Reloj analógico español
maquinaria montada sobre caja plástica y madera
Periodo de uso c. 1920 - 1960
Esferas de 95 mm de diámetro
con diagramas de caballos de color para indicar el color del jugador
Barra pulsadora lateral de madera
Largo 265 mm x Alto 180 mm x Ancho 100 mm
1.000 gramos
Fabricante desconocido
DONACIÓN DE OBERENA Y JOAQUÍN PÉREZ-SEOANE GARRIDO
El Club Deportivo Oberena -lo mejormejor- en euskera fue fundado en 1940 en la Calle de la Zapatería, en el casco antiguo de Pamplona.
"En 1940 nacía dentro de Acción Católica, con el apoyo del obispo Marcelino Olaechea la Sociedad Deportiva Oberena. ¿Cómo empezó aquella sociedad?. En el inicio de Oberena tuvo bastante que ver, al parecer, el sacerdote Santo Beguiristiain quien tuvo la feliz idea de unir a los jóvenes de Acción Católica, de las diferentes parroquias pamplonesas, para promover entre la juventud el cultivo del deporte y el folclore. Así, el 12 de diciembre de 1940 se reunían en la sede de Acción Católica de la calle Zapatería, 40 representantes parroquiales de las iglesias de San Saturnino, San Nicolás, San Agustín, San Lorenzo y San Francisco Javier quienes acordaron crear un equipo de fútbol cuyo nombre sería Club Deportivo Oberena. También se acordó crear una peña para salir en las fiestas de San Fermín de ese año. En 1946 se compraron más de 3.650 m2 en la zona del Plan Sur para construir las dos piscinas que entrarían en funcionamiento entre 1954 y 1955.
"En 1940 nacía dentro de Acción Católica, con el apoyo del obispo Marcelino Olaechea la Sociedad Deportiva Oberena. ¿Cómo empezó aquella sociedad?. En el inicio de Oberena tuvo bastante que ver, al parecer, el sacerdote Santo Beguiristiain quien tuvo la feliz idea de unir a los jóvenes de Acción Católica, de las diferentes parroquias pamplonesas, para promover entre la juventud el cultivo del deporte y el folclore. Así, el 12 de diciembre de 1940 se reunían en la sede de Acción Católica de la calle Zapatería, 40 representantes parroquiales de las iglesias de San Saturnino, San Nicolás, San Agustín, San Lorenzo y San Francisco Javier quienes acordaron crear un equipo de fútbol cuyo nombre sería Club Deportivo Oberena. También se acordó crear una peña para salir en las fiestas de San Fermín de ese año. En 1946 se compraron más de 3.650 m2 en la zona del Plan Sur para construir las dos piscinas que entrarían en funcionamiento entre 1954 y 1955.
Fotografía de inauguración. |
La sede social de la Peña Oberena estuvo, sin embargo, entre 1954 y 1987 en el Frontón Labrit. En el año 1966 el plan sur detenía la expansión del club. No obstante, se construyó una pista polideportiva y se dotó a las instalaciones de un bar. En 1984 se decidió ampliar las instalaciones, consiguiendo la cesión de 2.500 m2 por parte del Ayuntamiento pero en 1991 sus instalaciones se vieron afectadas por la construcción de la calle Blás de la Serna en más de 3.000 m2. La compensación municipal fue para el Arzobispado, propietario de los terrenos, quien a su vez se los vendió al club en 1996. ..."
Ed. Soberanas 1951 |
El olmo de la Taconera conocía sus últimos días, a finales de marzo de 1951, concretamente el día 29, después de más de 200 años de servicio a la ciudad y sus habitantes. Fue bastante polémico su derribo, pero el progreso mandaba y la necesidad de ampliar la calzada hizo que su enorme tronco fuese pasto de las hachas de los operarios municipales, tal y como vemos en la foto adjunta.
El 1 de abril se abría el cine Amaya con la proyección de la película «Agustina de Aragón» y este año se inauguraba el estadio Ruiz de Alda por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes. En mayo tomaba posesión como Alcalde, Miguel Gortari, que permanecerá en su puesto hasta abril de 1952.
El 1 de abril se abría el cine Amaya con la proyección de la película «Agustina de Aragón» y este año se inauguraba el estadio Ruiz de Alda por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes. En mayo tomaba posesión como Alcalde, Miguel Gortari, que permanecerá en su puesto hasta abril de 1952.
https://memoriasdelviejopamplona.com/2018/06/pamplona-ano-a-ano-la-pamplona-de-los-50-1a-parte-1951-1954.html
En
la década de los años 30, se organizaban torneos abiertos para todos
los aficionados, como el del antiguo Café Kutz sito en la Plaza del
Castillo. Jugadores destacados de esta época fueron Ochoa de Olza, Plaza
Indurain, Ruiz, Arlabán, Legaz, Ezcurdia… Esta actividad quedó truncada
hasta el final de la Guerra Civil Española.
"En los años 40 y 50, la actividad ajedrecística, a nivel absoluto, la organizaba Educación y Descanso, y paralelamente se celebraban torneos para jóvenes organizados por la Delegación de la Juventud, siendo el lugar habitual de juego el Café Niza.
"En los años 40 y 50, la actividad ajedrecística, a nivel absoluto, la organizaba Educación y Descanso, y paralelamente se celebraban torneos para jóvenes organizados por la Delegación de la Juventud, siendo el lugar habitual de juego el Café Niza.
El arrendamiento del Labrit*, por parte de Oberena, iba a servir como catalizador de un proceso que ya estaba fraguando desde hacía algún tiempo. Algunos aficionados se reunían habitualmente y comenzaron en organizar actividades por su cuenta y en formar un equipo de ajedrez. Si el arrendamiento se produjo en junio de 1954, no iban a transcurrir más de 4 meses hasta el comienzo del primer torneo organizado en Oberena.
Dicho torneo organizado por Salvador Casado y Juan Pedro García del Valle dio comienzo el 15 de octubre de 1954 y se puede considerar el nacimiento de la sección de ajedrez de Oberena."
Dicho torneo organizado por Salvador Casado y Juan Pedro García del Valle dio comienzo el 15 de octubre de 1954 y se puede considerar el nacimiento de la sección de ajedrez de Oberena."
"Se pueden encontrar Clubes de ajedrez más antiguos que Oberena, pero pocos con una trayectoria como la que ha seguido el club navarro en los últimos cincuenta años.
El Club-sección de ajedrez de Oberena fue ya en el año 1958 uno de los impulsores de la fundación de la Federación Navarra de ajedrez ..."Javier Ochoa de Echagüen, Presidente de la Federación Española de Ajedrez. Fuente: Oberena, "50 años de ajedrez en Oberena". 2005
El Club-sección de ajedrez de Oberena fue ya en el año 1958 uno de los impulsores de la fundación de la Federación Navarra de ajedrez ..."Javier Ochoa de Echagüen, Presidente de la Federación Española de Ajedrez. Fuente: Oberena, "50 años de ajedrez en Oberena". 2005
Una vez establecida en 1958 la Federación Navarra de Ajedrez, se inicia la participación de los ajedrecistas navarros en campeonatos nacionales.
En Historia del Ajedrez Español Jordi Capellades, comenta sobre relojes de ajedrez similares al que consta en la fotografía anterior. Según Joaquín Pérez-Seoane, actual Presidente de la Federación Navarra de Ajedrez, Salvador Casado seria el responsable de la adquisición de los primeros relojes de ajedrez de OBERENA.
Joaquín Antúnez Riezu, cuádruple campeón de Navarra recuerda haber jugado con relojes de ajedrez, como el que se presenta en esta publicación.
Así comenta Capellades: "Dos
relojes de los años 50 que se utilizaron en los torneos Nacionales que
se jugaron en La Pobla de Lillet. El primero, con los puntos negro y
blanco en las esferas, se compró en 1954. El segundo se fabricó por
artesanos (carpintero, barnizador, relojero) del propio pueblo."
Alejandro Melchor: Véase
el reloj: idéntico al de la primera fotografía; es de un Torneo
Nacional en Berga 1954, a 30 Kms. del pueblo de La Pobla de Lillet de
donde se sacó la foto que encabeza el artículo. ( Foto: Archivo Lucien
Francino, de Terrassa, Barcelona ). Luego parece que ese era el reloj
"standard" en España en la época, .. con pulsador de madera. A inicios
de los '60 ya se empezaron a jugar por todo el país con relojes mas
"modernos", como atestiguan muchas fotos de Torneos.
Demos un vistazo a la situación económica, política y social de España, en los años de surgimiento del Club Oberena de Pamplona y de la sección de ajedrez
La Guerra civil española terminaba el 1 de abril de 1939 con la destrucción de la industria, la red de comunicaciones e inclusive parte de varias ciudades y Franco se encontraba al frente de un país en ruinas. Franco, que había recibido ayuda militar alemana e italiana en la Guerra Cívil, mantuvo una posición ambigua que siempre velaba por sus intereses, frente a la Segunda Guerra Mundial que se iniciaba el 1 de septiembre del mismo año. Primero fue neutral; luego, de aliado no beligerante a aliado de Hitler. Envió a la Legión Azul al frente oriental en la invasión alemana a la URSS; luego cambiaría su postura, nuevamente a la neutralidad ofreciendo ayuda a los aliados, cuando supo del éxito de los desembarcos americanos en Marruecos y Argelia, de la derrota alemana en El Alamein-África y del triunfo del Ejército Rojo en Stalingrado.
En 1945 cuando empezaron a conocerse las atrocidades en los campos de exterminio nazis, saco de su gobierno a la Falange y dio protagonismo al sector más católico y conservador encabezado por de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Carrero Blanco opinaba que los juicios de Núremberg eran "venganza y crimen".
Franco
junto a Heinrich Himmler en el Palacio de Oriente durante la visita que hizo a España el líder nazi en 1940. Foto: Cordon Press |
Soldados
de la División Azul en Prokrowskaja, en la Unión Soviética, durante la Segunda Guerra Mundial. Foto: CC |
"Asimismo, la censura española se encargó de prohibir cualquier tipo de imagen que hiciera referencia a los campos de exterminio nazis, de los que nunca se dieron a conocer ni fotografías ni películas, hasta el punto de que en 1962 se suprimieron las imágenes de los campos que se mostraban en la película del director estadounidense Stanley Kramer, Judgement at Nurenberg (Juicio en Núremberg), y se obligó a cambiar el título en español por el de ¿Vencedores o vencidos?, poniendo de esta manera al mismo nivel a los asesinos nazis y al tribunal que los estaba juzgando. No sería hasta la muerte de Franco en 1975 cuando los españoles podrían ver por primera vez las aterradoras imágenes del Holocausto, pero incluso así, en esa época, cuando hacía ya tanto tiempo que había acabado el terrible conflicto que desangró al mundo, en España aún seguían existiendo publicaciones y artículos de prensa que alababan la ominosa figura de Adolf Hitler." https://historia.nationalgeographic.com.es/a/papel-espana-durante-segunda-guerra-mundial_18210
Presos españoles republicanos y antifascistas prisioneros en Mauthausen despliegan una pancarta para saludar la entrada de los Aliados.Foto: PD |
Tras
la derrota de Hitler y sus aliados en la Segunda Guerra Mundial, la repartición de "esferas de
influencia" acordadas por Stalin, Churchill y Roosevelt en Teheran,
Yalta y ratificadas en Postdam (1945); la creación de la ONU en la cual a
pedido de la URSS, España no
formaría parte de la misma, el régimen franquista quedó aislado hasta
que mediante la firma del Concordato con la Santa Sede (1953), los
pactos de Madrid con Estados Unidos en el mismo año y su entrada en la
ONU en 1955, Franco lograra romper el aislamiento internacional,
recordando también que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial
iniciaron casi al terminar la Guerra lo que se ha denominado la "Guerra
Fría" que enfrentó a las superpotencias: Estados Unidos y la
desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que contribuyó
para que a España se acercara por su importante posición geográfica,
una de las potencias mundiales.
En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, encontramos un texto de Carlos Barciela López, en el que retrata la situación económica y política de España en los años cuarenta y se analiza la ayuda americana entre 1953-1963.
La España de los años cuarenta
La
España de los años cuarenta fue, en efecto, como dijo Sardá, una España
sedienta y, más aún, hambrienta. Dejaré a un lado la situación política
y social y las secuelas de la guerra civil, aunque conviene recordar
que esta década constituye, sin lugar a dudas, el período más negativo
de nuestra historia reciente.
En lo económico, como han destacado todos los especialistas del período, los años cuarenta son el principal período de retraso económico de la historia contemporánea de España. La posguerra española se caracterizó por una recuperación lentísima, sin parangón con lo que sucedió en los países europeos que habían participado en la Segunda Guerra Mundial, cuya recuperación posbélica fue mucho más rápida, a pesar de haber sufrido daños mayores. España pagó con una prolongada crisis y una recuperación lenta la posición política y los errores de la política económica del régimen franquista. En lo político, el alineamiento de Franco con las potencias del Eje y la hostilidad hacia los aliados, incluso con la intervención militar contra la URSS, granjeó, como era natural, la antipatía de las potencias democráticas hacia el régimen del «Caudillo». La consecuencia fue que, acabada la Segunda Guerra Mundial, España se encontró aislada y se vio privada de la generosa ayuda norteamericana que, con el nombre de Plan Marshall, recibieron la mayor parte de los países europeos.
Pero el problema de la recuperación económica no fue sólo debido al aislamiento del «Régimen». Los especialistas en la historia de este período están de acuerdo en señalar que el estancamiento económico de España, durante los años cuarenta, se debió, esencialmente, a los graves errores de la política económica de los gobiernos de Franco. De manera muy sintética expondré cuáles fueron los objetivos económicos fundamentales del «Régimen», las principales líneas de política económica y una explicación de por qué el programa económico del primer franquismo estaba condenado al fracaso.
Para los dirigentes franquistas el objetivo económico central fue el de lograr la industrialización del país. El objetivo podía ser correcto, el problema se planteó en la forma de conseguirlo. Se trató de forzar un proceso de industrialización en un marco de autarquía económica, sacrificando el desarrollo de los demás sectores. El objetivo de la autarquía económica, es decir, la total autosuficiencia, el no depender de los demás países, era un planteamiento muy característico de todas las potencias fascistas y totalitarias, como la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. Se consideraba que un país que aspirara a convertirse en una gran potencia, y cabeza de un Imperio, debía de tener una base industrial y militar muy sólida e independiente. La industrialización autárquica suponía cerrar paulatinamente el comercio exterior, sustituyendo las importaciones por producción nacional. Los esfuerzos del «Régimen» se dirigieron en ese sentido. El resultado de la política autárquica llevada a cabo en España durante los años cuarenta fue, como no podía resultar de otra manera, un desastre sin —7→ paliativos. El objetivo de la industrialización autárquica se encontró con dificultades insalvables en los terrenos tecnológico y energético, entre otros.
En realidad, ningún economista, digno de tal nombre, defendía en ningún lugar del mundo civilizado posiciones autárquicas. La idea de que los países ganan con el comercio estaba plenamente consolidada en el análisis económico desde hacía siglos, aún cuando el recurso al proteccionismo comercial se había generalizado durante la gran depresión de los años treinta.
Considero importante resaltar algunas de las manifestaciones concretas de este desastre económico. La más visible y dolorosa fue la gravísima escasez de productos de todo tipo, especialmente alimenticios, que tuvieron que sufrir la mayor parte de los españoles durante los años cuarenta. El racionamiento, el hambre y el mercado negro son los rasgos dominantes de la España de la larga posguerra.
A finales de la década de los cuarenta la situación era cada vez más difícil. Conviene recordar que los niveles alimenticios de 1935 no se alcanzarían de nuevo hasta bien entrados los años cincuenta. Para colmo de males, en 1949, Argentina dejaba de enviar trigo a España como consecuencia de las deudas contraídas e impagadas por el gobierno de Franco. En estas circunstancias, a comienzos de 1950, se empezaron a dar las primeras muestras públicas de descontento, a pesar de la durísima represión.
En lo económico, como han destacado todos los especialistas del período, los años cuarenta son el principal período de retraso económico de la historia contemporánea de España. La posguerra española se caracterizó por una recuperación lentísima, sin parangón con lo que sucedió en los países europeos que habían participado en la Segunda Guerra Mundial, cuya recuperación posbélica fue mucho más rápida, a pesar de haber sufrido daños mayores. España pagó con una prolongada crisis y una recuperación lenta la posición política y los errores de la política económica del régimen franquista. En lo político, el alineamiento de Franco con las potencias del Eje y la hostilidad hacia los aliados, incluso con la intervención militar contra la URSS, granjeó, como era natural, la antipatía de las potencias democráticas hacia el régimen del «Caudillo». La consecuencia fue que, acabada la Segunda Guerra Mundial, España se encontró aislada y se vio privada de la generosa ayuda norteamericana que, con el nombre de Plan Marshall, recibieron la mayor parte de los países europeos.
Pero el problema de la recuperación económica no fue sólo debido al aislamiento del «Régimen». Los especialistas en la historia de este período están de acuerdo en señalar que el estancamiento económico de España, durante los años cuarenta, se debió, esencialmente, a los graves errores de la política económica de los gobiernos de Franco. De manera muy sintética expondré cuáles fueron los objetivos económicos fundamentales del «Régimen», las principales líneas de política económica y una explicación de por qué el programa económico del primer franquismo estaba condenado al fracaso.
Para los dirigentes franquistas el objetivo económico central fue el de lograr la industrialización del país. El objetivo podía ser correcto, el problema se planteó en la forma de conseguirlo. Se trató de forzar un proceso de industrialización en un marco de autarquía económica, sacrificando el desarrollo de los demás sectores. El objetivo de la autarquía económica, es decir, la total autosuficiencia, el no depender de los demás países, era un planteamiento muy característico de todas las potencias fascistas y totalitarias, como la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. Se consideraba que un país que aspirara a convertirse en una gran potencia, y cabeza de un Imperio, debía de tener una base industrial y militar muy sólida e independiente. La industrialización autárquica suponía cerrar paulatinamente el comercio exterior, sustituyendo las importaciones por producción nacional. Los esfuerzos del «Régimen» se dirigieron en ese sentido. El resultado de la política autárquica llevada a cabo en España durante los años cuarenta fue, como no podía resultar de otra manera, un desastre sin —7→ paliativos. El objetivo de la industrialización autárquica se encontró con dificultades insalvables en los terrenos tecnológico y energético, entre otros.
En realidad, ningún economista, digno de tal nombre, defendía en ningún lugar del mundo civilizado posiciones autárquicas. La idea de que los países ganan con el comercio estaba plenamente consolidada en el análisis económico desde hacía siglos, aún cuando el recurso al proteccionismo comercial se había generalizado durante la gran depresión de los años treinta.
Considero importante resaltar algunas de las manifestaciones concretas de este desastre económico. La más visible y dolorosa fue la gravísima escasez de productos de todo tipo, especialmente alimenticios, que tuvieron que sufrir la mayor parte de los españoles durante los años cuarenta. El racionamiento, el hambre y el mercado negro son los rasgos dominantes de la España de la larga posguerra.
A finales de la década de los cuarenta la situación era cada vez más difícil. Conviene recordar que los niveles alimenticios de 1935 no se alcanzarían de nuevo hasta bien entrados los años cincuenta. Para colmo de males, en 1949, Argentina dejaba de enviar trigo a España como consecuencia de las deudas contraídas e impagadas por el gobierno de Franco. En estas circunstancias, a comienzos de 1950, se empezaron a dar las primeras muestras públicas de descontento, a pesar de la durísima represión.
La evolución de la posición de EE. UU. en relación a España
Los aliados, y en particular los EE. UU., habían intentado conseguir un cambio de actitud de Franco durante la Segunda Guerra Mundial, ofreciendo distintas vías de ayuda y cooperación económica. De hecho, la ayuda de empresas norteamericanas como Texaco había sido fundamental para el bando nacionalista durante la Guerra Civil. Sin embargo, Franco se mantuvo leal a sus socios Hitler y Mussolini ya que, casi hasta el final de la guerra, estuvo convencido de la victoria del Eje.
Finalizada la guerra, la posición de Franco, como es conocido, era muy débil en el plano internacional. España no sólo no había sido neutral, sino que había combatido activamente contra uno de los países aliados ahora victoriosos.
Como consecuencia, nuestro país se vio marginado de los organismos internacionales y de los planes de recuperación posbélica y, más concretamente, del denominado Plan Marshall. La actitud de Franco, ante la hostilidad internacional, fue la de esperar. Algunos panegiristas han interpretado esta actitud del Dictador como una muestra evidente de su sabiduría, prudencia y gran visión de futuro. En realidad a Franco no le quedaba otra salida que esperar si quería, como era su deseo, mantenerse en el poder. Fuera del poder podía temerse lo peor: el recuerdo de lo que les había pasado a sus antiguos aliados Hitler y Mussolini lo debió tener siempre muy presente, de manera que optó por su propia salvación, subordinando a ello cualquier objetivo —8→ de mejora de las condiciones de vida de los españoles. Cerró filas, clamó contra la conspiración internacional y se dispuso a esperar acontecimientos.
Para el gobierno y la opinión pública norteamericana el «Régimen» español carecía de legitimidad. De manera particular, el presidente Truman, persona muy religiosa, tenía una clara antipatía hacia Franco, al que asimilaba con Hitler y Mussolini, y hacia su sistema político, entre otras razones, por la posición fuertemente cerrada del «Régimen» en materia de falta de libertad religiosa. Las perspectivas para el «Caudillo» no eran, ciertamente, muy favorables.
Sin embargo, las circunstancias internacionales empezaron a cambiar en un sentido muy positivo para el «Régimen». Los dos principales antiguos aliados, los EE. UU. y la URSS, empezaron, muy pronto, a mostrar graves diferencias que condujeron a una ruptura y al comienzo de lo que pasó a denominarse guerra fría. En los EE. UU. el comunismo y la amenaza comunista se convirtieron pronto en el gran enemigo nacional. En estas nuevas circunstancias el régimen de Franco podía empezar a hacer valer el principal de sus activos: su anticomunismo. Si en algo no podía haber dudas era en el carácter profundamente anticomunista del «Régimen».
Poco a poco, en los EE. UU., la opinión sobre cual debía de ser la actitud hacia España fue cambiando. Se fue abriendo paso la idea, con la ayuda bien organizada del «lobby español», de que España merecía un mejor trato. Podemos situar en 1947 el comienzo de este cambio. En este año, en efecto, se elaboró el «Informe Kennan» que recibiría la aprobación del Presidente y del Departamento de Estado. Este Informe propiciaba un acercamiento a España sin cuestionar la continuidad de Franco, aunque exigiendo reformas liberalizadoras. Para España se abría una magnífica oportunidad para salir de la grave situación económica en la que se encontraba, integrándose en los planes de recuperación económica. Sin embargo, Franco no se mostró dispuesto a introducir ningún cambio político que mermara su poder, aún a costa de cerrar una vía que hubiera permitido alcanzar, desde ese momento, mayores niveles de bienestar para la población española.
En el cambio de actitud de los EE. UU. confluyeron políticos conservadores, sectores católicos norteamericanos simpatizantes de Franco, políticos «pragmáticos» y representantes de importantes sectores económicos, como aquéllos que veían que con el aislamiento perdían oportunidades de negocio y, fundamentalmente, los que veían en España una pieza más del arco «defensivo» que los EE. UU. estaban construyendo en torno a la URSS. Sin embargo, a pesar de ese consenso que ganaba terreno paulatinamente, la posición del gobierno norteamericano no variaba en sus exigencias democratizadoras. Truman se mantenía firme en su actitud.
Las circunstancias internacionales dieron nuevos giros a favor de Franco. En 1949 Mao Zedong triunfaba en la Guerra Civil China y los soviéticos hacían explotar su primera bomba atómica. En junio de 1950 se desencadenaba una ofensiva militar —9→ comunista en Corea y comenzaba un conflicto que agrandaba el creciente anticomunismo norteamericano. La fiebre anticomunista, el «macartismo», y la Guerra de Corea revalorizaron la posición política y estratégica de España. Cada vez resultaba de más interés para EE. UU. conseguir acuerdos con España y, más concretamente, acuerdos militares. La hora de los pragmáticos en uno y otro país había llegado. Para EE. UU. se trataba de conseguir bases militares, para Franco obtener ayuda económica y militar, y, sobre todo, el reconocimiento internacional del «Régimen». Tan sólo dos meses después del comienzo de la Guerra de Corea, los EE. UU. concedían a España un crédito de 62,5 millones de dólares, a los que seguirían otros créditos y ayudas alimenticias y, lo que es más importante, los EE. UU. se ponían en cabeza de los países que en la ONU pedían la derogación de la resolución que en 1946 había supuesto el boicot diplomático a España. Incluso, el propio Truman, a partir de 1951, empezó a rebajar sus exigencias democratizadoras. No obstante, la actitud cerrada de Franco impidió el éxito de esta política de acercamiento. En abril de 1952 comenzaron, formalmente, las negociaciones entre España y los EE. UU. para alcanzar un acuerdo de defensa y económico, negociaciones que resultaron muy duras.
El último obstáculo se superó con la victoria electoral de Eisenhower en noviembre de 1952. Cuando el general venció en las elecciones presidenciales norteamericanas el camino para el entendimiento quedó, por fin, definitivamente libre. Sin embargo, algunas circunstancias accidentales, como el inesperado y repentino fallecimiento del almirante Forrest P. Sherman, una semana después de entrevistarse con Franco, y la posición del «Caudillo», que pretendía sacar el mayor beneficio posible de los acuerdos, sin cambiar la esencia de su sistema político, dificultaron el ritmo de las negociaciones y la firma final del acuerdo. Carlos Barciela López "La ayuda americana a España (1953-1963)" Universidad de Alicante, 2000
Los aliados, y en particular los EE. UU., habían intentado conseguir un cambio de actitud de Franco durante la Segunda Guerra Mundial, ofreciendo distintas vías de ayuda y cooperación económica. De hecho, la ayuda de empresas norteamericanas como Texaco había sido fundamental para el bando nacionalista durante la Guerra Civil. Sin embargo, Franco se mantuvo leal a sus socios Hitler y Mussolini ya que, casi hasta el final de la guerra, estuvo convencido de la victoria del Eje.
Finalizada la guerra, la posición de Franco, como es conocido, era muy débil en el plano internacional. España no sólo no había sido neutral, sino que había combatido activamente contra uno de los países aliados ahora victoriosos.
Como consecuencia, nuestro país se vio marginado de los organismos internacionales y de los planes de recuperación posbélica y, más concretamente, del denominado Plan Marshall. La actitud de Franco, ante la hostilidad internacional, fue la de esperar. Algunos panegiristas han interpretado esta actitud del Dictador como una muestra evidente de su sabiduría, prudencia y gran visión de futuro. En realidad a Franco no le quedaba otra salida que esperar si quería, como era su deseo, mantenerse en el poder. Fuera del poder podía temerse lo peor: el recuerdo de lo que les había pasado a sus antiguos aliados Hitler y Mussolini lo debió tener siempre muy presente, de manera que optó por su propia salvación, subordinando a ello cualquier objetivo —8→ de mejora de las condiciones de vida de los españoles. Cerró filas, clamó contra la conspiración internacional y se dispuso a esperar acontecimientos.
Para el gobierno y la opinión pública norteamericana el «Régimen» español carecía de legitimidad. De manera particular, el presidente Truman, persona muy religiosa, tenía una clara antipatía hacia Franco, al que asimilaba con Hitler y Mussolini, y hacia su sistema político, entre otras razones, por la posición fuertemente cerrada del «Régimen» en materia de falta de libertad religiosa. Las perspectivas para el «Caudillo» no eran, ciertamente, muy favorables.
Sin embargo, las circunstancias internacionales empezaron a cambiar en un sentido muy positivo para el «Régimen». Los dos principales antiguos aliados, los EE. UU. y la URSS, empezaron, muy pronto, a mostrar graves diferencias que condujeron a una ruptura y al comienzo de lo que pasó a denominarse guerra fría. En los EE. UU. el comunismo y la amenaza comunista se convirtieron pronto en el gran enemigo nacional. En estas nuevas circunstancias el régimen de Franco podía empezar a hacer valer el principal de sus activos: su anticomunismo. Si en algo no podía haber dudas era en el carácter profundamente anticomunista del «Régimen».
Poco a poco, en los EE. UU., la opinión sobre cual debía de ser la actitud hacia España fue cambiando. Se fue abriendo paso la idea, con la ayuda bien organizada del «lobby español», de que España merecía un mejor trato. Podemos situar en 1947 el comienzo de este cambio. En este año, en efecto, se elaboró el «Informe Kennan» que recibiría la aprobación del Presidente y del Departamento de Estado. Este Informe propiciaba un acercamiento a España sin cuestionar la continuidad de Franco, aunque exigiendo reformas liberalizadoras. Para España se abría una magnífica oportunidad para salir de la grave situación económica en la que se encontraba, integrándose en los planes de recuperación económica. Sin embargo, Franco no se mostró dispuesto a introducir ningún cambio político que mermara su poder, aún a costa de cerrar una vía que hubiera permitido alcanzar, desde ese momento, mayores niveles de bienestar para la población española.
En el cambio de actitud de los EE. UU. confluyeron políticos conservadores, sectores católicos norteamericanos simpatizantes de Franco, políticos «pragmáticos» y representantes de importantes sectores económicos, como aquéllos que veían que con el aislamiento perdían oportunidades de negocio y, fundamentalmente, los que veían en España una pieza más del arco «defensivo» que los EE. UU. estaban construyendo en torno a la URSS. Sin embargo, a pesar de ese consenso que ganaba terreno paulatinamente, la posición del gobierno norteamericano no variaba en sus exigencias democratizadoras. Truman se mantenía firme en su actitud.
Las circunstancias internacionales dieron nuevos giros a favor de Franco. En 1949 Mao Zedong triunfaba en la Guerra Civil China y los soviéticos hacían explotar su primera bomba atómica. En junio de 1950 se desencadenaba una ofensiva militar —9→ comunista en Corea y comenzaba un conflicto que agrandaba el creciente anticomunismo norteamericano. La fiebre anticomunista, el «macartismo», y la Guerra de Corea revalorizaron la posición política y estratégica de España. Cada vez resultaba de más interés para EE. UU. conseguir acuerdos con España y, más concretamente, acuerdos militares. La hora de los pragmáticos en uno y otro país había llegado. Para EE. UU. se trataba de conseguir bases militares, para Franco obtener ayuda económica y militar, y, sobre todo, el reconocimiento internacional del «Régimen». Tan sólo dos meses después del comienzo de la Guerra de Corea, los EE. UU. concedían a España un crédito de 62,5 millones de dólares, a los que seguirían otros créditos y ayudas alimenticias y, lo que es más importante, los EE. UU. se ponían en cabeza de los países que en la ONU pedían la derogación de la resolución que en 1946 había supuesto el boicot diplomático a España. Incluso, el propio Truman, a partir de 1951, empezó a rebajar sus exigencias democratizadoras. No obstante, la actitud cerrada de Franco impidió el éxito de esta política de acercamiento. En abril de 1952 comenzaron, formalmente, las negociaciones entre España y los EE. UU. para alcanzar un acuerdo de defensa y económico, negociaciones que resultaron muy duras.
El último obstáculo se superó con la victoria electoral de Eisenhower en noviembre de 1952. Cuando el general venció en las elecciones presidenciales norteamericanas el camino para el entendimiento quedó, por fin, definitivamente libre. Sin embargo, algunas circunstancias accidentales, como el inesperado y repentino fallecimiento del almirante Forrest P. Sherman, una semana después de entrevistarse con Franco, y la posición del «Caudillo», que pretendía sacar el mayor beneficio posible de los acuerdos, sin cambiar la esencia de su sistema político, dificultaron el ritmo de las negociaciones y la firma final del acuerdo. Carlos Barciela López "La ayuda americana a España (1953-1963)" Universidad de Alicante, 2000
META
Este reloj, fabricado en España con mecanismos alemanes, dispone de un sistema sencillo y eficaz para alternar los relojes: la barra de madera de la parte inferior lleva un muelle curvado que frena el volante para un lado o para el otro. Como la mecánica está montada al revés, dos parches cubren la antigua esfera del segundero en la parte superior... ¡y se ha colocado una nueva esfera del segundero en la parte inferior de la esfera principal del reloj!
http://www.chess-museum.com/the-chess-clock-cabinet-i.html |
MARCA |
Arturo
Pomar jugando en Madrid con un reloj de marca Pomares y un detalle
fotográfico del mismo. Publicado en la web de un coleccionista de relojes de ajedrez.
La
biografía de Arturo Pomar nos permite entender diversas articulaciones.
En primer lugar, la que se establece entre la cultura popular y las
instituciones que regulaban la sociedad española durante el primer
franquismo, especialmente los medios de masas. ¿Qué significa ser un
niño prodigio en los años 40? y ¿qué significó ver, entre 1943 y 1946,
en el NO-DO y en la prensa, “a un niño como los demás” (NO-DO), que “se
encuentra en la tienda de juguetes en su elemento natural” (NO-DO),
viajar a países lejanos a jugar torneos internacionales, enfrentarse a
los mejores del mundo, ser recibido por el Generalísimo, proclamarse
campeón de España de ajedrez con 14 años? Preguntas más generales,
pertinentes a la articulación entre deporte y medios de masa, podrían
plantearse también. En el caso de Arturo Pomar, esa articulación se
efectúa mediante un proceso de iconificación mediática, uno de los
primeros del franquismo junto al de Manolete. En tercer lugar, existe
una clara articulación entre el deporte y el nacionalismo a través de
los medios controlados por el Estado que la trayectoria biopolítica de
Arturo Pomar ilumina. Desde esta perspectiva, una de las preguntas que
su trayectoria biopolítica suscita tiene que ver con la (re)construcción
del orgullo nacional, fuertemente ligado al orgullo imperial en el
imaginario mediático franquista, a través de la exaltación de su figura.
Finalmente, la biografía de Arturo Pomar también suscita preguntas
sobre la compleja y prolífica relación que la dictadura mantuvo con los
niños prodigio, una articulación en la cual el caso Arturo Pomar es
significativo, pues se trata del primero de una larga lista de niños
prodigio en la que se encuentran, entre otros, Pablito Calvo, Joselito,
Marisol, Pili y Mili, Rocío Durcal, Raphael y Ana Belén.
http://www.lacolecciondepapa.com/2021/02/arturito.htmlFuente: http://www.historiadelajedrezespanol.es/desvan/fotos/ | |
Joaquim Calduch (negras) – Alexander Koblenz (blancas) (detrás: Assumpció Ferrer-Eulàlia Embaeff, Fco.Jorba-Sofía Ruiz y Montserrat Gisbert). I Torneo Internacional Mollet 1935 https://www.ajedrez365.com/2012/06/torneo-internac-ajedrez-mollet-1935.html |
Pérez, 1944 |
Apreciemos otros relojes analógicos de ajedrez de la época, de fabricación española y el mismo sistema de pulsación de barra lateral inferior. Creemos que los antiguos Pomares y META son el modelo estandar para la fabricación de los relojes de este tipo de pulsador. En cada región como se señala anteriormente un carpintero barnizador y un relojero de pueblo adaptaron relojes a las necesidades practicas se juego se las nacientes federaciones de ajedrez en las distintas Comunidades.
En la esfera del Pomares se indica una dirección: Jorge Juan 96, Madrid. Adicionalmente, considerando la fecha de producción del Pomares presentado y las fotografías anteriores que se corresponden con el mismo modelo y que son anteriores y posteriores a la Guerra civil, debemos considerar que se siguieron produciendo estos relojes.
¿Pomares era una marca de reloj madrileña? ¿META era otra fábrica relojera? o ¿Eran talleres de ensamblaje de relojes de otra marca? ¿Girod?
Pomares y Meta eran marcas de relojes de Girod, también así la Titán. META fue registrada por J G.Girod S.A. el 13.9.1907 y TITAN el 5.6.1929. (https://www.mikrolisk.de/show.php?site=280&suchwort=Girod&searchWhere=all)
Los datos obtenidos de nuestras investigaciones determinan que en la calle Jorge Juan, 96 de Madrid, nunca existió una relojería. Hemos encontrado eso sí, la existencia de la fábrica de relojes J. G Girod en Madrid. Compartimos la fotografía de un reloj Girod, aunque la fuente asegura que es de fabricación francesa.
Girod
Otro reloj compuesto de dos despertadores - ¡parece ser la técnica más fácil para un relojero para crear un cronómetro de ajedrez! Los despertadores son de Girod - una empresa francesa que ya no existe...
Otro reloj compuesto de dos despertadores - ¡parece ser la técnica más fácil para un relojero para crear un cronómetro de ajedrez! Los despertadores son de Girod - una empresa francesa que ya no existe...
Sin embargo, sabemos que la Fábrica de relojes J.G GIrod responde a una tradicional zaga de relojeros suizos, dedicados a la importación de relojes suizos y a la fabricación de relojes de péndulo. Fue establecida en España, primero en San Sebastián y luego en Madrid, con sucursales en Barcelona y Suiza, en 1860, en la calle Postas cercana al actual WiZink Center, antiguo Palacio del Deporte madrileño.
D. Juan-Jorge Girod y Roches, nacido en Madrid en 1910, cogió el testigo de su padre. La empresa estuvo especialmente activa durante los años 30, coincidente con los estudios de Juan-Jorge en Zurich, sacándose el doctorado en Ingeniería en su Universidad Politécnica. A su regreso, entró en la industria de la familia, tomando la dirección de la empresa. D. Juan-Jorge, falleció en Madrid a los 87 años en 1997.
La Girod fue "fabricante" de relojes de péndulo (de pared y sobremesa), de despertadores y de relojes de Torre y Campanario. Además de comercializar relojes de bolsillo y de pulsera (al menos a partir de mediados de 1927), patentaron el nombre de Titán como producto propio personalizado.
En Madrid tuvo diversas tiendas, parece que la fábrica (entiéndase taller de montaje) estuvo ubicada en la calle Postas. En Barcelona, tuvieron tiendas en Consejo de Ciento 302, Plaza de Cataluña 4 y Fernando 30.
Ver al respecto https://relojes-especiales.com/threads/amigos-cia-al-14-06-2013-el-peseux-de-sakarino.285290/
Muy bonito reloj de ajedrez español 'Meta', de 1950-1960. Los movimientos del reloj fueron introducidos por el fabricante español de relojes J.G. Girod SA y se convirtieron en la base del reloj despertador 'Meta' ('fabricado en España'). La combinación de 2 relojes Meta, conectados por una barra de pulsador de madera con un muelle curvado y cubiertos por una caja de madera maciza trajo al mundo esta obra de arte española.
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https://www.chess-clocks.at/Images/Spanish/Meta_Girod.jpg |
https://www.chess-clocks.at/Images/Spanish/Meta_Clock.jpg |
Diez del Corral enfrenta a Sanz Nótese el mecanismo del reloj de control. Fuente: http://www.historiadelajedrezespanol.es/campeonatos.htm |
Periodo de uso aproximado entre 1940 - 1950 Largo 240 mm x Alto 150 mm x Ancho 80 mm 1.000 gramos Español. Fabricante no disponible |
Periodo de uso aproximado entre 1940 - 1950 Largo 270 mm x Alto 136 mm x Ancho 80 mm 1.000 gramos |
Muchos relojes de esa época se construían con mecanismo importado montándolo en una caja construida en España. Dispone de un sistema simple y eficaz para alternar los relojes: la barra de madera en la parte inferior lleva un resorte curvado que frena el volante de un lado o el otro.
Periodo de uso aproximado entre 1940 - 1950 Largo 310 mm x Alto 145 mm x Ancho 95 mm 950 gramos |