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“El
único juego que pertenece a todos los pueblos y a todas las épocas y
del que nadie sabe que dios
lo legó a la tierra para matar el hastío,
aguzar los Sentidos y estimular el espíritu” Stefan Zweig
(actualización 26-08-2024)
¿Cómo eran las primeras piezas del juego que hoy conocemos como ajedrez?
¿Cuáles fueron sus cambios y mutaciones?
Para intentar resolver los interrogantes, necesariamente debemos orientarnos en los orígenes del ajedrez.
Sergio Ernesto Negri brinda el fruto de sus profundas investigaciones en tres trabajos fundamentales al respecto.
Una charla en el Club Argentino de Ajedrez sobre los orígenes del ajedrez, sobre el aparecimiento de la pieza de la reina y un último titulado "De esos orígenes a estas realidades".
Los trabajos mencionados fueron publicados, en la fraterna página, Ajedrez Latitud Sur.
Ubiquemos primeramente, geográficamente donde surgieron los antecedentes directos del ajedrez.
Muchas
rutas de caravanas en la Ruta de la Seda cambiaron de vez en cuando,
excepto las direcciones básicas de Este a Oeste y de Oeste a Este.
Osh y Samarcanda (wiki)
Acompañando a estas hordas de
viajeros, o caravansaria como se las conocía entonces, venían las
codiciadas sedas de China, las especias, los tintes y el marfil de la
India, junto con diversos metales y piedras preciosas, animales exóticos
y aves de todo tipo, sin olvidar las preciadas pociones de opio
"curalotodo" tan populares entre los boticarios de Occidente. Es cierto
que todos ellos eran artículos de lujo, ya que el espacio era muy
preciado en las espaldas y los carros de los bueyes, burros y camellos
que recorrían los peligrosos senderos de la Gran Ruta de la Seda. Pero
en los grandes campamentos como Osh, donde los caravansaria podían
alojarse durante una o dos noches, había mucho tiempo para una
interacción cordial entre comerciantes, viajeros y lugareños por igual.
Sin duda, había mucha alegría después de muchas semanas de caminar por
desiertos y recorrer peligrosos senderos de montaña; Se podían
intercambiar historias, chistes y canciones tradicionales mientras se
bebía una bebida fuerte, se cortejaba a las mujeres, se bailaba y se
hacían apuestas sobre peleas de gallos, pulseadas y competiciones de
bebida. Para los más esotéricos, se podían jugar variantes de juegos
como el shatranj , el nard (backgammon) y el alnurd (dados) y también se
podían enseñar a los lugareños interesados a lo largo de la ruta;
juegos que los peregrinos, embajadores y estafadores habrían traído
consigo de sus países de origen; juegos que a través del crisol de Osh
terminarían abriéndose camino hacia Rusia y Persia en lo que ahora
conocemos como el continente europeo y, en última instancia, en todos
nuestros hogares actuales.
Según Sergio Ernesto Negri, para considerar que nos encontramos ante un proto-ajedrez, o lo que es lo mismo un antecedente muy cercano del juego que conocemos, se deben cumplir al menos las siguientes consideraciones:
1) Que se dispute sobre un tablero de 64 escaques; 2) Que existan 32 piezas a disposición de los jugadores (sin importar el número de estos, pueden ser 2 o 4, lo que permite considerar al chaturanga de cuatro jugadores y al chaturaji; 3) Que las piezas tengan formas de movimiento diferenciadas (con lo que tienen diversas jerarquías), y 4) Que una de ellas (sin especificarse su denominación, puede ser el rey o el general) se procure dominar, atacándola sin escapatoria posible (y, con ello, dar por finalizada la partida).
“Un día, un embajador del rey de Hind llegó a la corte persa de Chosroes, y después de un intercambio de cortesías orientales, el embajador produjo ricos regalos de su soberano y entre ellos había una elaborada tabla con piezas de ébano y marfil curiosamente talladas.
A los cortesanos se les mostró el tablero y después de un día y una noche en profunda reflexión, uno de ellos, Bozorgmehr, resolvió el misterio y fue recompensado por su soberano encantado".
Posteriormente los árabes asimilaron el juego y lo difundieron por las vías comerciales de Occidente. En ese momento se lo conocía con el nombre de Shatranj, pero en Bizancio le dieron el nombre de Zatrikión. De esta manera, comenzó su viaje al oeste llevándolo al norte de África y Europa, e incluso, los territorios que ahora se conocen como España e Italia. Esto ocurrió hacia finales del S. IX y X. Territorios desde el cual se extendió al resto del continente llegando por la zona norte a Escandinavia e Islandia. "Ajedrez, patrimonio cultural de la humanidad" (Blanco, U. 2020).
Manuscrito persa del siglo XIV que Describe cómo un embajador de la India llevó el ajedrez a la corte persa
Durante el reinado del rey sasánida Khosrau I (531-579), un regalo de un rey indio (posiblemente un rey de Kannauj de la dinastía Maukhari) incluía una partida de ajedrez con dieciséis piezas de esmeralda y dieciséis de rubí (verde vs.rojo). El juego vino con un desafío que fue resuelto con éxito por los cortesanos de Khosrau. Este incidente, originalmente mencionado en el Mâdayân î chatrang (c. 620 d. C.), también se menciona en el Shahnama de Firdausi (c. 1010).WIKI
Merece especial atención es el tratado que ha llegado hasta nosotros bajo el título Anushirwan y su siervo, en el que un joven dabır (escriba) de origen noble enumera para Jusraw I (531-579) los temas en los que se ha instruido en la lengua árabe.
Sergio Ernesto Negri en una charla reciente (mayo-2024) señala las rutas de expansión de los proto-ajedreces a territorios que hoy pertenecen a Europa.
En el siglo VI después de Cristo ingresa a Bagdad, procedente de un reino de la India un proto-ajedrez. El hecho tiene suficiente sustento documental para considerar un primer acuerdo general de ubicación temporal del ancestro del ajedrez. Los musulmanes al conquistar el imperio sasánida en el s. VII, toman el juego y lo expanden por Europa en el medio evo, largo periodo de tiempo, entre los siglos V al XV: desde la caída del imperio romano hasta el descubrimiento europeo de América o en la caída de Constantinopla(1453) que coincide además con la invención de la imprenta por Gutenberg.
Fuente: Linder, I.M. "The art of chess pieces" "H.G.S." publishers, Moscú, 1994
El
"ajedrez Afrasiab" considerado como el más antiguo encontrado hasta el
momento, es un conjunto de juego en su tránsito al ajedrez.
Isaac
Linder comenta que en el verano de 1977 durante una excavación el el yacimiento Afrasiab cercano a la antigua Samarcanda, el el arqueólogo
soviético Yuri Buriakov encontró siete miniaturas hábilmente talladas
en marfil de tres o cuatro centímetros de altura, probablemente de los
siglos siete u ocho.
"Las
piezas más antiguas de las que no existen demasiadas dudas acerca de
que pertenecieron a un proto-ajedrez, son las denominadas de Afrasiab,
que aparecieron en excavaciones realizadas en 1977 en las proximidades
de Samarcanda. Se trata de siete figurines de marfil conformados por dos
soldados (peones), un caballo, un elefante (que está montado), un
felino que, como tiene jinete, se especula que pueda ser el rey, y dos
carros. Serían del siglo VII y VIII o sea coincidiendo históricamente
con los tiempos del imperio sasánida en Persia, por lo que habría que
adscribirlas en tanto representativas del čatrang."
Transcribimos de "The art of chess pieces" libro del reconocido escritor, historiador y especialista soviético Isaac Linder (Viena,20-11-1920-Mosoú, 31-10-2015), el detalle del descubrimiento de las piezas más antiguas de un proto-ajedrez:
"¿Cómo eran las primeras piezas de ajedrez? Hasta hace poco, los científicos no tenían respuesta a esta pregunta. Los hallazgos aislados de los arqueólogos, en una u otra parte de Asia Central, de pequeñas esculturas de elefantes, jinetes y otras esculturas figurativas a veces misteriosas, sólo podían atribuirse a un período determinado o al juego de ajedrez con muchas hipótesis.
Esto hace comprensible el interés que la comunidad científica mundial mostró por el hallazgo hecho en Dalverzin-Tepe, una antigua ciudadela del Imperio Kushan, ahora en el sur de Uzbekistán, en el otoño de 1972, de dos pequeñas figuras de marfil de origen indio, que datan del siglo II y que representan un elefante y un toro parecido al cebú.
La primera de ellas medía aproximadamente 2,4 cm de alto y la otra 1,8 cm. Según ha podido comprobar la responsable de la expedición arqueológica, Galina Pugachenkova, de la Academia de Ciencias de Uzbekistán, en el capitel de la famosa columna budista de Sarnath (India) se encuentran imágenes similares, que datan del siglo III a. C. y simbolizan los cuatro puntos cardinales del mundo.
En nuestra opinión, estas figuras probablemente pertenecían a un juego que sucedió al chaturanga, ya que este último, como indica la terminología, era una especie de modelo de un encuentro militar. El autor del presente volumen presentó esta conclusión en un artículo publicado en 1975 en el segundo número de la revista Soviet Ethnography de la Academia de Ciencias de la URSS. Se expresó la confianza de que los nuevos logros arqueológicos, etnográficos y científicos pronto revelarán el misterio de siglos de los orígenes del ajedrez.
Un día del verano de 1977, durante las excavaciones en el yacimiento de Afrasiab, situado cerca de las ruinas de la antigua Samarcanda, un equipo del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Uzbekistán, dirigido por Yuri Buriakov, hoy doctor en ciencias históricas, encontró en la entrada de la mezquita principal, a un metro de profundidad, unas miniaturas de marfil hábilmente talladas, de tres o cuatro centímetros de altura, mientras que su anchura media oscilaba entre uno y dos centímetros. De este modo, los investigadores encontraron ante los investigadores las piezas de ajedrez más antiguas e indiscutibles, que datan del siglo VII o VIII.
Al observar este ejército de ajedrez, percibimos el espíritu de aquella época lejana, sus legendarias batallas, descritas con tanto colorido por Firdausi en Shah Namah, con sus poéticos relatos de un juego en el que los conflictos más candentes se resuelven sin derramamiento de sangre y "se obtiene la victoria mediante la razón". Entre las piezas encontradas podemos ver a dos soldados de a pie arrodillados, sosteniendo un escudo en la mano izquierda y una espada corta en la suya. Son peones o, como se les llama en Irán y Asia Central, pieda.
Un poco más alta y más grande es la figura del caballero (asp). Esta pieza representa a un hombre sentado a caballo. En su mano izquierda lleva un escudo, en la derecha una espada, una vaina cuelga de su lado izquierdo y detrás de él, a su derecha, un carcaj, en su cabeza lleva algo que parece un casco. Por cierto, una pieza tallada a partir de la costilla de un animal y de estilo similar a esta, había sido encontrada durante las excavaciones de Afrasiab un año antes por el arqueólogo Mifazyl Sadiev: muestra un caballo y un jinete representados de manera estilizada mientras que la base está decorada con perlas.
El elefante (pil) tiene una trompa enorme y enroscada, su cuerpo está envuelto en una armadura de malla y un guerrero se sienta sobre su cabeza. La pieza central del juego, el rey (shah), aparece sentado en un carro alto, desarmado, pero sosteniendo una maza como símbolo de poder en su mano derecha. Su mano izquierda sostiene las riendas de tres caballos. La enorme base está rodeada de perlas.
También llama la atención la representación del ferz: un jinete armado con espada y escudo y sentado sobre un gran animal que de lado parece un caballo, pero de frente parece un león.
También inusual e inesperado es el acercamiento al rukh: tres caballos y dos guerreros, uno de los cuales actúa como auriga, mientras que el otro, De mayor tamaño y armado con espada y escudo, se apoya en el respaldo de un asiento decorado con perlas, que recuerda a una parte de un carro de guerra. En conjunto, el conjunto que compone el rukh deriva claramente del juego para cuatro jugadores, chaturanga, en el que, como sabemos, un carro de guerra (ratha) tenía un gran papel. Cuando, en los primeros siglos después de Cristo, el juego pasó a ser uno para dos jugadores y, bajo el nombre de shatrang o chatrang, se extendió por la región de Asia Central, estos carros, como hemos señalado, ya estaban obsoletos como forma de armamento. Pero en esta época, y más tarde cuando el juego se extendió a otras zonas, algunas de las piezas siguieron fabricándose con la imagen tradicional. En esta ocasión, la pieza conservaba la forma de un carro con caballos, un guerrero y un auriga.
En el shatrang también se puede observar otra discrepancia entre el nombre de la pieza y la forma en que se representaba: el áspid. Entre los pueblos de habla iraní, esta palabra denotaba un caballo, mientras que la escultura que se ha encontrado en Afrasiab representa un caballo con un jinete. Al parecer, también en este caso la pieza se llamaba "el jinete" en una etapa temprana de la evolución del juego, y más tarde, en la zona de Asia Central, se le dio un nuevo nombre ("el caballo"), aunque su forma permaneció inalterada. Las piezas de Afrasiab son, por tanto, una clara confirmación visual de que el ajedrez se originó como representación de un encuentro militar y no como resultado de un único acto de invención, sino como la transformación del chaturanga indio en shatrang. Todas las piezas pertenecen a un mismo juego de ajedrez y datan de mediados del siglo VIII. Yury Buriakov, que señaló las superficies muy desgastadas y la similitud con las representaciones de guerreros en los relieves de piedra sasánidas, sugirió un período aún anterior: el siglo VII.
Estas figuras en miniatura despiertan nuestra admiración por la exquisitez de su tallado en marfil. Son auténticas obras de arte aplicadas realizadas por artesanos. Además, son la prueba de que, desde los primeros siglos de existencia del juego, las piezas de ajedrez se fabricaban en marfil de forma realista.
Gracias a los avances de la arqueología, por fin hemos podido hacernos una idea de cómo era el ejército de Shatrang en su forma original. Sólo ahora es posible interpretar de forma definitiva muchos de los hallazgos anteriores de piezas de ajedrez realizados en la vasta zona de Asia central, así como datarlos con mayor o menor precisión o corregir las suposiciones realizadas anteriormente.
Los problemas a los que se enfrentaron los investigadores al estudiar estos hallazgos aislados son plenamente comprensibles. El estrato cultural en el que fueron descubiertos a menudo estaba alterado y se encontraron junto a objetos de una fecha posterior. Tampoco se sabía si las piezas de ajedrez se fabricaron en los primeros años de la existencia del juego sin atributos militares. El principal problema fue que los investigadores no tenían a mano hallazgos similares que les permitieran hacer comparaciones.
Cuestiones tan difíciles como éstas se les plantearon, por ejemplo, a los orientalistas rusos Kamilla Trever y al académico Joseph Orbeli en los años 30, cuando intentaron estudiar las piezas de ajedrez antiguas del Hermitage, que se habían encontrado en Asia Central antes de la Revolución de Octubre (Shatrang, 1936). Una de las piezas, tallada en marfil y que representa de forma muy realista a un guerrero a caballo con una maza, encontrado en el yacimiento Afriasab cerca de las ruinas de la antigua Smarcanda. Recuerda a las representaciones de los gobernantes sasánidas en los grabados rupestres.
Basando su juicio en el hecho de que las formas y rasgos sasánidas son característicos de las artes y artesanías de Asia Central en los siglos VIII y IX, los eruditos datan las piezas en el mismo período. Sin embargo, como han demostrado las excavaciones arqueológicas de las últimas décadas, este tipo de jinete fuertemente armado formó parte de la caballería de las tribus de habla iraní de Asia Central en un período anterior -entre los siglos VI y VIII. Esta hipótesis ha sido confirmada por los hallazgos posteriores en Afrasiab.
Otro hallazgo temprano de origen centroasiático, conservado en el Hermitage, se ha considerado que se trata de un peón. Se trata de la figura de un hombre sentado. Yury Buriakov realizó recientemente una descripción detallada y un estudio del mismo y publicó su trabajo en la revista de la Academia de Ciencias, Soviet Archacology. Llamó la atención del lector sobre el hecho de que, en cuanto a la forma, estas figuras tienen mucho en común con las representaciones de los gobernantes dekhkan, una clase guerrera noble, en las pinturas monumentales de la zona de Sogdiana, en Afrasiab y en otros lugares.
El pesado collar también sugería que la persona representada era de origen noble y, dado que también estaba desarmado, bien podría ser que en el ajedrez su función no fuera la de peón sino la de rey.
El erudito encontró confirmación de esto al recurrir a un notable artefacto de ajedrez de la Edad Media que ahora se encuentra en el Cabinet de Médailles en Francia. Esta pieza tiene 15,5 cm de altura y consta de un conjunto escultórico se compone de un gobernante sentado sobre un elefante, rodeado de ocho soldados de infantería y cuatro jinetes. El gobernante lleva un pesado adorno alrededor del cuello y su postura es similar a la del personaje del Hermitage. En opinión de Buriakov, el hallazgo del Hermitage puede considerarse parte de una composición de este tipo, que data del siglo IX.
Ruhk, Ferghana, s. 8 o 9 (?)
Ivory, 5 cm.
Hermiitage, St. Petersburg
Otra pieza oriental temprana perteneciente al Hermitage es un rukh representado como un ave de rapiña fantástica que sostiene un ave acuática en sus garras. Fue encontrado en la antigua Ferghana antes de la Revolución y nuevamente Orbeli y Trever fueron los primeros en identificarlo como una pieza de ajedrez, aunque no se arriesgaron a atribuir su fabricación a una fecha más o menos exacta. Ahora es posible señalar una fecha, el siglo IX o X, donde en algún lugar de Oriente Medio se encontró una mina figurativa.
Se encontró en la antigua Ferghana antes de la Revolución y Orbeli y Trever fueron los primeros en identificarla como pieza de ajedrez, aunque no se arriesgaron a atribuir su fabricación a una fecha más o menos exacta. Ahora es posible señalar una fecha, el siglo IX o X, en la que en algún lugar de Oriente Medio las piezas figurativas vuelven a aparecer en los juegos de ajedrez, pero su carácter militar ya se ha perdido, como, por ejemplo, en las figuras de elefantes con un conductor representado convencionalmente o sin conductor. El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York posee un elefante hábilmente tallado en piedra negra de más de tres centímetros de altura sobre una base ovalada.
El catálogo del museo data la figura en el siglo VI o VII, lo que es poco probable, como demuestra el conjunto Afrasiab. Aparte de encajar en el término "elefante", la pieza no tiene ninguno de los otros atributos característicos y, por lo tanto, es difícil decir si alguna vez participó en los combates de ajedrez de la época, por lo que es más probable que sea de un período posterior o anterior, en cuyo caso habría formado parte de una partida anterior al chaturanga.
Por otra parte, ahora podemos hablar con mucha más seguridad de la importancia para el ajedrez de otra miniatura perteneciente también al Metropolitan Museum of Art. También procede de Irán, está tallada en marfil y representa a un guerrero con armadura que sostiene un escudo y cabalga sobre un animal de gran tamaño que se parece a un león. La base ovalada está decorada con perlas. Esta pieza mide unos diez centímetros de alto y no está del todo completa, ya que el hocico del animal está roto. "Es posible que no sea un caballero sino un rukh...", afirman Jessie Dennis y Charles Wilkinson, autores del catálogo.
Sin embargo, el conjunto de Afrasiab nos permite sugerir que en este caso se trata de otra pieza: la farzin o reina. Por cierto, los autores de esa publicación también llamaron la atención del lector sobre la parte superior plana de la cabeza del jinete, tras haber decidido que esta parte de la figura también había sufrido algún daño. De hecho, como muestra el conjunto de Afrasiab, esta era precisamente la forma en que se representaban las cabezas en la escultura de ese período, y particularmente en las piezas de ajedrez. Finalmente, sería más preciso, en nuestra opinión, datar la pieza no en el siglo XI, sino en el VII o VIII."
Linder,I. M ,“The art of chess pieces” ,“H.G.S.” publishers, Moscu, 1994
Jin Joannou THE CHESS COLLECTOR, en comunicación personal (24-08-2024) nos orienta hacia los descubrimientos del historiador y especialista alemán Manfred Eder. En The mysterious Afghan chessmen - Les mystéricuses piéces d'Afghanistan.
Cómo es que estas cinco piezas han aparecido en Estados Unidos en 2006 es un misterio (para mí). Un comerciante estadounidense las vendió diciendo que procedían del norte de Afganistán. Durante un tiempo estuvieron disponibles a través de un vendedor especializado en el Reino Unido, que tuvo la amabilidad de ponerse en contacto conmigo. Ahora, las ha comprado otro coleccionista y pertenecen a una colección privada. http://history.chess.free.fr/afghan.htm
Están hechos de piedra: PIZARRA, analizada por el RGMZ - Römisch-Germani- sches Zentral-Museum, Maguncia, según certificación del 13 de mayo de 2011.
" se trata de un segundo juego [grupo de piezas de ajedrez] encontrado después de las piezas de ajedrez deAfrasiab, a las que se parecen mucho.
La familiaridad de las cinco piezas de ajedrez de piedra con las siete piezas de ajedrez Afrasiab de marfil no deja de ser sorprendente. Y para la discusión tenemos que señalar que las piezas individuales parecen haber tenido diferentes "funciones" y posiciones en el tablero: El "Rey" en Piedra representado por un Elefante frente a los "3 Caballos" en Marfil, jugando alternativamente en este último grupo la "Reina". El "Alfil" en Piedra tiene su vis-à- vis en Marfil claramente también como Elefante, ¡pero su equipamiento es idéntico al de uno de los "Caballeros" del Grupo Afrasiab! El Jinete de Piedra, entendido como el "Caballero", es más familiar a la pieza mayor de Marfil que a los dos Caballeros de Marfil de ese grupo. ¿Confuso?
Sí, en efecto. No obstante: No cabe duda de que los diseñadores de las piezas de ajedrez, tanto del juego en marfil como del juego en piedra, basaron su concepto principal en el patrón del ejército indio con sus cuatro alas: Carros, jinetes, elefantes y soldados de infantería. Especialmente la presencia de Elefantes en el Grupo-Piedra permite señalar que el Elefante como animal del rey y su rango como el wappon más fuerte en la guerra, protegiendo al Rey y a su Ministro de Guerra, ¡es de subrayar como un elemento de origen típicamente indio!
Siempre
me sentí honrado por mi amistad personal con el profesor Dr. Yuri Buriakov, arqueólogo
e historiador de Samarcanda (Uzbekistán), quien me enorgulleció especialmente
al invitarme a debatir con él su hallazgo "Afrasiab" de 1977.
Nos
visitó en 1993 *y en 1997 *y los resultados se publicaron en "Antike
Welt", 1/1994. (Jurij - por cierto
- nunca ha insistido en que el "Afrasiab"-Chessmen se hicieron en
Uzbekistán).
Así,
en lógica consecuencia: El profesor Burjakov y, a través de él, sus colegas del
Museo Estatal de Arquitectura y Arte de Samarcanda (en 2000, bajo la dirección
de la historiadoradel arte y jefa del Departamento de Arte, Zaynab G.
Ivanitskaya) fueron, de hecho, los primeros en conocer las "Cinco piezas
de ajedrez de piedra".
¿Qué podemos concluir finalmente sobre el LUGAR y el TIEMPO? Salvo por el hecho de que la Piedra de las cinco piezas de ajedrez es Pizarra, lo queapunta a Gandhara (actual Pakistán, antigua India), no tenemos ni idea de una ubicación posiblemente más probable de su producción. El grupo Afrasiab no se fabricó en Uzbekistán, donde se encontró, sino también en la India. ¿Dónde? La principal diferencia entre ambos grupos es su tamaño (!) y su peso! En conjunto, podemos determinar la edad de las Piezas de Piedra junto a la edad del grupo Afrasiab, es decir, alrededor del 700 d.C., a pesar de que la piedra por sí sola no permite medir la edad. La datación del grupo Afrasiab es segura - véase Burjakov en "Antike Welt" 1/1994.
Manfred A.J. Eder, "Cinco piezas de ajedrez de piedra- ¿Pizarra de Gandhara? -y su familiaridad con los hallazgos de Afrasiab"
Imagen de un ajedrez de origen persa evolucionado a su forma árabe (shatranj) correspondiente al siglo XII exhibido en el New York Metropolitan Museum of Art
"La
literatura árabe sobre ajedrez comienza a alborear dos siglos después
de que el Islam naciese, y es bastante posterior al momento inicial de
la gestación embrionaria del juego. Aun
así, el arranque históricamente más seguro y el momento fijo de su
alumbramiento como fenómeno social y cultural es desde finales del siglo
VIII, cuando el ajedrez brilla con claridad en los dominios islámicos
de Oriente, y aparece por primera vez documentado en su forma primigenia
completa rodeado de textos, expresiones técnicas colecciones de
problemas y nombres de campeones.
Destaca
el elevado porcentaje de ajedrecistas de origen persa en las alusiones
personales de los primeros textos de Bagdad. Desde entonces hasta muchos
siglos más tarde, el ajedrez será una de las emanaciones con halo de
sabiduría en la cultura musulmana, y sin el motor islámico como
propulsor, ni el ajedrez persa ni los conocimientos entroncados con él
se habrían extendido tan profusamente a otros ámbitos
geográfico-culturales.
Los testimonios sobre primitivo ajedrez islámico fueron redactados durante el período abbásida
Los
Abbásidas ganaron la guerra civil contra los Omeyas lo que condujo al
auge de las traducciones del sánscrito y del persa, y para el brote
inicial de la literatura ajedrecística dentro de una tácita
permisividad, aunque las reticencias de varios califas hacia el ajedrez
son perceptibles.
El período del califa Al Mamun, hijo de Harum
ar-Raschid (813-833), es, el de los grandes jugadores y primeros
tratadistas en la corte y también la época en que el ajedrez llega a
España de la mano del cantor persa Ziriab, procedente de Bagdad, y surge
el renacimiento de las imágenes, descrito por el cronista hebreo Hunayn
ben Ishaq. Hasta
la conquista otomana, Bagdad como foco cultural del Islam va decayendo
progresivamente y su papel rector se distribuirá por varios puntos
geográficos. De entre ellos, el más importante es el de Al-Andalus, como
se llama en árabe a toda la zona de la Península Ibérica sometida a
dominio musulmán."El ajedrez y su difusion por europa-https://feda.org/
LA ALHAMBRA-2014
" El ajedrez nazarí
La
introducción del juego de ajedrez se produjo a través de al-Andalus
hacia el resto de la Península Ibérica y Europa. Se conoce desde el
siglo IX, quizá traído al área hispanomusulmana por el erudito personaje
iraquí, Ziryab. El juego se extendió de forma muy popular rápidamente, y
fueron recopiladas todas sus características en los “Los libros de
ajedrez, dados y tablas” por el rey Alfonso X el Sabio.
Esta pieza
es un símbolo más de cómo la cultura hispanomusulmana sirvió de puente
entre oriente y occidente. Realizado en madera de nogal, presenta
decoración de taracea en ambas caras. El tablero tiene un juego por cada
cara. En una de ellas presenta un tablero de ajedrez y por la otra de
tablas. El lado del juego de ajedrez está decorado con un marco
sobresaliente rematado con clavos, en el centro el damero para jugar,
dejando a los lados dos espacios rectangulares con tres estrellas de
ocho y entre ellas cuadrados en diagonal con decoración de ajedrezado
también de taracea. En la otra cara, el juego de tablas, distribuye los
casilleros en los lados mayores recortados en forma semicircular en el
marco. Se separan las dos mitades por una prolongación hacia el interior
del marco en forma de palma. Esta cara, presenta una decoración similar
a la anterior, a base de estrellas de ocho puntas con cuadrados
ajedrezados en diagonal. Presenta tres estrellas a cada lado y en el
centro un tema de lazo mayor."
Parte de la decoración de una de las cúpulas de la Sala de los Reyes, dentro del conjunto del Palacio de los Leones, en la Alhambra de Granada. La pintura muestra una partida de ajedrez disputada en un jardín delante de un castillo entre un caballero y una dama mientras, detrás de ellos, un paje y una doncella observan la partida desde las ventanas de las torres.
Estas pinturas se realizaron en la época del octavo sultán nazarí de Granada, Abu Abd Allah Muhammad Ibn Yusuf, conocido como Muhammad V, quien reinó en el último de los reinos islámicos de la Península Ibérica en dos periodos distintos, entre 1354 y 1359 y entre 1362 y 1391. Las pinturas demuestran la influencia de los reinos cristianos del norte, tanto en la temática como en la técnica, y son un raro ejemplo de temática figurativa dentro del arte islámico.
Las obras están realizadas sobre piel pegada a la madera que recubre el interior de las cúpulas y representan escenas caballerescas y a distintos personajes musulmanes. El material empleado y las dificultades de mantener unas condiciones climáticas estables en un edificio como la Alhambra, hacen que las pinturas estén en un crítico estado de conservación. A principios del siglo XXI se han tomado medidas para restaurarlas e intentar conservarlas adecuadamente.
El tema de la partida de ajedrez galante entre el caballero y su dama es muy común en el arte medieval. En este caso tiene la particularidad, como podemos ver en los detalles del caballero y la dama que siguen, de que la partida se está realizando en un tablero sin piezas.
Desde
el mundo musulmán, el juego fue llegando a los reinos cristianos
durante los siglos X y XI. Al principio, más que por el propio juego,
los cristianos estaban fascinados por las piezas. En las Iglesias, se
conservaban junto a las demás reliquias y los nobles las consideraban
tan importantes como para incluirlas en el testamento, sobre todo las
que estaban realizadas en marfil de elefante, cristal de roca y otros
materiales valiosos. " https://www.mmfilesi.com/tcabaret/el-ajedrez-simbolico/
Ajedrez Fatimí del Tesoro de San Rosendo.
FOTO: Mani Moretón
"En
la Catedral de Ourense se conserva, entre sus joyas, un singular
ajedrez de cristal conocido como Ajedrez Fatimí, que pertenece al Tesoro
de San Rosendo.
El
investigador considera que estas piezas de ajedrez debieron llegar al
monasterio celanovés entre los años 938 ó 977, en caso de que
perteneciesen a San Rosendo. La producción de cristales de roca
egipcios, entre ellos las piezas de ajedrez, indica el autor de la
investigación, se ubica, siguiendo a K. Erdmann, en un abanico temporal
que abarca desde el período pretuluní, es decir, antes del año 868 y el
final del fatimí, 1171. Valdés
refiere que las piezas de ajedrez de la catedral ourensana pudieron
haber sido propiedad del santo fundador de Celanova, Rudesindus, pero
también pudo tratarse de un regalo dado a Celanova por algún familiar
directo de Rosendo o por los reyes de León. También pudo ser un ingreso
del monasterio celanovés una vez muerto el santo y, por tradición,
asociado a él. El
ajedrez ourensano, como los otros dos citados, no está completo. El de
Celanova pudo haber tenido más piezas pero no necesariamente, dice
Valdés, añadiendo que también está por ver que sirviese para practicar
dicho juego de mesa. Cree que las piezas que faltan pudieran estar
hechas de material menos duradero y se han perdido. El conjunto
conservado en la catedral auriense consta de ocho piezas con el número
de catálogo 1164F. Tienen una altura de 44 milímetros, anchura de 27,5
milímetros y una longitud de 41 milímetros. Cada pieza pesa 93 gramos.
En Ourense se conservan una torre, un alfil, un caballo y cinco peones.
Es realmente uno de los conjuntos más llamativos de cuantos atesora el
Museo de la Catedral de San Martiño." http://jesus-manuel.com/tag/ajedrez-fatimi/
"Entre
todos estos hallazgos, el más antiguo corresponde a las piezas de San
Genadio, que fueron descubiertas en 1923, aunque desaparecieron y se
dieron por perdidas... pero un investigador nunca se da por vencido y
Miguel Ángel Nepomuceno, en 1958, decidió que había llegado el momento
de volver a sacar a la luz estas piezas históricas. Siguió la pista de
las piezas y sus pesquisas le llevaron hasta el Monasterio de Santiago
de Peñalba (León). Allí las encontró y supo que un lugareño las había
guardado en una caja de zapatos durante todos esos años, evitando de
este modo que se perdieran o fueran destruidas por descuido. Esta fue la
foto que realizó de su descubrimiento:
Las piezas de San
Genadio son de origen mozárabe y datan del siglo X, aunque probablemente
sean del IX. Fueron talladas en cuerno de cabra y su diseño es muy
simple, acorde a los juegos de ajedrez de aquella época. Los reyes y
damas tenían forma de trono. No hay que olvidar que algunas culturas
prohibían realizar figuras de sus reyes o gobernantes, por lo que en sus
ajedreces nunca se verían figuras. Los caballos se diferencian del
resto por una simple protuberancia, que puede representar la cabeza del
animal, y las torres solían llevar una muesca en forma de V.
Este
descubrimiento no estuvo exento de polémica. El investigador Ricardo
Calvo había conocido las piezas de mano de Nepomuceno, que le enseñó las
fotografías que había realizado. Sin embargo, Ricardo publicó un
artículo que trataba sobre las piezas en el que parecía dar a entender
que el descubrimiento había sido suyo y en el cual no mencionaba a
Nepomuceno. Con el paso del tiempo se ha restablecido el orden y la
compañera de Ricardo Calvo, Carmen Romeo, ha publicado una rectificación
(Ricardo había fallecido años atrás) en la que reconoce que el
descubrimiento lo realizó Miguel Ángel. Jean-Louis Cazaux ha hecho una
interesante recopilación sobre distintos juegos de piezas de ajedrez
encontrados en Europa, entre los que se encuentra las piezas de San
Genadio. Lo podéis ver en: Abstract chess pieces." http://www.ajedrezdeataque.com/04%20Articulos/00%20Otros%20articulos/Nepomuceno/Piezas.htm
En la Edad Media, el juego se
convirtió en una parte importante de la sociedad medieval de élite, una
forma de practicar y demostrar la habilidad y la estrategia en un
entorno bélico. Muchas de las piezas de ajedrez medievales resultan
familiares para quienes juegan hoy en día.
Arriba: Caballeros
templarios jugando al ajedrez, del Libro de los juegos, o Libro de
ajedrez, dados y tablas, encargado por Alfonso X de Castilla, Galicia y
León, 1283. Foto de Wikimedia Commons.
El legado del ajedrez en la edad media es sintetizado de la siguiente manera:
Forma parte de la educación de los caballeros y cortesanos, es cantado por trovadores y facilita el encuentro amoroso. Adquiere reputación intelectual y cultural.
Sobre su fin adquiere ribetes modernos que lo dinamizan, a diferencia del modelo estático precedente, apareciendo la pieza de la reina, la que se mueve empoderadamente (lo mismo el alfil) y connotando todas las piezas figuras medievales europeas.
Es registrado en expresiones literarias, pictóricas; en la ornamentación de espacios relevantes; hermosos y valiosos juegos son diseñados por artesanos; es parte de dotes y se convierte en objetos preciados; y ser incluidos en escudos y ataúdes.
Se fortalece la idea del ajedrez como sinónimo de abstracción del pensamiento y de la razón y de autogobierno los que, en la sociedad medieval, quedaba vinculada preferentemente a la masculinidad.
Cuando se traducen textos antiguos (greco-romanos), se apropian los juegos de entonces (como el petteia y el ludus latronculorum) por el popular ajedrez de la actualidad medieval, lo que alimenta su relevancia y deriva en confusiones.
El juego de ajedrez de la isla de Lewis, en Escocia, (conocido en inglés como Lewis Chessmen o Uig Chessmen, por el lugar en el que se lo encontró) es uno de los pocos ejemplos de piezas de ajedrez medievales que han perdurado hasta nuestros días. Se presume que su origen sea escandinavo y se cree que fueron elaboradas en la segunda mitad del siglo XII. Las piezas originales están confeccionadas con marfil de morsa y minuciosamente talladas, con expresiones de asombro en sus pequeñas caras.
En julio de 2015, el conjunto «Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale» fue incluido en la lista del patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La capilla Palatina es uno de los nueve bienes individuales que comprende la declaración (con el ID 1487-001). (WIKI)
La pieza de la reina
Las mutaciones mas importante para el ajedrez moderno son la de la reina y el alfil. Con ellas el shatranj se vuelve más dinámico y se transforma en el ajedrez moderno que conocemos.
Nuevamente,recurrimos a los trabajos de Sergio Ernesto Negri. En cuatro entregas publicamos las investigaciones del historiador argentino.
En ellos bajo el título "LA PIEZA DE LA REINA APARECE EN EL AJEDREZ", sitúa meridianamente el surgimiento de este fundamental trebejo.
La pieza de la reina del ajedrez en la mirada del pintor ítalo-argentino Vito Campanella (1932-2014)
Es bien sabido que en los diversos proto-ajedrez de la India, Persia y del mundo musulmán, esos que fueron modélicos del ajedrez definitivo, no estaba incluida pieza alguna que remitiera al universo de la mujer. En ellos era el visir quien acompañaba al rey en la posición inicial, al que debía proteger. Por cierto ese consejero del monarca era prototípico de la cultura oriental.
También es conocido que el shatranj árabe y el čatrang persa ingresaron a Europa desde los extremos (por el Imperio Bizantino y la penínsulas ibérica), por Italia (especialmente a través de la isla de Sicilia, aunque también desde su porción meridional continental), y surcando en Rusia el río Volga (en sentido sur-norte). Desde esos puntos, en forma de abanico, seguirá expandiéndose en forma progresiva, por toda Europa, donde adquirirá su formato definitivo.
En ese proceso de difusión, asimilación y modernización tendrá un decisivo cariz la aparición de la figura de la reina en un juego que originalmente no la contemplaba y, más tarde, postulando la ampliación de su capacidad de movimiento sobre el tablero (cosa que también aconteció con el alfil), momento desde el cual el ajedrez adoptará su perfil definitivo. En abstracto, y antes de recorrer los elementos concretos de análisis, hubiera sido muy plausible suponer que en los actuales territorios de España e Italia (por las influencia árabe, en particular en el primer caso ya que la dominación musulmana se extendió bastante en el tiempo), o de Grecia (por resabios de la cultura bizantina), o en Rusia (por aquella línea de ingreso del juego siguiendo el curso de uno de sus principales ríos), hubieran aparecido las primeras señales de que el viejo visir oriental, tan poco idiosincrásico para los europeos, se transformase en la más plausible pieza de la reina.
Sin embargo, ya lo veremos en detalle, se dará la curiosidad de que serán piezas de origen nórdico las que primen en la datación en cuanto a presencia femenina. Y las que corresponden al sur de Italia, asimismo muy antiguas, también tienen puntos de contacto estrechos con la cultura normanda. Y recalando en la literatura será en el corazón europeo donde por vez primera se mencione a la reina dentro del ajedrez, lo que sucede en el marco del Sacro Imperio Romano Germánico, a partir de un poema de fines del siglo X, que se conserva en el que sería su lugar de origen, un Monasterio ubicado en territorios de la actual Suiza.
...
En
Versus de Scachis los trebejos son denominados de este modo: rex (rey);
regina (reina); curvus o count (anciano, para remitir al alfil; y lo de
curvus es por la espalda inclinada por el paso de los años); eques
(caballo); rochus o margrave (torre); pedes (peones).
...
Versus de Scachis queda instalado como el preciso y precioso momento, a fines del siglo X, y en el corazón de Europa, en que irrumpe, como era de esperarse, como debía ser, una pieza con rostro de mujer en el milenario ajedrez…
* El libro presentado es la
única versión castellana del Ludus scacchorum, debida a
Martín Reina, vecino de Aranda del Duero y publicada en Valladolid en
1549.
Con el texto de De Cessolis de 1322 se consagra el aparecimiento de la reina en el ajedrez. El libro de Jacobo De Cessolis, conocido como Ludus schachorum, es una especie de libro de los estados que a través de las piezas del ajedrez, da cuenta de las clases sociales de la época. El primer tratado hace historia del juego. El segundo se refiere a las piezas del rey y la reina, de los alfiles o jueces, los caballos o caballeros, los roques u oficiales reales. El tercero se ocupa de los peones del juego que representan diferentes oficios y profesiones, desde labradores, médicos, taberneros, recaudadores de impuestos y bandidos. El cuarto tratado hace referencia al movimiento de las piezas.
La obra tuvo una difusión enorme en toda Europa, se tradujo al alemán, al francés, al catalán, al inglés y al castellano. En los siglos XV y XVI la imprenta propició nuevas ediciones.
En España, según Negri, en el libro de Alfonso X, se habla de un alferza masculino en el siglo XIII.
"Cuando Alfonso X de Castilla, el Sabio (1221-1284) hubo ofrecido el precioso Juegos diversos de Axedrez, dados, y tablas con sus explicaciones, ordenados por mandado del Rey don Alfonso el sabio, al codificarse el estado de situación de los juegos a esa época, entre ellos y con particular interés al ajedrez, en ningún momento se alude a la existencia de una pieza de la reina.
Allí se habla del alferza, es decir un nombre emparentado fonéticamente con al-firzān, el visir árabe, expresión que deriva a su vez del farzin persa la cual, en árabe andaluz, era al-farza y, en catalán, será alfersa, aludiendo al portador del estandarte real. "
...
Habrá que aguardar al siglo XV cuando España, relegada relativamente en cuanto a la admisión de la pieza de la reina en el ajedrez, hará historia al convertirse en pionera en la materia, cuando aparezcan, en su última década los libros específicos de divulgación primeros de la modalidad moderna: el perdido de Vicent en idioma valenciano y el de Lucena aparecido en Salamanca sabiéndose, en un caso a ciencia cierta, y en el otro con muchos elementos para presuponerlo, que la reina aparece y con plena movilidad, dando el estirpe definitivo a la práctica ulterior del milenario juego .
Aún más, con el poema también en idioma valenciano, Hobra intitulada scachs d’amor feta per don Franci de Castellvi e Narcis Vinyoles e Mossen Fenollar o Scachs d´ Amor, al que se le ha asignado una datación probable del año 1475, ya esa pieza es presentada y con la forma de desplazarse moderna (como torre y alfiles).
Adicionalmente, allí es la primera vez que se emplea el término dama, como sinónimo de reina, por ejemplo al expresarse: Juga lo roch del rey en la casa de la dama.
Es notable que la mayoría de las piezas de la reina que se han hallado correspondientes a tiempos pioneros pertenecen a la cultura nórdica. ... No se sabe a ciencia cierta cómo ingresó el ajedrez a esos territorios septentrionales del continente europeo, pudiendo haber ello ocurrido por dos vías lógicas, dada la proximidad: desde Alemania a Dinamarca o, complementariamente, por una ruta con inicio en Rusia, pasando desde allí directamente a lo que será el Reino de Noruega y la actual Suecia. También se ha especulado que podría haber sido la vía de contacto inicial Bizancio, habida cuenta de que en el siglo IX solían haber guardias noruegos en esos territorios. Lo cierto es que el poderoso rey Canuto II (995-1035) de Dinamarca, fue un reconocido aficionado al ajedrez (aunque algunos entienden que el pasatiempo en cuestión era el hnafatfl, otro juego de tablero, de origen nórdico y muy antiguo), dando cuenta de un episodio temprano sobre el juego en esos territorios escandinavos.
De lo que hay absoluta certeza es cómo los vikingos (es decir los nórdicos que se orientaban a ultramar), en el marco de sus conquistas (emulando al pueblo musulmán que hiciera lo propio en tiempos previos), en sus excursiones llevarán el ajedrez, contribuyendo a su difusión o directamente siendo los responsables de su ingreso, en territorios tan distantes que van del sur de Italia a Inglaterra, pasando por Francia y los Países Bajos. La aún más lejana Islandia es otro caso prototípico aunque, claro está, esa isla fue colonizada por ese pueblo desde el siglo IX.
Otra contribución importante de la cultura nórdica es que, como reflejo de una sociedad que en muchos sentidos era más igualitaria desde la perspectiva del género (sus mujeres participaban en las batallas sin demasiados remilgos, aunque de todos modos regían los valores patriarcales), la pieza de la reina en el ajedrez habría aparecido plenamente desde los inicios, a diferencia de lo acontecido en otras geografías en donde se dio un proceso lento por la transición desde el visir oriental. Sobre el punto resultan notables que, por ejemplo, en los relatos islandeses, las mujeres más representativas tiendan a ser fuertes, independientes y agresivas, como se muestra en la antigua saga (sería del siglo XI) Heiðarvíga.
En este contexto, no habrá de extrañar que muchos de los hallazgos de piezas de la reina del ajedrez correspondan a este origen. De hecho se han hallado numerosas imágenes representativas que son del siglo XII, de Escandinavia (incluyendo Islandia) a Groenlandia.
...
Si en esta incorporación de una figura con rostro de mujer en el ajedrez España aparece en forma tardía, ya tendrá oportunidad de reivindicación, y con creces, cuando en el siglo XV, al influjo de la poderosa Isabel I de Castilla (1451-1504), vayan a aparecer en el último cuarto de esa centuria los textos emblemáticos que contemplen a la pieza de la reina con todo el poderío posible, es decir moviéndose como torre y los dos alfiles.
Ello habrá de connotar la aparición de la escuela moderna del ajedrez (con aportes que provendrán fundamentalmente desde Valencia y Salamanca), juego que, claramente, a partir de ese momento, tomará distancias definitivas respecto del que en algún momento había ingresado junto a la invasión árabe por el sur, y al que con Alfonso X se logró metamorfosear, solo en parte, al cambiar a la pieza del visir por la del alferza.
En estas condiciones, a partir de ahora, se distinguirá el ajedrez viejo del axedrez de la dama (en España), o eschés de la dame o eschés de la dame enragée (en Francia), o scacchi della donna o alla rabiosa (en Italia) o, en definitiva, al ajedrez moderno.
El ajedrez se termina por codificar en su definitivo formato (aunque aún sin el enroque ni la disposición inicial del tablero definitiva) , llega a América y regresa al Lejano Oriente en su versión nueva, de la mano del proceso de colonialismo de las potencias europeas de la época.
Aparecen los primeros libros de texto imponiéndose la forma moderna de jugar al ajedrez y su estudio más sistemático.
Se da el comienzo de la era competitiva, además de su empleo como entretenimiento social, particularmente a partir del primer torneo internacional (Madrid, 1575). Surgen los primeros ajedrecistas de importancia, en particular en España e Italia.
Los ajedrecistas empiezan a viajar por el continente (y aún a América), siendo ellos varones: las mujeres quedan relegadas a ámbitos domésticos y cortesanos, con lo que quedan excluidas de la práctica del juego competitivo.
El juego adquiere un tono muy dinámico y, por momentos, agresivo, siendo más importante la búsqueda del jaque mate que la captura de las piezas como otrora.
Tenemos definitivamente la reina y el alfil de movilidad ampliada, los albores del enroque, el peón moviendo dos casillas al comienzo, la captura al paso y la plena aceptación de la coronación, gradualmente de todas las piezas posibles (salvo el rey).
Ya en el siglo XVI nacen los primeros clubes específicos en Italia.
El ajedrez renovado, en la Edad Moderna, evidencia la capacidad de innovación y adaptación a los cambios culturales, una condición idiosincrásica del milenario juego.
Gareth Williams nos ayuda con su inmenso trabajo, sobre historia del ajedrez, a descubrir las mutaciones de los trebejos.
Las fotografías y las descripciones han sido tomadas de su libro.
Uno de los ejemplos más
antiguos de estos nuevos ajedreces se puede ver en el Ashrnolean
Museum, Oxford, Inglaterra. Este magnifico tablero con sus piezas
originales está datado hacia 1450. Fue fabricado en Florencia por
Baldassarre Embriachi, príncipe de tallistas y tallista de príncipes. Em
briachi inventó una manera de preparar y tallar el hueso de forma que
se pudiera utilizar como el marfil. El tablero Ashrnolean es un ejemplo
representativo de la calidad de su trabajo.
En este ajedrez el
elefante de Vida, con torre, está asombrosamente interpretado por un
artista renacentista de talento. Sus alfiles y peones siguen el estilo
del David de bronce de Donatello, realizado hacia 1430, para Cosme de
Médicis (1389-1464).
Existen documentos del siglo XVI del inventario del rey Enrique VHI que muestran que poseía «Cajas y bolsas de piezas de ajedrez, talladas en hueso blanco y negro». Enrique {I491-I547l tenía una colección de por lo menos once juegos de ajedrez. La mayoría estaban tallados en hueso y se guardaban en bolsas de satén o en cajas de cuero negro. Desgraciadamente no se ha conservado ninguno.Un diseño similar a los juegos de ajedrez habituales durante el reinado de Enrique se muestra en una pintura al óleo de 1568. Representa a lord Windsor y su familia; dos de sus hijos juegan al ajedrez. Las piezas se ven claramente: probablemente sean de hueso, labradas en un torno: hasta el caballo «tallado en caída», como lo describe James Rowbothum en su libro sobre el ajedrez de 1562.
Como no vemos la torre en el tablero, no podemos saber si la torre o castillo ya había reemplazado al ave mitológica. El estilo de las piezas de ajedrez que aparece en la pintura de la familia Windsor continuará durante el siglo XVIII, pero gradualmente el diseño de los juegos de ajedrez europeos evolucionará
Pintura decimonónica con dos caballeros del siglo XVIII jugando al ajedrez con un juego Regence francés en marfil.
Williams, Gareth. "Jaque mate
El ajedrez: historia e iconografía de una pasión"
Grijalbo Mondarori, Barcelona-España, 2001
Modelos pre-Staunton
Presentamos algunos conjuntos de juego de la época anterior al surgimiento del modelo Staunton.
Copia del documento original de registro de 1849
El documento original se encuentra actualmente en The National Archives
(Archivos Nacionales del Reino Unido) registrado bajo el código BT
43/57/58607.
Fragmento
del friso del Partenón en el Museo Británico
Los caballos del Partenón tienen
variedad de estilos y caracterísiticas. Arriba a la derecha el caballo
del diseño de registro. Entre 1849-52 los caballos claramente estan
basados en la cabeza del caballo del carruaje de Selene, la diosa de la
Luna. Los caballos de los años 1853-55, en cambio estan basados en los
caballos estándar del Partenón y los posteriores hasta 1860 se parecen
al caballo del registro. Fersht, A." JAQUES STAUNTON CHESS SETS 1849-1939. A Collection Guide"-Kaisa Publications, UK-2007,2010