jueves, 14 de noviembre de 2019

REYKJAVIK 1972 (II)

FISCHER- SPASSKY

ARTISAN SERIES

ORIGEN : REINO UNIDO 

FABRICANTE:                            JAQUES STAUNTON      AÑO: 1972

              

REEPRODUCCION  MODERNA

FABRICANTE:  THE HOUSE OF STAUNTON                     AÑO: 2017

TREBEJOS:  BOJ NATURAL 

GOLDEN AND SILVER HAND PAINTED


REY: 93.94 mm

BASE: 42.67 mm

PESO: 101.00 gr


OBSQUIO CARLOS Y ANA COELLAR 
(actualización mayo 2020)
 


FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS- NOVIEMBRE 2019
'La Partie d'échecs' ('La partida de ajedrez'). Óleo sobre tela de 1910 de Marcel Duchamp, que pertenece a The Philadelphia Museum of Art y que forma parte de la colección Louise and Walter Arensberg.
"Creo en el hecho de que todo ajedrecista experimenta una mezcla de dos deleites estéticos: primero, la imagen abstracta, unida a la idea poética al escribir; segundo, el placer sensual de la ejecución ideográfica de esta imagen en el tablero... Aun cuando no todos los artistas sean ajedrecistas, todos los ajedrecistas son artistas."
Marcel Duchamp, en el curso de una alocución en la Federación de Ajedrez del Estado de New York, en 1952
La pintura sobre los trebejos de reproducción exacta de los originales con los que se disputó el Match del Siglo en Reykjavik (1972), motivaron la presente entrega, en la que trataremos de introducirnos en la inmensa conexión entre el ajedrez y el arte. En particular con la pintura moderna y el arte abstracto.

El impresionismo abstracto, tiene sus orígenes en las concepciones teóricas y pictóricas de Wassily Kandinsky (Moscú 1866- París 1944) y Paul Klee ( Berna 1879- Locarno 1940).
 WASILLY KANDINSKY  
PAUL KLEE
Encontramos el artículo de Frank Mayer y Salvador Aldeguer:  
“El ajedrez visto por la pintura moderna
19 de febrero 1937
La sala de arte de Berna (Suiza) exponía una preciosa retrospectiva de Wassily Kandinsky y por este motivo se desplazaron el matrimonio Nina y Wassily Kandinsky a Berna.

La atracción de la exposición fue la nueva obra:
"Teoría de ajedrez" de Kandinsky 1937 The Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York Foto: reife.ch
Explicación breve del cuadro:
El ajedrez es un nexo cognitivo común, un lugar donde el arte y la ciencia se reúnen.
Esta obra de vital importancia es de líneas radiales en la que las formas se reducen al cuadrado, círculo y triangulo. Además la fuerza del cuadro la tiene el haz de las siete líneas rectas que acuden hacia el centro.

Se debe admitir, que solo un experto en pintura surrealista llega a entender en su totalidad la pintura “Teoría de ajedrez”.

Igualmente viajaron a Berna el matrimonio Paul Klee para pasar unos agradables ratos con sus amigos, el matrimonio Kandinsky.
Ambos pintores se consideran como padres del expresionismo abstracto, tanto teórico como artístico. 
No debemos olvidar, que Paul Klee era un entusiasta jugador de ajedrez y por este motivo dedicó también una de sus más modernas pinturas al ajedrez.

“Super-Schach” Paul Klee 1930
En propiedad particular Foto: socialfiction.org
 

El pintor germano-suizo Paul Klee (1879-1940) fue uno de los máximos exponentes de los movimientos surrealista, expresionista y del abstraccionismo.

Dentro de su vasta y muy influyente obra, se halla el cuadro «Super-ajedrez» («Überschasch«, en idioma original), un óleo sobre arpillera pintado en 1937 que se exhibe en el Museo Kunsthaus Zürich, ubicado en la mencionada ciudad suiza. 
https://ajedrezlatitudsur.wordpress.com/2024/06/29/super-ajedrez-pintura-de-paul-klee/
 
Explicación breve del cuadro:

En el tablero pintado faltan, en principio, las piezas de ajedrez, que deben ser imaginadas en su “geometría” y el juego – por encima de su propia característica – se convierte en un noble instrumento, un objeto estético, cuya forma comenta a su manera la lógica operacional del ajedrez.

Cuando los dos artistas Kandinsky y Klee se encontraron delante la nueva obra “Teoría de ajedrez”, decidieron al unísono y espontáneamente jugar unas partidas de ajedrez en casa de Paul Klee.

El último estaba especialmente orgulloso porque logró ganar un par de veces a Kandisky - ¡a un ruso! 

P.D. A pesar de no entender mucho de pintura abstracta y moderna, no obstante creemos haber acertado en la elección de estas dos obras mencionadas y reproducidas como las más significativas del ajedrez.
Barcelona, abril de 2008”
 
 


Duchamp, arte y pasión
Por Horacio R. Olivera

 
"...
A la par de su trabajo en lo pictórico y escultórico, el ajedrez ocupo un lugar primordial en la vida de Duchamp. Fanático del juego, estudioso y entusiasta, una muestra de su pasión por los trebejos es el siguiente fragmento de una carta escrita en Buenos Aires, ciudad donde vivió entre 1918 y 1919: “Juego día y noche y nada en el mundo me interesa más que encontrar la jugada correcta… Cada vez estoy menos interesado en la pintura. Todo a mi alrededor adopta la forma del rey o la reina y el mundo exterior sólo me interesa en cuanto se traduce en posiciones de ganancia o pérdida.”


También por esa época diseñó un hermoso juego, al que llamó “Buenos Aires”, en honor a la ciudad que lo cobijó durante casi un año.

A partir de 1923, Duchamp se convirtió en ajedrecista de tiempo completo, iniciando una carrera de jugador tanto en torneos nacionales como internacionales.

Una anécdota divertida, demostrativa de su casi obsesiva dependencia del juego es que poco después de casarse en 1927 con la hija de un millonario, Duchamp escapaba, durante las noches de su luna de miel tan luego, para jugar partidas rápidas en un club de ajedrez. Una mañana, después de una de esas noches de escapadas “furtivas”, se dirigió hasta el tablero en su habitación…sólo para comprobar que su esposa le había pegado las piezas al mismo! Esta original forma de protesta, sólo fue el prólogo del naufragio del matrimonio, ocurrido meses después cuando se divorciaron.

Marcel jugó repetidas veces el Campeonato de Francia, como así también en varios torneos internacionales, adquiriendo entre sus colegas fama de maestro bien preparado y de juego sólido. Asimismo, formó parte del equipo francés en las Olimpíadas de 1928 y 1930, capitaneado nada menos que por Alekhine. Justamente en la Olimpíada del ´30, en Hamburgo, ante una indisposición del futuro campeón mundial, debió enfrentar al gran jugador estadounidense Frank Marshall, logrando unas meritorias tablas.


Duchamp durante su estadía en Buenos Aires 
Durante su carrera, se enfrentó de igual a igual con muchos de los mejores jugadores de la época, logrando una buena victoria sobre Koltanowsky y tablas con Tartakower, Opocensky, Zsnosko-Borovsky y las ya mencionadas con Marshall, entre otros.

No obstante y pese a ser evidentemente un jugador de buen nivel, él no logró convertirse en un “top” del ranking mundial, por lo que poco a poco fue mermando su participación en torneos, hasta abandonarlos definitivamente en 1933 (aunque siguió cercano al juego en un plano tanto más relajado como menos competitivo) y regresar a la plástica para continuar haciendo volar su imaginación y plasmar su talento en obras acaso discutibles para los clásicos, pero que siguieron marcando las historia del arte moderno.

Fue Marcel Duchamp un artista cabal en todo el sentido de la palabra, que buscó entender el ajedrez como un arte. El describió tres niveles artísticos en el juego. En primer lugar, la estética de las piezas y el tablero. luego la expresión emocional que surge del ajedrez y, por fin, el movimiento abstracto de las piezas a través del “espacio intelectual”. Es respecto a este último punto que queremos poner, como colofón de esta nota, un fragmento de una entrevista, que consideramos será de gran interés para quienes amamos el juego-ciencia."
En noviembre de 2016, la Fundación Miró organizó un monumental encuentro y exposición titulada:
“FIN DE PARTIDA. DUCHAMP, EL AJEDREZ Y LAS VANGUARDIAS” 
 

«Hoy me conformo con jugar. Todavía soy una víctima del ajedrez. Tiene toda la belleza del arte y mucho más. No puede ser comercializado. El ajedrez es más puro que el arte en su posición social. Las piezas del ajedrez son las mayúsculas del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos pensamientos, aun componiendo un diseño visual en el tablero, expresan su belleza de forma abstracta, como un poema. […] He llegado a la conclusión de que, si bien no todos los artistas son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez son artistas.»
Marcel Duchamp. Conferencia impartida ante el banquete de la New York State Chess Association en 1952
por Artishock | Nov 22, 2016 |

“La Fundación Joan Miró (Barcelona, España) presenta Fin de partida. Duchamp, el ajedrez y las vanguardias, una exposición que relee la historia del arte moderno a partir de su relación con el ajedrez. La exhibición, curada por Manuel Segade, presenta al ajedrez como un motivo recurrente de las vanguardias que, metafóricamente, permite comprender desde una óptica innovadora y lúdica la historia del arte moderno.

Para Segade, la presencia constante de este juego en la vida y en la obra de algunos de los artistas fundamentales de la modernidad trasciende lo anecdótico y se convierte en un hilo conductor que recorre los diferentes ismos, ya sea en forma de motivo, como abstracción o, incluso, como clave metafórica para entender la posición de la vanguardia en la partida de la historia del arte.

La muestra reúne cerca de ochenta piezas, incluidas pinturas y esculturas, de algunos de los artistas fundamentales del siglo XX, procedentes de las principales colecciones públicas y privadas de Europa, América y Oriente Medio. Destacan, entre otras, La partida de ajedrez de Marcel Duchamp, o el óleo Gran tablero de ajedrez de Paul Klee, así como piezas de Kandinsky, Sonia Delaunay y Mercè Rodoreda.

La selección abarca un extenso período —desde 1910 hasta 1972— e incluye, además, cuatro ready-mades de Duchamp, así como una docena de juegos de ajedrez históricos, algunos de ellos diseñados por destacados artistas de la vanguardia y de los inicios del arte conceptual, como Calder, Ernst, Noguchi o Yoko Ono, entre otros. La exhibición se completa con una gran diversidad de documentos originales, como libros, carteles, fotografías, películas o registros sonoros de archivos internacionales públicos y privados.

UNA PARTIDA EN SEIS MOVIMIENTOS

La muestra se despliega en seis ámbitos. El espacio inicial, titulado Del ocio familiar al cuadro como idea, parte del ajedrez como motivo en las pinturas de género doméstico del postimpresionismo para desembocar en la invención de los ready-mades por parte de Marcel Duchamp, pasando por las reflexiones geométricas del cubismo y su utilización del tablero como elemento regulador en la composición del cuadro. En esta sala se exponen, entre otras, obras de Jean Metzinger, Jean Crotti y el propio Duchamp, del que destacan el óleo de 1910 La partida de ajedrez, procedente del Philadelphia Museum of Art, y el ready-made Trébuchet, procedente de las colecciones del Museo de Israel, que juega en su título con el nombre de una conocida maniobra de ajedrez.

La exposición avanza hacia un segundo ámbito titulado El ajedrez y el arte para el pueblo, que da cuenta de cómo, en el devenir utópico del constructivismo ruso, el ajedrez se convirtió en un elemento de educación y ocio para la clase obrera. Al mismo tiempo, en las enseñanzas de la Bauhaus, como parte de un programa para diseñar lo cotidiano, el juego adquirió un carácter renovado y abstracto. Sobresalen en este espacio tres piezas de especial relevancia: el óleo de 1937 Gran tablero de ajedrez, de Paul Klee, llegado de la Kunsthaus Zürich; el cuadro Vestidos simultáneos (Tres mujeres, formas y colores), de Sonia Delaunay, procedente del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, así como Línea completa (1923), de Wassily Kandinsky, de la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, en Düsseldorf.

El espacio psicoanalítico del tablero, tercera sección de la muestra, examina cómo, en manos de los surrealistas, el ajedrez se convierte en un método de análisis: «un escenario para la batalla de los géneros y un espacio de subversión de las propias leyes de su tablero-mundo», en palabras de Segade. Esta sala reúne, entre otras, piezas de Man Ray, Muriel Streeter o Mercè Rodoreda, en su faceta como pintora, de quien se exhiben dos obras sobre papel de los años cincuenta. Completa este espacio la proyección del mítico film de René Clair Entr’acte, en el que Duchamp y Man Ray disputan una accidentada partida de ajedrez.

A continuación destacan dos piezas que ilustran el vínculo de amistad que unió a Marcel Duchamp y Joan Miró: una corbata firmada a modo de ready-made que Duchamp regaló a Miró en 1947 en Nueva York con motivo de su cumpleaños, y la Boite-en-valise, una de las obras maestras de Duchamp, que su viuda donó a la colección Homenaje a Joan Miró, el fondo de arte moderno de la Fundació Joan Miró constituido como tributo al artista.

Durante los episodios bélicos que agitaron Europa en los años treinta y cuarenta, el ajedrez se convirtió en un elemento clave de propaganda nacional y en una metáfora del triunfo en la batalla. En su cuarto ámbito, bajo el título El juego de la guerra, la exposición explora de qué manera el ajedrez se transforma en un vehículo especialmente sofisticado para trabajar la psicología social en tiempos de guerra. Este espacio también plantea cómo las migraciones derivadas de la guerra provocaron la extensión de la cultura ajedrecística en la vanguardia internacional. Es el caso, por ejemplo, de Maria Helena Vieira da Silva, portuguesa afincada en París, que huye a Brasil durante este período y allí concibe el cuadro La partida de ajedrez (1943), que se expone en esta sala procedente de las colecciones del Centre Pompidou.

En los años cuarenta, el propio imaginario del ajedrez se convertiría en uno de los temas de trabajo de los artistas más importantes de aquel tiempo, hasta el punto de llegar a diseñar sus propios juegos y borrar, así, el límite entre el ajedrez y la obra de arte. La mayor parte de estos trabajos se exhibieron en una exposición organizada por Julien Levy, Max Ernst y Marcel Duchamp en 1944 en Nueva York. El penúltimo apartado de la exposición —La imaginería del ajedrez— es un homenaje a aquella muestra histórica, de la cual recoge el título, y reúne algunos de los juegos más destacados: tableros y piezas vanguardistas firmados por Max Ernst, Alexander Calder o Isamu Noguchi, entre otros.

El arranque del arte conceptual tuvo en el ajedrez uno de sus asientos: poco antes de su muerte, Duchamp pasa el testigo de su trabajo a partir de su última aparición pública en una performance ajedrecística con John Cage en 1968. Desde ahí comienza una nueva historia, una nueva partida, que pasa por el arte pop y el Fluxus con la Guerra Fría como telón de fondo. El último espacio de la muestra, El ajedrez en los inicios del arte conceptual, incluye la grabación de aquella performance, así como una selección de obras de los pioneros del arte conceptual inspiradas en el ajedrez y firmadas, entre otros, por Takako Saito, George Maciunas o Yoko Ono. Cabe mencionar también en este ámbito dos ready-mades de los años sesenta, especialmente Hommage à Caissa, de 1965, procedentes de las colecciones del Museo de Israel.

FIN DE PARTIDA. DUCHAMP, EL AJEDREZ Y LAS VANGUARDIAS
Fundación Joan Miró. Barcelona, España
Hasta el 22 de enero de 2017 

"La muestra reúne cerca de 80 obras creadas entre 1910 y 1972, año en el que puede verse una partida entre Duchamp y el poeta y compositor John Cage. Trece de las piezas son ajedreces creados por artistas como Alexander Calder, que realizó uno en 1944 con pomos y patas de madera, otro de figuras geométricas complejas y estilizadas de Max Ernst del mismo año, el metálico realizado en bronce y latón de Man Ray o el blanco impoluto de Yoko Ono en 1966. Pero el ajedrezado blanco y negro, o de múltiples colores, está presente en otras obras fundamentales de las vanguardias firmadas por estos mismos autores como el gigante Gran tablero de ajedrez, de Klee (1937) o el Damero surrealista, realizado con las fotografías de 20 surrealistas fotografiados (con fondo blanco y negro) por Ray en 1934; además de otros artistas como Vassily Kandinsky, del que puede verse Línea transversal, de 1923, René Magritte, El gigante, 1937, o en dos obras pictóricas ¡sorpresa! de la escritora Mercè Rodoreda durante su estancia en Ginebra o París, muy influida por Klee. El juego también está presente en documentos, libros, carteles, registros sonoros y películas de Octavio Paz, André Breton, Samuel Beckett o Ingmar Bergman que pueden leerse o verse proyectados y en los que es más que evidente su relación con el ajedrez en esta muestra que comisaría Manuel Segade, director del CA2M de la Comunidad de Madrid."

Fin de partida: Duchamp, el ajedrez y las vanguardias
https://www.youtube.com/watch?v=5iN1SjcVz9g

"THE CHES GAME" (Oleo 1930 -  Alice Kente Stoddard

2 comentarios:

  1. Que linda redacción Papo. Me gusto mucho este comentario: "He llegado a la conclusión de que, si bien no todos los artistas son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez son artistas". Hermoso mural, siga adelante lo quiero mucho. La bendicion.

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    1. Gracias hijo querido!! Sin los trebejos obsequiados por ti y Anita,no hubiera escrito e investigado sobre la conexión del ajedrez con el arte. Bendiciones hoy y siempre

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