miércoles, 26 de noviembre de 2014

ISLA DE LEWIS

 
 
AJEDREZ DE LA 
ISLA DE LEWIS

MATERIAL: RESINA

PRODUIDO EN GRAN BRETAÑA
MASTER TRADITIONAL GAMES

ORIGEN:  ESCANDINAVO           AÑO: 1999

TAMAÑO DEL REY: 46 mm

TABLERO DE RESINA FORMA LA TAPA DE LA CAJA

Diámetro del tablero 21.5cm.            Escaque:  18mm.
 
  
OBSEQUIO: MARIA DE LOURDES MEDINA CARRERA
(actualización octubre 2024)


El juego de ajedrez de la isla de Lewis, en Escocia, (conocido en inglés como Lewis Chessmen o Uig Chessmen, por el lugar en el que se lo encontró) es uno de los pocos ejemplos de piezas de ajedrez medievales que han perdurado hasta nuestros días.   Se presume que su origen sea escandinavo y se cree que fueron elaboradas en la segunda mitad del siglo XII.   Las piezas originales estan confeccionadas  con  marfil de morsa las figuritas estan minuciosamente talladas, con expresiones de asombro en sus pequeñas caras.   

Constituyen el mayor conjunto de piezas de ajedrez antiguas jamás encontrado.(WIKIPEDIA)




 FOTOGRAFIA: CAMILA COELLAR MEDINA, AGOSTO 2014
"Las piezas fueron descubiertas a principios de 1831 en un banco de arena en la Bahía de Uig, en la costa occidental de la Isla de Lewis, en las islas Hébridas de Escocia. Existen varios relatos locales referentes a su llegada a Lewis y su descubrimiento. Una de las historias sugiere que en el siglo XVI, mucho después del período de influencia nórdica en las Hébridas, un chico robó las piezas de un barco anclado en Loch Resort. Después un vaquero local mató al chico y  enterró las piezas en Uig. El vaquero acabó siendo colgado por otros delitos, pero se dice que confesó el hecho antes de morir.

Trescientos años después, Malcolm "Sprot" Macleod del cercano poblado de Pennydonald descubrió el tesoro en una duna. Vendió el hallazgo al capitán Roderick Ryrie.

Las piezas fueron expuestas por Ryrie en una reunión de la Sociedad de Anticuarios de Escocia, el día 11 de abril de 1831. Poco después, las piezas se separaron. Diez de ellas fueron adquiridas por Kirpatrick Sharpe y el resto por el Museo Británico de Londres.

Kirkpatrick Sharpe encontró posteriormente otro alfil, con lo que su colección llegó a ser de once piezas. Todas ellas fueron adquiridas después por Lord Londesboroug. En 1888 fueron vendidas de nuevo, pero esta vez el comprador fue la Sociedad de Anticuarios de Escocia, que donó las piezas al Museo real de Edimburgo. Estas son las once piezas que se encuentran actualmente en el Museo de Escocia.

Las piezas donadas al Museo Británico permanecen aún allí, y pueden contemplarse en la Sala 42 con el número de registro M&ME 1831,11-1.78-159"

FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS-ENERO 2019
 
 Harry Golombek en Enciclopedia del Ajedrez las define así:

"Una colección única de piezas de ajedrez talladas en marfil de morsa descubierta en 1831 enterrada en un banco de arena de la costa occidental  de la isla de Lewis, integrante de las Hébridas.  Las setenta  y ocho piezas debieron  formar parte originalmente de al menos siete juegos diferentes; se trata de ocho Reyes, ocho Damas, dieciséis Alfiles, quince Caballos, doce Torres y diecinueve Peones. Son de origen inglés o escandinavo y datan del siglo XII o XIII.
Sesenta y ocho de estas piezas se guardan en el Museo Británico de Londres.  El resto se halla en el Museo Nacional escocés de objetos antiguos de Edimburgo" (R.D.K.) pág. 159

"Aunque a primera vista parezca todo lo contrario, las dunas tornadizas de irregulares de la costa oeste de la isla de Lewis, a unos ochenta kilómetros al oeste de Escocia, no son antiguos túmulos funerarios. Son formaciones naturales, moldeadas durante miles de años por los cambios del nivel freático y de los temibles vientos huracanados procedentes del Atlántico.
Sin embargo, esas dunas albergan en su interior grades secretos, como descubrió por casualidad un campesino isleño un día de primavera de 1831.  La base de un banco de arena de unos cuatro metros y medio, cercano a la orilla sur de la bahía Uig, cuyo interior había quedado a la vista, albergaba una cripta de casi setecientos años de antigüedadNuestro involuntario y desviado arqueólogo entró en una antigua y pequeña cámara de piedra -de poco más de dos metros de largo, y  con forma de panel de abeja- con cenizas esparcidas por el suelo.  Asombrado, comprobó que el habitáculo establa repleto de docenas y docenas de personajes en miniatura: estatuitillas que parecían estar vivas, de siete a diez centímetros de altura, algunas manchadas de color rojo remolacha y el resto de color blanco del hueso.  El pelo largo, los rostros moldeados y los cuerpos proporcionados resultaban inquietantemente vivos, incluso animados y boquiabiertos, expectantes, en posiciones de ataque y con todos los aparejos necesarios para entablar un combate medieval.  Esculpidas en colmillo de morsa y dientes de cetáceo, vestían pequeñas coronas, mitras y cascos; portaban espadas en miniatura, escudos, lanzas y báculos de obispos, y algunos montaban caballos de guerra.
Eran piezas de ajedrez, un total de setenta y ocho figuras que comprendían cuatro juegos incompletos:
Ocho reyes (completo)
Ocho reinas (completo)
Dieciséis alfiles (completo)
Quince caballos (falta uno)
Doce guardianes (equivalentes a las torres; faltan cuatro)
Diecinueve peones (faltan cuarenta y cinco)

En aquel entonces, nadie había visto nada semejante a aquellas estatuillas.  La ornamentación era de estilo gótico, claramente medieval, lo cual prestaba a las figuras una aura antigua, incluso mítica.  Los expertos que las clasificaron dictaminaron que eran originarias de Escandinavia, probablemente de mediados del siglo XII, y que quizá fueron esculpidas cerca de la entonces capital noruega, Trondheim, a unos 1120 kilómetros por mar, donde años más tarde se descubrió el dibujo de una reina de ajedrez sorprendentemente similar.  
Noruega se encontraba muy lejos, pero la conexión poseía un significado histórico.  La isla de Lewis había sido dominio político del reino de Noruaga hasta el año 1266, y el obispo local le correspondia rendir pleitesía al poderoso arzobispo de Trondheim.
Estas estatuillas no eran ni de lejos las piezas de ajedrez más antiguas que se hubiesen descubierto -siendo del año 1150, habría que colocarlas más o menos en ecuador de la cronología ajedrecísitica-, pero por su cantidad, orígenes, artesanía innegable y magnífico estado de conservación se convirtieron en uno de los conjuntos más importantes de piezas antiguas jamás encontrados.  La Society of Antiquaries of Scontland, una sociedad  con escasos medios, intentó comprar las piezas para exhibirlas en Edimburgo, pero antes de que pudieran recaudar los fondos necesarios apareció un pez más gordo.  Un acaudalado coleccionista escocés consiguió adquirir once figuras para su colección particular, y el British Museum compró el resto, sesenta y siete piezas, por ochenta guineas (al cambio de hoy sería el equivalente a unos 3800 euros).
El museo no sólo reconoció de inmediato la importancia incomparable de las piezas en relación con la historia del ajedrez, sino también algo más importante: su conexión profunda y palpable con la vidad de la Edad media. "Para un anticuario nativo, no hay en el museo piezas tan interesantes como los objetos que ahora ofrecemos a los miembros del patronato", escribió el entonces conservador del museo, Edward Hawkins, al exponer las piezas por primera vez.  Las piezas de ajedrez de Lewis eran un vínculo inestimable con el pasado, y se convertirían rápidamente en una de las secciones de visita obligada en el museo.

Ahí se encuentran hoy en día, precintadas en una urna de cristal en la galería 42 del British Museum  Cualquiera puede visitarlas.





"Cuando las miremos, vale la pena que nos pongamos de rodillas o nos agachemos de manera que podamos, a través del cristal, mirarlas directamente a los ojos", sugiere el conservador del museo, Irving Finkel.  "Veremos seres humanos llegados a nosotros a través de los siglos. Poseen una cualidad especial; nos hablan"
 Shenk, David: "La partida inmortal. Una historia del ajedrez",Turner Publicaciones,S.L.-Madrid, 2006 págs.57-59

Una nota reproducida de la web del Museo Nacional de Escocia, en la que se detalla el Lewis (Uig) Chessmen
 
 
Estas piezas de ajedrez medievales de la isla escocesa de Lewis se encuentran entre nuestras colecciones más populares. Nos ofrecen una visión fascinante de las conexiones internacionales de la Escocia occidental y de la creciente popularidad del ajedrez en la Europa medieval.
 

 
Ajedrez medieval

El ajedrez es un juego muy antiguo. Se originó en el mundo islámico y en la época medieval su popularidad se extendió por toda Europa. Se convirtió en una parte importante de la sociedad medieval de élite, una forma de practicar y demostrar la habilidad y la estrategia en un entorno bélico. Muchas de las piezas de ajedrez medievales resultan familiares para quienes juegan hoy en día.

Arriba: Caballeros templarios jugando al ajedrez, del Libro de los juegos, o Libro de ajedrez, dados y tablas, encargado por Alfonso X de Castilla, Galicia y León, 1283. Foto de Wikimedia Commons.


La increíble historia del misterioso Ajedrez de la isla de Lewis

J. M. Sadurní
Especialista en actualidad histórica
Actualizado a 23 de septiembre de 2024


La historia que envuelve el hallazgo del maravilloso ajedrez encontrado en la lejana isla de Lewis, en el archipiélago escocés de las Hébridas, es de lo más intrigante. A día de hoy, sus 78 piezas son todavía motivo de análisis y estudio, ya que los expertos aún no se han puesto de acuerdo sobre el motivo por el cual unos anónimos artesanos medievales tallaron sus rostros con unas expresiones tan inquietantes. 

Las piezas del ajedrez encontrado en la isla de Lewis están elaboradas en marfil de morsa.
British Museum / National Museum of Scotland


Escocia, 1831. En una remota isla del archipiélago escocés de las Hébridas, llamada Lewis y Harris, más conocida como isla de Lewis, los violentos vientos árticos que allí soplan la azotan con sus más de sesenta nudos, y sus orillas son bañadas constantemente por olas gigantescas. En ese inhóspito lugar se descubrió ese mismo año un hermoso juego de ajedrez realizado con marfil de morsa.

Este maravilloso ajedrez es un excelente ejemplo de la habilidad de los artesanos que vivieron en el lugar durante la Edad Media, y es un testimonio impagable de sus más que posibles vínculos con los reinos vikingos de Islandia y Escandinavia. Para los investigadores y expertos, lo más intrigante e inquietante de las fabulosas piezas que componen el Ajedrez de la isla Lewis es la increíble expresividad de sus rostros.

Con todo, a día de hoy es muy difícil saber de donde proceden estas figuras que fueron encontradas en el lecho de una pequeña bahía de la isla de Lewis, ya que carecen del contexto arqueológico necesario para establecer su procedencia con exactitud. Pero ¿han conseguido finalmente los expertos establecer alguna teoría plausible para descifrar su origen?

Un increíble hallazgo

Pero comencemos por el principio. Para empezar, existen versiones contradictorias acerca de cómo se descubrió el ajedrez. De acuerdo con la historia más conocida, un campesino local llamado Malcolm MacLeod habría encontrado las piezas enterradas bajo un banco de arena en la bahía de Uig, en la costa oeste de la isla de Lewis.

Aunque otros relatos más fiables, como los del coleccionista escocés Charles Kirkpatrick Sharpe, sugieren que las piezas se hallaron en el interior de un taller situado muy cerca de las ruinas de un antiguo monasterio que habría existido en la región y que recibe el nombre de Taigh nan Cailleachan Dubha (casa de las mujeres negras). 
 
Vista del lago UIg con las increibles montañas 
al fondo en el centro de la isla de Lewis.
Solopisist (CC BY-SA 1.0)
Sin embargo, algunas tradiciones locales cuentan la historia de un barco que tuvo que fondear en la isla de Lewis a finales del siglo XVII debido a un fuerte temporal. En ese momento, mientras la tripulación intentaba mantener el barco a flote, un niño que estaba prisionero en las bodegas del navío logró huir llevando consigo las valiosas piezas de ajedrez ocultas en una bolsa.

Pero al llegar a la playa, cuando ya pensaba que estaba a salvo, el niño fue asesinado por un codicioso pastor que le robó la bolsa sin saber cuál era su contenido. Al darse cuenta de lo que había hecho y para que no verse incriminarado en aquel cruel asesinato, el hombre decidió enterrar la bolsa en la arena de la bahía de Uig.

El misterioso origen

Tras el suceso, pasaron mas de 150 años sin que nadie encontrara el tesoro que el pastor había enterrado. Pero en 1830, un granjero local llamado Malcolm Macleod, que paseaba junto a su vaca por la arena de playa, se dio cuenta que el animal llevaba enganchada una figura en uno de sus cuernos. Intrigado por aquella misteriosa figurilla decidió excavar la zona hasta encontrar la bolsa con el resto de figuras de marfil.

Macleod era presbiteriano y le incomodaba tener en su poder aquellas figuritas que parecían representar obispos católicos, por lo que decidió entregar las piezas a un tal capitán Ryan para que las vendiera por él. La fortuna hizo que el comprador fuera un anticuario de Edimburgo que, finalmente, donó las piezas al Museo Británico de Londres.

En cuanto a su procedencia, a día de hoy, los especialistas tienen claro que las piezas de ajedrez son de origen escandinavo, posiblemente elaboradas en Trondheim, Noruega, en el siglo XII. En aquella época, Trondheim era la capital del reino de Noruega y un importante centro cultural y comercial donde recalaban materias primas de lujo, como el marfil de morsa procedente de Groenlandia. 
 
Decoración tallada en la parte posterior 
del trono de una reina.
British Museum / National Museum of Scotland
En lo que respecta a su meticulosa elaboración, los investigadores creen que, al ser el marfil un material tan caro, las delicadas piezas habrían sido encargadas por algún rico mecenas que nunca las habría recibido, ya que durante la travesía que las transportaba a su destino fueron a parar por accidente a la isla de Lewis.

Las mitras son la clave

Las piezas del Ajedrez de Lewis son de estilo románico, el predominante en Europa durante los siglos XI y XII. Sin embargo, la datación de la fecha más probable de su elaboración se basa sobre todo en el diseño de las mitras de los alfiles, que están representados por obispos. Estas figuras llevan unos ropajes que se empezaron a vestir en Europa a partir del año 1150 aproximadamente.

Antes de eso, los sombreros que lucían los obispos estaban formados por dos picos, uno izquierdo y otro derecho. Y alrededor del año 1200, la mitra cambió de nuevo su diseño para ser cada vez más alta, lo que difiere de la de los obispos identificados como alfiles en el Ajedrez de Lewis. Es por este motivo que los investigadores creen que las piezas habrían sido elaboradas entre los años 1150 y 1200.

Las piezas del Ajedrez de Lewis tienen una altura de entre 4 y 10 centímetros y se dividen en grupos de ocho reyes, ocho damas, dieciséis alfiles, quince caballos, dieciséis guerreros (en lugar de las torres) y diecinueve peones, lo que suma un total de 78 piezas que constituyen cuatro juegos incompletos.
 
Detalle de las piezas que representan a reyes, 
algunos de los cuales no llevan barba.
British Museum / National Museum of Scotland

 
 
Los reyes visten una túnica y portan una corona, y excepto dos, lucen barba, están sentados, sujetan sobre las rodillas una espada envainada y muestran una curiosa mirada llena de perplejidad. Las damas también están sentadas sobre un trono, llevan coronas y un velo que les cubre los hombros. Todas ellas sujetan el brazo derecho con el izquierdo, apoyan la mano derecha en la mejilla y muestran una expresión que ha dado mucho de que hablar a los investigadores. 


 
Los alfiles del Ajedrez de Lewis representan 
la figura eclesiástica de un obispo.
British Museum / National Museum of Scotland


 
 
Por su parte, como hemos visto, los alfiles representan a obispos que visten casullas y mitras y sujetan un báculo. De los dieciséis, siete están sentados, unos sostiene el báculo con una mano y otros con ambas, uno sujeta un libro, mientras que otro parece estar otorgando una bendición. 
 




Las piezas que representan los caballos del ajedrez 
tienen un tamaño inusualmente pequeño.
British Museum / National Museum of Scotland

En cuanto a los caballos, que son desproporcionadamente pequeños, llevan a su grupa jinetes armados con lanza, espada y un escudo, lucen barba y cascos cónicos con protector para la nariz y cada uno de ellos está decorado con motivos heráldicos distintos. Por su parte, las torres están representadas por guerreros a pie protegidos por un escudo y que blanden una espada en la mano.

Anécdotas y gran pantalla 
 
Como no podía ser de otra manera, las anécdotas que rodean al Ajedrez de Lewis son incontables. Una de ellas tiene como protagonista a una familia escocesa que, en 1964, descubrió que en el cajón de la cocina de su casa había una extraña figurilla que el abuelo compró a un anticuario por una cifra irrisoria y que el tiempo se había encargado de teñir de un tono marrón oscuro. De vez en cuando, la familia sacaba la figura del cajón (se trataba de un guardián, también conocido como torre) para contemplarla, y después la volvía a guardar.

Figuras que simbolizan una torre 
(en el juego es un guerrero) y que muchos 
creen identificar con un berserker vikingo.
British Museum / National Museum of Scotland

Fascinada con la figurilla, la familia decidió mostrarla a Alexander Kader, un perito tasador de la casa de subastas Sotheby's, que enseguida se percató del gran valor de la pieza, aunque tuvo que contener su emoción durante los seis meses que le llevó autenticar su procedencia. Finalmente, la famosa casa de subastas confirmó que el "guardián" pertenecía al antiguo ajedrez descubierto en la isla de Lewis.

El maravilloso Ajedrez de la isla de Lewis también dio el salto a la gran pantalla cuando apareció en la primera película de la saga de Harry Potter, Harry Potter y la piedra filosofal. Los fervientes seguidores de este personaje, creado por la escritora británica JK Rowling, seguro que recuerdan la escena en la que mientras Harry y Ron aguardan la celebración del banquete de Navidad pasan el tiempo jugando al ajedrez, pero no es un ajedrez cualquiera, es un ajedrez mágico, cuyas piezas, inspiradas en el de la isla de Lewis, se mueven solas…

 

En el Museo Nacional de Escocia se expone permanentemente una selección de piezas de ajedrez de Lewis.



Arriba: Tres reinas, cada una sentada en un elaborado trono, acunando su rostro entre las manos.
 
 
Arriba: Dos reyes, cada uno sentado con una espada sobre sus rodillas.

Arriba: Tres obispos, cada uno sentado en un trono, sosteniendo un báculo conocido como báculo. 
 
Arriba: Un caballero, montado en su caballo, portando una lanza y un escudo.
 

Arriba: Dos guardias o torres, con espadas y escudos.
Arriba: Este guardián muerde su escudo, como un asaltante vikingo.


Algunas de las piezas de ajedrez también podrían haberse utilizado para jugar al hnefatafl. El hnefatafl necesita reyes y peones: un rey, rodeado por sus guardias, tiene que llegar a una casilla de la esquina antes de ser capturado por el adversario.

Los arqueólogos han encontrado tableros de juego en yacimientos medievales de Escocia, como en los monasterios de Inchmarnock (Argyll y Bute) y Whithorn (Dumfries y Galloway). En este trozo de piedra, uno de los 35 tableros de juego de Inchmarnock, se ha rayado una cuadrícula para jugar al hnefatafl.


Arriba: En este trozo de piedra, uno de los 35 tableros de juego de Inchmarnock, se ha rayado una cuadrícula para jugar al hnefatafl.


El tesoro de Lewis también contenía piezas para jugar a las tablas, similares al backgammon tal y como se juega hoy en día. En Escocia se han encontrado otras piezas de mesas medievales, incluido un ejemplo decorado con entrelazos procedente de la isla de Rum.

Ficha de juego hecha de hueso de cetáceo, 
encontrada en una cueva del lado este de la isla de Rum, 
en las Tierras Altas.

Ficha de juego de hueso tallado que representa 
una sirena coronada, encontrada durante los trabajos cerca 
de la Casa Capitular, Iona, Argyle y Bute.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elaboración de las piezas de ajedrez

El estilo de la talla relaciona las piezas con Noruega: hay una pieza de ajedrez similar procedente de Trondheim, y los tronos de las figuras de Lewis recuerdan a las tallas de las iglesias medievales noruegas. La mayoría de las piezas de ajedrez de Lewis están hechas de marfil de morsa. Probablemente se obtenía en Groenlandia y se comercializaba en Noruega. Dos de las piezas de nuestra colección (y tres del Museo Británico) son diferentes, talladas en dientes de cachalote.

Arriba: Piezas de ajedrez de Lewis de la colección del Museo Británico © Trustees of the British Museum CC BY-NC-SA 4.0.
 
Acumulación de piezas de ajedrez

Las piezas de ajedrez pueden dividirse en grupos en función de su tamaño y de la calidad y el diseño de la talla. Esto sugiere que hay piezas de al menos cuatro juegos de ajedrez entre el tesoro, y las diferencias en las caras y la ropa de las piezas sugieren que los juegos podrían haber sido tallados por diferentes personas dentro de un mismo taller. Si hubo cuatro juegos enterrados en el tesoro, faltan varias piezas, entre ellas un caballo, cuatro guardianes y 44 peones.

La forma más fácil de distinguir las piezas de los oponentes es a través del color. Aunque cuando se descubrieron las piezas podían verse rastros de color, hoy no son evidentes. El análisis científico de algunas de las piezas ha encontrado rastros de mercurio, lo que sugiere que algunas pueden haber sido coloreadas en rojo con cinabrio (sulfuro de mercurio).

Lewis en los siglos XII y XIII

Las piezas pertenecen al mundo escandinavo, del que en esta época formaban parte las Hébridas. En la época en que se enterró el tesoro de piezas de ajedrez, Lewis pertenecía al reino de Noruega y la cultura era una mezcla de gaélico y escandinavo. Incluso después de que las islas fueran cedidas a Escocia en 1266, los lazos con Noruega siguieron siendo estrechos: los obispos siguieron formando parte del obispado de Trondheim. También se han encontrado otras piezas de ajedrez medievales en las islas occidentales, por ejemplo, un caballo de marfil de morsa procedente de Skye.

No sabemos quién enterró las piezas ni por qué. Es posible que fueran propiedad de un comerciante que navegara desde Escandinavia hasta Escocia, Irlanda o la Isla de Man para vender estos apreciados juegos. Pero dado que Lewis era el hogar de gente poderosa con estrechos lazos con Noruega en esta época, las piezas de juego pueden haber sido la posesión atesorada de un líder local, un príncipe o un obispo tal vez.

Arriba: Pieza de ajedrez hecha de colmillo de morsa que representa a dos caballeros espalda con espalda, de Skye, a mediados del siglo XIII. Puede ver esta pieza en la galería del Reino de los Escoceses, Nivel 0, Museo Nacional de Escocia.
https://www.nms.ac.uk/explore-our-collections/stories/scottish-history-and-archaeology/lewis-chess-pieces/
 
 
Comparto con los amigos un sorprendente descubrimiento de una familia que atesoraba, sin saberlo, uno de los trebejos misteriosamente desaparecidos del famoso ajedrez de la Isla de Lewis.  Aparecida el día de hoy 3 de junio en el BBC. 
 
"El  perdido hace tiempo Ajedrez de  Lewis encontrado en el cajón de la familia de Edimburgo

                         La pieza de ajedrez fue comprada por un vendedor de antigüedades de Edimburgo por £ 5 en 1964
Derechos de autor de la imagen de Sotheby's

Una pieza de ajedrez medieval que faltaba durante casi 200 años había sido, sin saberlo, guardada en un cajón por una familia de Edimburgo.
No tenían idea de que el objeto era uno de los Lewis Chessmen perdidos hacía mucho tiempo, que ahora podían obtener 1 millón de libras en una subasta.
Las piezas de ajedrez se encontraron en la Isla de Lewis en 1831, pero el paradero de cinco piezas sigue siendo un misterio.
El abuelo de la familia de Edimburgo, un vendedor de antigüedades, había comprado la pieza de ajedrez por £ 5 en 1964.
No tenía idea del significado de la pieza de 8,8 cm (3,5 pulgadas), hecha de marfil de morsa, que transmitió a su familia.
Lo han cuidado durante 55 años sin darse cuenta de su importancia, antes de llevarlo a la casa de subastas de Sotheby's en Londres. 

'Con la boca abierta' Los Lewis Chessmen se encuentran entre los mayores atractivos del Museo Británico y el Museo Nacional de Escocia en Edimburgo.

Son vistos como un "símbolo importante de la civilización europea" y también se han infiltrado en la cultura popular, inspirando todo, desde el espectáculo infantil Noggin The Nog a parte de la trama en Harry Potter y la piedra filosofal.
El experto de Sotheby's, Alexander Kader, quien examinó la pieza en busca de la familia, dijo que se quedó boquiabierto cuando se dio cuenta de lo que tenían en su poder.

Derechos de autor de la imagen de Sotheby's
"Lo trajeron para su evaluación", dijo. "Eso sucede todos los días. Nuestras puertas están abiertas para valoraciones gratuitas.
"Nos llaman al mostrador y no tenemos idea de lo que vamos a ver. La mayoría de las veces no vale mucho".
"Dije: 'Oh, Dios mío, es uno de los Lewis Chessmen'".
Kader, jefe de esculturas y obras de arte europeas de Sotheby's, dijo que la familia, que desea permanecer en el anonimato, estaba "bastante sorprendida".
"Está un poco destrozado. Ha perdido su ojo izquierdo. Pero ese tipo de guerrero cansado y agobiado por el clima se sumó a su encanto", dijo.

'Significado mágico' A pesar de no saber su significado, la pieza de ajedrez de finales del siglo XII / XIII había sido "atesorada" por la familia.
La madre fallecida del dueño actual creía que "casi tenía cualidades mágicas".
Un portavoz de la familia dijo en un comunicado: "Mi abuelo era un vendedor de antigüedades en Edimburgo, y en 1964 compró un ajedrez de marfil de otro comerciante de Edimburgo.
"En su libro de compras se catalogó que había comprado un 'Ajedrez de guerrero antiguo de Walrus Tusk'.
"A partir de esta descripción, se puede suponer que no sabía que había comprado un artefacto histórico importante.
"Se guardó en su casa y luego, cuando murió mi abuelo, mi madre heredó la pieza de ajedrez.
"Mi madre estaba muy encariñada con el Ajedrez ya que admiraba su complejidad y su extravagancia. Creía que era especial y pensó que quizás incluso podría haber tenido algún significado mágico".
"Durante muchos años residió en un cajón de su casa, donde había sido cuidadosamente envuelto en una pequeña bolsa. De vez en cuando, sacaba la pieza de ajedrez del cajón para apreciar su singularidad".
'Carácter y poder inmensos'
El juego de Lewis Chessmen incluye reyes y reinas sentados, obispos, caballeros y guardianes de pie y peones. Unas 82 piezas están ahora en el Museo Británico y 11 piezas en poder del Museo Nacional de Escocia. Además de las piezas de ajedrez, el tesoro incluye 14 piezas de juego "tablemen" y una hebilla.
Desde que se descubrió el tesoro en 1831, un caballo y cuatro guardias han desaparecido de los cuatro juegos de ajedrez combinados.
La pieza recién descubierta es un guardián, un hombre con casco, escudo y espada y el equivalente a una torre en un tablero de ajedrez moderno, que "tiene un carácter y un poder inmensos".
El descubrimiento del tesoro permanece envuelto en un misterio, con historias de que fue desenterrado por una vaca que pastaba en los bancos arenosos.
Se cree que fue enterrado poco después de que se fabricaron los objetos, posiblemente por un comerciante para evitar impuestos después de haber naufragado, y así permaneció bajo tierra durante 500 años.
El Sr. Kader, quien ha mantenido el descubrimiento en secreto durante seis meses mientras autentica el hallazgo, dijo: "Podemos decir con seguridad que un millón de libras transformará la vida del vendedor".
Añadió: "Todavía hay cuatro por ahí en algún lugar. Podría tardar otros 150 años en aparecer otro".
El objeto se exhibirá en Edimburgo el martes y en Londres justo antes de la subasta el 2 de julio, con el Sr. Kader diciendo que podría ser comprado o prestado a un museo."


Una pieza de ajedrez comprada por 5 euros alcanza más de 813 000 en una subasta
EFEEdimburgo (Reino Unido)2 jul. 2019 


Fotografía facilitada por la casa de subastas Sotheby's, de la pieza perteneciente a un juego de ajedrez medieval. EFE

"Una peculiar pieza perteneciente a un juego de ajedrez medieval, que fue comprada por unos 5 euros y ha permanecido durante años en manos de una familia de Edimburgo (Escocia), se vendió hoy por 735 000 libras (más de 813 000 euros) en una subasta en la casa Sotheby's de Londres.

La suma alcanzada por la figura, adquirida inicialmente por un anticuario en 1964 por 5 libras (poco más de 5 euros), supone un nuevo récord para un objeto de ajedrez de la Edad Media, según informó Sotheby's en un comunicado.

Los propietarios de la pieza pensaban que tenía cierto valor, pero desconocían que se trataba de uno de los ajedrecistas de Lewis, un conjunto originario de la época medieval que fue hallado enterrado en la Isla de Lewis (noroeste escocés) en 1831.

El abuelo de la familia, que era vendedor de antigüedades, adquirió en 1964 la pequeña escultura, de 8,8 cm de altura y realizada en marfil de morsa, y durante 55 años esta permaneció en la vivienda familiar, hasta que sus descendientes encargaron un estudio de su valor.

El ajedrez de Lewis, que se cree que fue elaborado en Escandinavia, posiblemente en Noruega, incluye 93 objetos entre reyes y reinas sentados, obispos, caballeros y guardianes de pie y peones.

La pieza subastada hoy es uno de los guardianes que está representado de pie, con casco, escudo y espada y que, según los expertos, "tiene un carácter y un poder inmensos".

Los otros componentes del famoso ajedrez se encuentran entre los mayores atractivos del Museo Británico en Londres, que alberga 82 de ellos, y del Museo Nacional de Escocia en Edimburgo, que cuenta con 11, debido al valor que les otorgan los expertos por ser "un símbolo importante de la civilización europea".

Sin embargo, el paradero de cinco de sus piezas todavía sigue siendo un misterio.

Se desconoce cómo se encontró el conjunto exactamente, pero hay teorías que apuntan a que podría haber sido desenterrado por el ganado que pastaba en las dunas de arena de la isla de Lewis.

Se cree también que fue enterrado poco después de ser fabricado y así permaneció bajo tierra durante 500 años.

Alexander Kader, responsable de esculturas y obras de arte europeas de Sotheby's, dijo que se trata de "uno de los redescubrimientos más emocionantes y personales" que ha realizado en su carrera.

"Ha sido un gran privilegio llevar esta pieza de la historia a la subasta y ha sido asombroso tenerlo a la vista en Sotheby's durante la última semana, todo un éxito", afirmó.

 
https://youtu.be/XTn4GOTl7tA

The Lewis (Uig) Chessmen ; "Marching Mystery" - Dougie M
acLean

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