cualquier caso, el xiang-qi no es original del país sino que resulta una adaptación que podría provenir tanto del chaturanga indio como del čatrang persa. No obstante, y para dejar en evidencia que la hipótesis de un origen chino del ajedrez continúa necesariamente abierta, habría que recordar que los primeros textos de ese origen, en los que se hace referencia al xiang-qi, son anteriores y bastante más específicos que los que proviniendo de la India conciernen al chaturanga. Por su parte, los hallazgos arqueológicos en ambos territorios no son demasiado conclusivos y, los que han aparecido en el contexto de la ruta de la seda pueden eventualmente abonar tanto una teoría (la indiana) cuanto la otra (la sinológica). Para complejizar algo más el panorama podría incluso especularse que ambos juegos, en vez de ser interdependientes, y por ende admitir un orden de prelación entre ellos, hubieran podido surgir aislada y concomitantemente. Con lo que, quienes sostienen un origen chino del ajedrez, tienen aún un amplio espacio abierto para abonar su teoría central, en el marco de un interrogante primigenio que dista de haber sido resuelto.

Por lo pronto, quedémonos con un hermoso poema que al xiang-qi le dedicó el escritor argentino Alberto Laiseca, que comienza así: “En el ajedrez de mi tierra existe un cañón. /No ataca simplemente al adversario. /Jamás algo tan directo. /Toma como excusa un trebejo intermedio; /con independencia de si es camarada o valor invasor. /Porque el cañón no sirve para disparar contra las murallas, sino por sobre ellas...”.

Estos versos corresponden a Ajedrez de país central. ¡Y vaya que de verdad China ha sido, en todo tiempo, un país central! Tan central que el ajedrez le podría llegar a reconocer, algún día que quizás no esté tan lejano, que fue en ese inmenso y milenario territorio en el que alguna vez se encendió la llama de un juego que cautivó a la Humanidad. 
 
 
 
Xie Jun à Manille, en 1992.
 
 
Empecé a jugar Xiangqi con adultos en las calles de Beijing cuando tenía 6 años. Poco a poco, ya no pude encontrar oponentes en el vecindario. Pronto hubo una niña en Jiuxianqiao, Beijing, a la que nadie podía vencer. La noticia corrió con alas por toda China”
“No estaba muy dispuesta a aprender ajedrez al principio. Mi nivel de Xiangqi estaba muy por delante de mis compañeros. Para cambiar al ajedrez occidental tuve que empezar de cero. Son dos deportes intelectuales que nada tienen que ver el uno con el otro”.

El ajedrez no ha ganado popularidad en China hasta las últimas décadas, y sigue estando muy por detrás del ajedrez chino (xiangqi) y del go (weiqi). En China hay unos tres millones de personas que juegan al ajedrez, de las cuales 300.000 están federadas.

En 1974 se celebró en Kuala Lumpur una reunión fundamental a la que asistieron el Presidente de la Federación Malaya de Ajedrez, Dato Tan Chin Nam, un destacado hombre de negocios; Lim Kok Ann, entonces Presidente de la Asociación de Ajedrez de Singapur; el Presidente de la Asociación Japonesa de Ajedrez, Yasuji Matsumoto; el Presidente de la FIDE y de la Federación Filipina de Ajedrez, Florencio Campomanes, y dos observadores de la Embajada china. El objetivo de esta importante reunión era averiguar cómo elevar el nivel técnico del ajedrez en Asia para alcanzar los niveles más altos.

Se decidió promover el ajedrez primero en China, donde se creía que tenía el mayor potencial de éxito. El plan llegó a conocerse en los círculos ajedrecísticos asiáticos como el "Proyecto del Gran Dragón" y el hombre que estaba detrás de él era Dato Tan Chin Nam.  Él contribuyó decisivamente a la entrada de China en la FIDE en 1976 y desde entonces ha apoyado económicamente al ajedrez asiático y chino en particular. El plan del Gran Dragón pretendía que los chinos alcanzaran la categoría mundial a finales de siglo, algo que se consiguió en gran medida.   El ajedrez estuvo prohibido durante los ocho primeros años de la Revolución Cultural (1966-1976), pero en 1974 se suavizó la prohibición y China empezó a participar en competiciones internacionales, la primera en 1976.
https://www.wikiwand.com/en/Chess_in_China



Con sinceridad, ni María de Lourdes ni yo, nos acordabamos del nombre de nuestro amigo, dudabamos sobre varios nombres que vagamente recordabamos. Sr. Feng? Sr. Liu? Sr. Li? Sr. Jin?

Concurrí a la Embajada de la República Popular de la China en Ecuador y  me entrevisté con el  Sr. Huang, actual  Agregado Cultural  y solicité averiguara el nombre de su antecesor.

Con el Sr. Huang conversamos un buen rato, le enseñé el juego de XINANGQI que tenía en mis manos.  Me comentó que eran muy antiguas y que como éstas ya no se producían en la China.   Concordamos en que el averiguaría el nombre de su antecesor.

También visté el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, luego de un ir y venir por varias oficinas, me dirigieron a Ceremonial y Protocolo, allí fui atendido por Diana Tobar y Abigaíl Gavilanez y ellas muy amablemente me orientaron hacia el Dr. Edwin Andrade de la Dirección de Privilegios e Inmunidades.

Este viejo funcionario de carrera de la Cancillería, con paciencia me escucho la historia que hoy cuento a mis amigos. Me explicó que en su dirección "funciona" un sistema antiquísimo de datos en el que se registran los nombres de todos y cada uno de los diplomáticos que conforman o conformaron cada misión en Ecuador.  Hicimos algunas pruebas con nombres que me pidió recordara, pero fue inútil, no pudimos dar con el nombre buscado.

Me pidió un poco de paciencia y me prometió llamarme para informarme el nombre del funcionario chino que se comprometió a buscar.  

El agregado Cultural Sr. Huang dió una pista que no coincidía en los años de búsqueda y comprobamos el error con Edwin Andrade.   Luego encontramos el nombre del funcionario buscado: Sr. Jinshun Tao, que desempeño las funciones de agregado civil en el año 1991 en Quito.

Con ese nombre he seguido la pista de nuestro amigo, que sé ahora, es segundo secretario de la Embajada China en Afganistan!!    Ahora sólo nos falta tomar contacto con él.!!

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