domingo, 10 de julio de 2022

AJEDREZ Y GUERRA FRIA

50º ANIVERSARIO 

MATCH FISCHER-SPASSKY

(Reykjavik,11 julio-1 septiembre 1972)

 (actualización 07-04-2023)
 

"Creo que la razón por la que nos fijamos en estas partidas, probablemente no fue tanto por el factor ajedrez sino por el elemento político, que era inevitable porque en la Unión Soviética, el ajedrez era tratado por las autoridades soviéticas como una herramienta ideológica muy importante y útil para demostrar la superioridad intelectual del régimen comunista soviético sobre el decadente Occidente. Por eso la derrota de Spassky fue tratada por personas en ambos lados del Atlántico como un momento aplastante en medio de la Guerra Fría ".  

Gary Kasparov


"En la celebración del 45 aniversario del legendario Campeonato Mundial de Ajedrez de 1972, entre Robert J. (Bobby) Fischer (EE. UU.) y Boris Spassky (URSS), presentamos con orgullo la mejor reproducción de uno de los juegos de ajedrez más importantes históricamente jamás producidos. 
El diseño del juego de ajedrez conmemorativo Fischer Spassky 1972 es una reproducción exacta del juego de ajedrez utilizado por el legendario GM estadounidense Bobby Fischer cuando ganó el Campeonato Mundial de Ajedrez de 1972 en Reykjavik, Islandia"
 

 
 

 

FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS - NOVIEMBRE 2019
Trebejos conmemorativos del Match de 1972- La Colección de papá
FISCHER- SPASSKY ARTISAN SERIES
http://www.lacolecciondepapa.com/2019/11/reykjavik-1972-i.html




¿Qué fue la Guerra Fría?

La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, ideológico, económico y cultural que tuvo lugar entre 1945 y 1989 entre dos bloques de países liderados por los Estados Unidos (EE.UU.) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). 
 
"El año 1947 sería el de la definitiva quiebra de la unidad antifascista en Europa.  La nueva doctrina Truman y la iniciativa norteamericana del Plan Marshall dividirían a los políticos europeos en dos bandos irreconciliables: conservadores y socialdemócratas aceptaban las ayudas económicas a cambio de las consiguientes contrapartidas políticas y militares, mientras los partidos comunistas y sus escasos aliados de izquierda las rechazaban en nombre de la soberanía nacional frente al imperialismo norteamericano.
Europa quedaba dividida en dos.  A un lado, una Europa cada vez menos independiente de la URSS en la que,  como explica Geoff Eley, los Estados evolucionarían de un inicial pluralismo antifascista hacía regímenes de partido único con «brutales patologías de control y terror»; y al otro, una Europa occidental alineada con los EE.UU. en la que se produciría un giro conservador con respecto a los dos reformistas primeros años de la posguerra, instaurándose a partir de entonces una «atmósfera de represión conformista» que «demonizó el comunismo como instrumento político de la URSS y origen de la falta de libertad e identificó el radicalismo como la deslealtad a la nación y el enemigo interior» Diaz, D. "Pasionaria- La vida inesperada de Dolores Ibárruri"- Hoja de Lata Editorial S.L., A Coruña (España), 2021

El eje del conflicto fue la pugna entre los modelos de organización política, social y económica de las dos superpotencias surgidas luego de la Segunda Guerra Mundial: 
EE.UU: líder del bloque occidental, integrado por Japón, los países de Europa occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Defendían el capitalismo como sistema económico y la democracia liberal como sistema político.
URSS: encabezaba el bloque del Este o bloque oriental, integrado por los países ocupados por el Ejército Rojo y otras fuerzas armadas comunistas. Defendían el socialismo como sistema económico y social y la democracia popular de partido único como régimen político.
La Guerra Fría se extendió hasta 1989, cuando la caída del Muro de Berlín, el fin de los gobiernos socialistas en Europa oriental y la Cumbre de Malta pusieron fin al enfrentamiento entre EE.UU. y la URSS y sus respectivos aliados.
 
Características
  1. No fue un enfrentamiento armado directo, sino que constituyó una amenaza permanente de conflicto entre los dos bandos.
  2. Cada uno de los bloques se organizó mediante tratados de cooperación, ayuda mutua y apoyo militar. El bloque occidental integró la OTAN y el bloque oriental, el Pacto de Varsovia y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON).
  3. El sostenimiento por parte de EE. UU. de los gobiernos de los países del bloque occidental se basó en la doctrina Truman, que buscaba detener la expansión del comunismo a nivel mundial.
  4. Implicó una fuerte escalada armamentista, ya que tanto EE.UU. como la URSS acumularon armas nucleares con capacidad para destruir todo el planeta.
  5. La demostración del poder y la capacidad destructiva de los Estados en pugna se manifestó en constantes ensayos nucleares y en la exhibición de sus respectivos arsenales en desfiles militares y demostraciones patrióticas.
  6. El equilibrio entre las superpotencias se sostuvo en el temor de un conflicto nuclear que provocara la mutua destrucción. Esto llevó a que en las sociedades occidentales se desencadenara un fuerte temor a una guerra nuclear. El momento de máxima tensión mundial fue la Crisis de los misiles en Cuba (1962).
  7. El enfrentamiento entre las potencias se manifestó en la participación directa o indirecta en conflictos entre otros países, especialmente de Asia y África. Por ejemplo, la Guerra de Corea (1950-1953), la Guerra de Vietnam (1955-1975) y la Guerra del Yom Kipur (1973).
  8. El enfrentamiento entre los bloques se evidenció en otras áreas como la ciencia, la cultura y la tecnológica. Una de estas manifestaciones fue la carrera espacial, una competencia por la exploración y conquista del espacio exterior.
  9. Al interior de ambos bloques, el conflicto se sostuvo a través de enormes aparatos de propaganda. Para las potencias eran tan importantes los logros obtenidos como su comunicación, ya que los éxitos de sus misiones se percibían como triunfos de un modelo sobre el otro.
 
* Los amigos interesados en profundizar sobre el tema tendrán una visión más completa de este periódo histórico en 


"El grado en que el espionaje norteamericano extendió sus tentáculos hacia las cuestiones culturales de sus aliados occidentales, actuando como posibilitador en la sombra de una amplia variedad de actividades creativas, colocando a los intelectuales y a su obra como piezas de ajedrez para jugar en el Gran Juego, sigue siendo uno de los legados más sugerentes de la guerra fría." Frances Stoner Saunders, "La CIA y la guerra fria cultural"

En primavera de 1992, un ruso tocó la puerta de la Embajada del Reino Unido en Riga, Letonia. Del fondo de su bolsa sacó unos papeles clasificados que supuestamente había sacado de contrabando de los archivos del KGB en Rusia. Se lo entregó a un desconcertado empleado de la embajada y le prometió que le daría más documentos del KGB a cambio de refugio en el Reino Unido.

El hombre que se presentó en la embajada del Reino Unido era Vasili Mitrojin, un oficial retirado del KGB. No sólo estaba retirado, sino que además afirmaba representar a una organización que no existía desde la caída de la URSS en 1991. No obstante, los documentos eran de interés para los servicios de inteligencia occidentales, ya que proporcionaban una visión única de una de las organizaciones más secretas de la época de la Guerra Fría.
 
 
Según relata Boris Gulko en el libro "KGB PLAY CHESS" escrito con Vladimir Popov, Yuri Felshintinsky y Korchnoi Korchnoi:
 
"El partido nombraba a sus enemigos y los órganos de seguridad del Estado, como instrumentos de combate, se deshacían de ellos sin contemplaciones. Mostrar piedad por los enemigos del partido era peligroso. Aquel que no era lo suficientemente despiadado con los enemigos era su cómplice o él mismo un enemigo. Y fue Stalin, el "gran líder de todos los pueblos", quien enseñó cómo había que tratar a los enemigos: "Si un enemigo no se rinde, se le destruye".
 
 

 

TRUMAN vs STALIN


Stalin jugando con el presidente norteamericano Harry S. Truman en una caricatura del galés Leslie Illingworth que se conserva en la Biblioteca Nacional de Gales.


La caricatura satiriza uno de los momentos más calientes de la guerra fría: el bloqueo por parte de los soviéticos del Berlín Occidental en junio de 1948. El bloqueo fue la respuesta soviética al cambio de moneda impulsado por la que con el tiempo sería la República Federal de Alemania y que impedía los contactos comerciales con la que sería, a su vez, República Democrática Alemana. El bloqueo fue absoluto por tierra e impedía la llegada a la ciudad de alimentos, electricidad o combustible. La respuesta occidental fue organizar un puente aéreo que llevara todo lo necesario por vía aérea.

En el tablero internacional, Truman y Stalin han movido sus piezas: bloqueo de Berlín, puente aéreo. Truman contraataca con la creación de la OTAN...  
Por Mariano García Díez el sábado, diciembre 10, 2011

 

En la crisis de los misiles, el acontecimiento "más caliente" de la Guerra fría los lìderes mundiales se explicaban:


“Además de proteger Cuba, nuestros misiles hubieran igualado lo que en Occidente les gusta llamar ‘el balance de poder’. Los americanos habían rodeado nuestro país con bases militares y nos amenazaban con armas nucleares. Ahora iban a aprender lo que se siente teniendo misiles enemigos apuntándote” (Nikita Kruschov, primer ministro de la URSS)

“En la mañana del martes 16 de octubre de 1962, poco después de las nueve de la mañana, el Presidente Kennedy me llamó por teléfono, pidiéndome que acudiese a la Casa Blanca. Solo dijo que nos estábamos enfrentando a problemas muy serios. Poco después, ya en su despacho, me reveló que un avión espía acababa de realizar una misión fotográfica y que la inteligencia estaba convencida de que la URSS estaba situando misiles atómicos en Cuba. Aquello fue el inicio de la crisis; una confrontación entre los dos gigantes atómicos, los EEUU y la URSS, que llevó al mundo al borde del abismo de la destrucción nuclear y el fin de la humanidad” (Robert Kennedy)

 

Tomado de ARTEDREZ, nuestra página amiga de Madrid en la cual Mariano García Díez nos deleita diariamente.


sábado, 27 de agosto de 2022



En 1961, el presidente de los EE. UU., John Fitzgerald Kennedy, se reunió con el presidente de la U.R.S.S., Nikita Serguéyevich Jrushchov, en Viena. La opinión generalizada sobre la cumbre fue que el joven e inexperto presidente estadounidense no estuvo a la altura del veterano dirigente comunista, que había retorcido mucho su colmillo en la época de la sucesión de Stalin.

La prensa de la época estuvo de acuerdo con esa idea, como podemos ver en la viñeta de editorialista gráfico británico de origen alemán Victor Weisz, quien firmaba bajo el nom de guerre de Vicky, para la revista The New Statesman.

En ella, Kennedy, apoyado por los líderes occidentales Konrad Adenauer (República Federal de Alemania), Charles de Gaulle (Francia) y Harold Macmillan (Reino Unido) se enfrenta a Jrushchov, apoyado por Mao Zedong (Mao Tse-Tung se escribía cuando yo era niño) delante de un tablero de ajedrez. La vieja metáfora del ajedrez como imagen de la geopolítica.

El dirigente norteamericano se presenta como un niño que tiene que sentarse sobre los libros con los que acaba de aprender a jugar.

Previamente al encuentro, el gobierno norteamericano había promovido la fracasada invasión de Cuba en Bahía de Cochinos; con posterioridad a él, la URSS ordenó la construcción del muro de Berlín e intentó instalar misiles atómicos en Cuba. Tiempos de guerra. Como siempre. Como ahora.

Los textos de la viñeta dicen:


CONGRESO DE VIENA
EL
NIÑO MARAVILLA
CONTRA
EL
GRAN MAESTRO
AJEDREZ EN 100 DÍAS
TABLAS

Kennedy: Entonces, moví un peón y aplazamos...

http://deludoscachorum.blogspot.com/2022/08/kennedy-vs-jrushchov.html


Entre otras, así eran las condiciones de conflicto en el mundo entero dividido en bloques de influencia en este periodo de la Guerra fría.   Para 1972, específicamente se consideraba  un período de distensión (1962-1979) del conflicto que tuvo su punto más álgido en 1962 iniciado cuando aviones espías U2 detectaron la construcción de rampas de lanzamiento para misiles balísticos nucleares (Operación Anádyr)  y la presencia de tropas soviéticas en territorio cubano. La subsecuente crisis de los mísiles en Cuba, el bloqueo naval ("cuarentena") ordenado por Kennedy que mantuvo al mundo en vilo ante una inminente guerra nuclear, finalmente fue superada por Kennedy y Kruschov a lo largo de negociaciones secretas.  Kruschov dispuso el retiro de los misiles y los Estados Unidos se comprometieron a desmovilizar las  fuerzas  y no invadir la isla; y a retirar los envejecidos misiles Júpiter que tenían apostados en Turquía e Italia, pero con la condición de que ésta parte secreta del acuerdo no llegara a ser de dominio público en al  menos seis meses.  Según infobae la tensión vivida condujo al reconocimiento de la importancia del diálogo directo —el teléfono rojo que pasó a la historia con un nombre de novela de espionaje: "el teléfono rojo". No fue nunca un teléfono. Y mucho menos rojo—  en realidad era una línea directa de télex entre Washington y Moscú: entre la Casa Blanca y el Kremlin


Los presidentes John Kennedy y Nikita Kruschev estrechan sus manos en Viena
John Kennedy y Nikita Kruschev - Viena (infobae)

President Richard M. Nixon, right, and Soviet leader Leonid Brezhnev drink a toast at the White House in Washington, DC, June 21, 1973. The toast comes after the two leaders signed a pact to limit offensive nuclear arsenals. (AP Photo)
Brezhnev y Nixon. Washington DC, junio de 1993 ((AP Photo) timesofisrael
"Los problemas económicos que evidenció el bloque oriental llevaron a la URSS a disminuir sus intervenciones militares. La excepción fue la invasión de Checoslovaquia, que en 1968 puso fin a la Primavera de Praga.  
 
 
EE.UU., por su parte, padeció el escándalo Watergate, que forzó la renuncia del presidente Richard Nixon, y la derrota en la guerra de Vietnam. Esta última debilitó su influencia en los países del Tercer Mundo, que constituyeron el Movimiento de Países No Alineados. Estas crisis forzaron a las superpotencias a plantearse una coexistencia pacífica, que se plasmó en la firma de acuerdos que limitaron sus arsenales nucleares" https://enciclopediadehistoria.com/guerra-fria/
 
 

Sobre el match Fischer-Spassky se ha escrito mucho: antes y después del mismo. Recuerdo, haber leído la novela "Campos de fuerza" de George Steiner, quien asistió a Reikjavik, como corresponsal del New Yorker y que, por tanto presenció los hechos que relata.  Destaca su fascinación con lo acontecido en la capital de Islandia, así como, su particular interés por los aspectos psicológicos, políticos y personales del enfrentamiento Fischer-Spassky.   A manera de conclusión, Steiner dice:


The New York Times Report

"En múltiples aspectos no cabe decir que fuera una serie superlativa.

La tercera, la sexta, la décima, la undécima, la decimotercera y la decimonovena partidas fueron sobresalientes, qué duda cabe. La frialdad de Fischer ante el ataque en masa de la séptima fue soberbia.

La sexta es un clásico de la lógica y de la belleza. En cambio, a pesar de la innovación en el décimo movimiento, la octava, al igual que la decimocuarta, están en el nadir del ajedrez de altura mundial, y hubo partidas como la duodécima y la vigésima que resultaron sumamente tediosas. Los matches por el título mundial entre Lasker y Capablanca y entre Capablanca y Alejin dieron de sí un ajedrez de solidez y consistencia muy superiores. Botvinnik y Smyslov, más igualados, cometieron menos errores. Pero todo esto bien puede ser irrelevante.

«Esta cosilla que tenemos pendiente yo y Spasski» es algo que ha transformado la historia y la sociología del ajedrez. Casi de la noche a la mañana, Fischer ha transmutado la economía bizantina y de mero amateur que era propia del juego en algo que genera dinero a espuertas. Podría llegar a ser millonario gracias al ajedrez. En múltiples sentidos, la actuación de Fischer en Reykjavik fue la quintaesencia del genio norteamericano para generar una inmensa emoción pública y para corromperla por medio de la intensidad de la misma.

Su reinado como campeón sin duda que traerá consigo cambios drásticos en la mecánica de los matches por el título del mundo. Ya se habla de disputar campeonatos anuales en Las Vegas o en Dallas, con una bolsa de ganancias sensacional, y con nuevas reglas, a tenor de las cuales el primero en obtener seis victorias será el campeón. La FIDE tendrá que hacer las paces con el nuevo rey, o perderá de inmediato su influencia. Por lo que atañe a la táctica y a la burocracia ajedrecística soviéticas, el régimen de Fischer les resultará traumático. Y en el mundo entero, la llegada en tropel del dinero y de los medios de comunicación a un arte que hasta la fecha no suscitaba el menor interés probablemente tendrá sus pros y sus contras. Sin embargo, para un número extraordinario de seres humanos, los acontecimientos de aquel verano supusieron, comunicaron una extraña sensación de intensa abstracción, y en esa medida el ajedrez es sin eluda el verdadero ganador del encuentro. Durante varios meses, una actividad esforzada, esotérica, esencialmente trivial, que se relaciona con jóvenes miopes llenos de acné, con viejecillos más o menos cómicos y disparatados que juegan en los bancos de los parques, tuvo cautivado al mundo entero.

El 1 de septiembre de 1972 supuso tanto la victoria de Fischer como el comienzo de la guerra del bacalao, un pez de aguas frías. El aire se volvía gris ante la inminencia del invierno cuando los barcos de la armada islandesa zarparon de Reykjavik para interceptar a los arrastreros británicos y, de ser posible, expulsarlos e impedir su entrada dentro de un límite de cincuenta millas declarado unilateralmente.

Ese juego que se desarrolla sobre escaques definidos en las cartas náuticas de los arrastreros y los pilotos de los guardacostas es un juego muy feo. Tanto los islandeses como los pescadores de Huil y Grimsby estaban convencidos de que su supervivencia -su modo de ganarse la vida- estaba en liza en el match que se iba a disputar en esas gélidas aguas." Steiner,G. "Campos de fuerza", La Fábrica Editorial,Madrid, 2004

 
Muchos matices de la era de la Guerra Fría, ya que la Unión Soviética a menudo equiparaba el dominio del ajedrez con la superioridad intelectual y educativa.
El ideal del "hombre solitario" como Fischer era casi una isla contra un cuadro de jugadores y funcionarios gubernamentales que ayudaban a Spassky.
La notable racha de Fischer en los partidos de Interzonal y de Candidatos fue en la que ganó 20 partidos seguidos (los siete finales en el Interzonal de España, dos derrotas por 6-0 ante Mark Taimanov y Bent Larsen, y el primer partido de la final contra Tigran Petrosian).
Fischer amenazó con no asistir al partido en absoluto, incluso provocó la intervención del secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, quien llamó al estadounidense para rogarle que asistiera.
Cobertura en vivo brindada en los EE. UU. con NM Bruce Pandolfini y Shelby Lyman, lo que ayudó a inspirar más tarde un "boom Fischer" de clubes y jugadores de torneos estadounidenses.
El aburrido empate en el juego uno se puso patas arriba con el derrochador 29...Axh2?! de Fischer, que se ha convertido en uno de los movimientos más analizados en la historia del ajedrez.
La pérdida de Fischer en el juego dos y las teorías de conspiración relacionadas con cámaras, sillas y errores electrónicos (el partido incluso se trasladó a una sala privada para un juego al reanudarse)
La rapidez de su regreso, incluida su primera victoria contra Spassky en la tercera partida con 11...Ch5!, un movimiento tan sorprendente que incluso es su propia camiseta.
En general, nueve (!) De los primeros 13 juegos fueron decisivos, algo que quizás nunca volvamos a ver en un match por el campeonato mundial.
El primer campeonato mundial oficial para un estadounidense, que pone fin a una racha de 10 retos mundiales consecutivos ganados por jugadores soviéticos.
Todos los archivos de los medios, películas de Hollywood, documentales, FBI y KGB publicados décadas después, donde el público del ajedrez todavía está aprendiendo más sobre el encuentro hasta el día de hoy.

 

"En el libro, "Bobby Fischer va a la guerra", los autores David Edmonds y John Eidinow escribieron:

En el "Sunday Times" de Londres el 2 de julio, Arthur Koestler, el autor del estudio aterrador del estalinismo, Darkness at Noon, advirtió subestimadamente: "Bobby es un genio, pero como propagandista del mundo libre es bastante contraproducente".

"El Washington Post "rumió que el comportamiento de Fischer había provocado que el partido se intensificara "de un deporte a un renacimiento de la Guerra Fría". Uno de los lectores del Post escribió que "Fischer es el único estadounidense que puede hacer que todos en los Estados Unidos arraiguen a los rusos”. En un artículo escrito a fines de julio y que pasó por la embajada soviética en Reykjavik, causando mucha alegría, el humorista del Washington Post Art Buchwald reflexionó sobre un dilema presidencial: ¿Nixon llamaría por teléfono a Islandia si Fischer ganara? Él previó la conversación:

https://www.chess.com/forum/view/general/fischer-by-buchwald
batgirl Mar 15, 2017

NIXON LLAMA A BOBBY FISCHER

Traducción via Deepl.Translate- SCM

 
 
Gary Kasparov comenta en "MIs geniales predecesor, vol. 4":
"También se pensaba organizar celebraciones en honor de Fischer al más alto nivel.  El presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, le envió un telegrama deseándole suerte y exito "para se el campeón absoluto en el juego más difícil del mundo" e invitándole a una recepción oficial en la Casa Blanca.  NIngún americano podría solñar con más alto honor.  Pero Bobby era una excepción: "Rehusé porque me pareció que no me pagarían nada por esta visita.  Además hubiera sido una importante distracción ...".  Si estas palabras no son un chiste peridístico, puedo imaginar que Nixon se sintiese aliviado de no haberle invitado por teléfono, pues en tal caso su conversación podría parcerse a la que apareció en el New York Post, el 27 de julio, día en que se jugó la octava partida.  Esta divertida parodia, cuyo autor es el famoso humorista Art Buchwald, es demasiado divertida para no ser incluida en este libro" Kasparov, G. "Mis geniales predecesores, volumen 4"

https://en.chessbase.com/Portals/4/files/news/2013/fischer08.jpg
https://en.chessbase.com/Portals/4/files/news/2013/fischer08.jpg

Ajedrez en la Guerra Fría


El duelo Fischer-Spassky en 1972 apasionó en medio del clima de tensión entre los dos bloques


Alfredo Relaño03 dic 2018 - 04:37 ECT

La URSS trató de captarlo dadas las afinidades comunistas de la familia y ya que él mismo era un estudioso de los grandes campeones soviéticos. Le invitaron al Club Internacional de Ajedrez de Moscú. Pero tras el Torneo de Candidatos de Curaçao (1962) denunció que los soviéticos hacían causa común, pactaban tablas rápidas entre ellos, y se volcaban contra él. Su denuncia tuvo gran alcance y dio lugar a que el Torneo de Candidatos dejara de ser una larga liguilla y pasara a jugarse por eliminatorias.

Así llegó el Mundial de 1972. Fischer, 29 años, el aspirante occidental que había tratado de captar Moscú, contra el campeón Spassky, 35 años, ruso. El Mundial se lo llevó Reikiavik, por una oferta de 125.000 dólares.

Pero no fue fácil. Fischer, que siempre se caracterizó por una rebeldía que fue degenerando en extravagancia hasta perder la cabeza definitivamente, se negó a jugar si no se doblaban los premios. Un acaudalado aficionado inglés, de nombre Jim Slater, puso otros 125.000 dólares. Aún protestó Fischer por la sala y su iluminación, la distancia hasta la primera fila, el tablero, las fichas… Exigió que no hubiera niños entre el público. Spassky, contra lo que le aconsejaban sus asesores, accedió a que se hicieran las cosas como quería su oponente.

Ya estaba creada la máxima expectativa cuando por fin comenzó el duelo, el 11 de julio. Fischer no apareció. Spassky movió el peón blanco y se quedó esperando. A los siete minutos apareció por fin Fischer, que perdería la partida con un error infantil, inimaginable en un jugador de su talla.

Ahora exigió para seguir jugando que no hubiera televisión. No compareció en la segunda partida, que se le dio por ganada a su rival. Henry Kissinger le llamó, con una presentación célebre (“soy el peor jugador de ajedrez del mundo llamando al mejor jugador de ajedrez del mundo…”) para intentar convencerle, pero fue Spassky el que de nuevo le respaldó en su pretensión, desoyendo instrucciones de las autoridades del deporte soviético.

El Mundial se reanudó, con Spassky ganando ya 2-0. La tercera partida la ganó Fisher con negras, después de varias genialidades.


Boris Spassky vs Bobby Fischer chess set from 1972 Game 3. Photo ©http://weissauctions.auctionflex.com.

El duelo, que se siguió con pasión en todo el mundo, terminó el 1 de septiembre, cuando Spassky se levantó de la mesa en la partida número 21, en el movimiento 40. Fisher había ganado 12,5 a 8,5.

Fue recibido como un héroe en EE UU. Spassky fue acusado en Moscú de haberle concedido unas ventajas psicológicas que resultaron decisivas. Le fueron marginando.

Jugarían de nuevo otra vez, una exhibición, en 1992, en Belgrado, pero aquello defraudó. Ninguno de los dos era el mismo ni había Guerra Fría.

Para entonces, Fisher ya estaba cuesta abajo en la rodada. A la hora de defender su título, en Manila, en 1975, ante un joven Karpov, puso tales condiciones que le desposeyeron del título. Cada vez más díscolo y extravagante, fue detenido en Pasadena por bronca con la autoridad. Más tarde fue puesto en busca y captura tras jugar aquella segunda vez con Spassky, porque el choque se disputó en la República Federal de Yugoslavia, cuando EE UU había ordenado un bloqueo contra aquel país por la Guerra de los Balcanes. Detenido más adelante en Tokio por usar pasaporte falso, pasó algunos meses en prisión hasta que consiguió asilo político en Islandia, donde moriría en 2008. En sus últimas apariciones tenía el aspecto de un vagabundo.

Spassky es hoy un octogenario que vive en Moscú. De cuando en cuando da una entrevista. Alguna vez ha explicado que quiso ayudar a Fisher, al que veía ya entonces “como un niño medio enfermo, a punto de desquiciarse”, y salvar la partida, por el bien del ajedrez. La posteridad no valoró su buen talante deportivo.

De haber sido menos anuente, hubiera retenido el título por descalificación del rival. Pero nos hubiéramos quedado sin aquellas emociones.

 

https://youtu.be/L8MlGHJKAuM

 


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