domingo, 19 de junio de 2022

JUAN MONTALVO, MI ABUELO Y EL AJEDREZ



Luis Mideros, Juan Montalvo, tinta y plumilla,1952
Fondo de arte moderno del Ministerio de Cultura
y Patrimonio del Ecuador en Quito.

Fotografía: Karina Rivera

 
 
Juan María Montalvo Fiallos fue un escritor ecuatoriano; tal vez el más sobresaliente polemista de la literatura hispana, que tuvo una gran popularidad en América Latina por su denuncia de la dictadura.

En 1881 regresó a París. Permaneció allí durante el resto de su vida, a excepción de un viaje a España en 1883, donde fue muy bien recibido por distinguidas figuras de las letras y la política española. Este último período estuvo marcado por la publicación de sus mejores obras: Siete Tratados y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. Murió el 17 de enero de 1889 en París. Su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo en Ambato, su ciudad natal.
La fama de Montalvo se cimentó en las cualidades estilísticas de su escritura -muy en boga hasta el comienzo del siglo XX-, y en su contenido político, por el que fue aclamado por los liberales de toda Hispanoamérica. Su nombre todavía se venera en Ecuador, a pesar de que su escritura ha disminuido mucho su atractivo debido a los cambios en las preferencias estilísticas y de perspectiva política.
Aprendí el movimiento de los trebejos y reglas básicas con mi madre y con mi  abuelo Jorge Mideros Almeida, hermano de los artistas Victor y Luis. El abuelito Jorge, cómo le decíamos cariñosamente, era un jugador de ajedrez que tenía bastante experticia.  Cuando jugábamos con él, nos indicaba el porqué de los movimientos.  Conocía los fundamentos del ajedrez,  al igual que sus hermanos.
Jugábamos, ajedrez y fútbol con fervor con Hernán, mi hermano mayor  y mi primo Víctor Manuel, nieto de Víctor el conocido pintor.  Víctor Manuel, muy joven aún, falleció  trágicamente hace muchos años.


Jorge Mideros Almeida
Oleo de mi madre Olga Mideros Suárez (1931-2021)
Todos los sábados, mi abuelo y sus hermanos:  Victor, el pintor y el escultor Luis, infaltablemente se reunían, en la casa taller de Luis, con sus amigos: artistas e intelectuales, políticos y diversos profesionales para jugar, la tarde entera, al ajedrez mientras tomaban café. 
 
J. Mideros-Quito,1930
Plumilla -"FANTASIA"
De pequeño y como vivíamos muy cerca de la casa de los tíos, los sábados también concurríamos con Hernán a las citas con trebejos y tableros. ¡Me maravillaba observando como en silencio sepulcral, esos señores mayores, pensaban y desplazaban unas pequeñas piezas de madera sobre tableros!

Mi abuelo, arquitecto de profesión, también pintaba entre los espacios que le brindaba su profesión.

Curiosamente a pesar de no haber tenido un contacto cotidiano con mi abuelo, ya que él vivía en Puerto Bolìvar, ciudad costera de la provincia de El Oro, heredé de él: la misma profesión; el gusto por la música y la guitarra; y su pasión por el ajedrez.

 
Como recordarán los amigos, el Mausoleo de Montalvo fue diseñado y construido por mi abuelo Jorge Mideros Almeida entre 1930 y 1932 y erigido en piedra volcánica.  En la columna frontal izquierda quedó grabado su nombre.  Invito a conocer más sobre mi abuelo, Jorge Mideros Almeida en  PRESENTACIÓN de este mismo blog. 
 
 
 
FOTOGRAFIA: HERNAN COELLAR MIDEROS. 19-02-2022












VISITA FAMILIAR GUIADA AL MAUSOLEO DE MONTALVO
AMBATO, 19 DE FEBRERO DE 2022
Arriba en el extremo izquierdo mi hermano Hernán. Yo en el otro
En el centro María de Lourdes Medina, mi esposa, rodeados de familiares.
FOTOGRAFÍA: MONICA MORENO COBO

MAUSOLEO DE MONTALVO

  • Edificio de arquitectura neoclásica en el cual se destacan los inmensos faroles y columnas de su fachada.
  • El mausoleo, alberga un féretro con el cuerpo de Don Juan Montalvo, el mismo que fue disecado para ser exhibido y además recibe el mantenimiento respectivo para que se mantenga en buen estado.
  • Está construido en piedra con trabajos alusivos a la Grecia Antigua y detalles que dejan entrever la presencia de la masonería pues es sabido que este gran escritor estaba relacionado con ella.

PLANO DE FACHADA Y OBRA TERMINADA
FOTOGRAFIAS: ARCHIVO LA COLECCIÓN DE PAPÁ

 

FISIOLOGIA 

I

DE LA RISA

La primera referencia que he encontrado en la obra de Montalvo sobre el ajedrez, se recoge en su obra "Fisiología  I De la Risa" editada en 1916 por otro ilustre ecuatoriano: Juan Benigno Vela, quien al inicio y a manera de prólogo, comenta "Una Explicación del Editor":


"Habiéndose organizado en Ambato el Comité ´Montalvo´ con el objeto de allegar fondos con qué erigir un modesto mausoleo que guarde perpetuamente las cenizas de nuestro esclarecido coterráneo Sr. Dn. Juan Montalvo, que yacen ahora en el Cementerio Municipal de la muy noble y generosa ciudad de Guayaquil; es de deber mío contribuir a la realización de tan patriótica idea facilitando en lao posible la colecta de dichos fondos por un medio más práctico y de más seguro resultado, cual es el de publicar y poner en venta a precio razonable uno o dos de los pocos manuscritos inéditos que del mismo Sr. Montalvo he conservado por largos años con religioso respeto y como recuerdo querido del maestro a quien el honor de servirle de Secretario, mereciendo siempre su amistad y confianza.

 
Con el generoso concurso de mi inteligentísimo amigo Dn, Miguel Albornoz, que costea conmigo la edición, publico primeramente el antiguo manuscrito titulado "De la Risa!, precioso artículo que como todos de Montalvo tiene el sello característico de un estilo peculiar es inimitable con bellezas literarias de inapreciable valía, profundo conocimiento del corazón humano y sabias enseñanzas morales que hacen el deleite de cuantos son los espíritus delicados que no se cansan de leer al admirable Cosmopolita.  Paréceme que el artículo "De la Risa" no quedó terminado, si se ha de juzgar por el primer número romano que lleva después del título, a menos que éste hubiese sido el primero de la serie de escritos que acoso pensó escribir el autor sobre los diversos sentimientos y las diversas pasiones del hombre; puesto que así parecer indicarlo el título general de Fisiología con que encabeza el pliego.  Más, sea ello lo que fuere, el tratadito "De la Risa" será del agrado de amigos y enemigos, de tiros y troyanos; porque felizmente para nada se mezcla en él esta malhadada política nuestra que extravía el criterio mas sano; y todo lo pervierte y todo lo mancha y todo lo desnaturaliza, como sucede  con la Catilinarias, obra sin rival según mi desautorizada opinión, lo mejor, lo más hermoso de cuanto salió de la envidiable pluma del autor de "El Regenerador" y de los "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes". (Juan Benigno Vela. Ambato, 15 de marzo de 1916)  DE LA RISA (En este link los amigos pueden descargar y disfrutar del texto completo)

La edición de la obra tenía como motivación recoger fondos para levantar el mausoleo que posteriormente diseñó y construyó mi abuelo arquitecto y ajedrecista.


Jorge Mideros Almeida


FOTOGRAFÍAS DE MI ABUELO Y SU OBRA
ARCHIVO: LA COLECCIÓN DE PAPÁ

 
Sin aún  haber encontrado datos concluyentes de si Juan Montalvo jugaba al ajedrez, me atrevo a sugerir que casi sería imposible que un hombre con su intelecto y amplios y variados conocimientos; viajero por ciudades europeas y americanas no hubiese tenido al ajedrez, al menos como entretenimiento ocasional.

Montalvo realizó una alegoría de un tipo de risa  y la  de un caballo de ajedrez.    Su representación simbolica, nos sitúa en los modelos de trebejos que seguramente conoció Montalvo a mediados del siglo XIX.
 
En esa época existían trebejos Regencé franceses, trebejos de cafés austríacos, Selenus alemanes, suizos, italianos y por supuesto ya se imponían, poco a poco, como los preferidos en torneos los Staunton  que convivían con los  old english: Barleycorn, St. George, Calvert, Dublín y muchos otros.
 
La referencia ajedrecística en ésta obra de Juan Montalvo consta  al principio del texto, el autor nos pregunta:

"¿Hay hombre más ridículo, molesto e insufrible que ese que anda llenando de carcajadas tiendas y casas con motivo de sus propias sutilezas? Pues yo afirmo que, aun cuando tenga alguna malicia intelectual, ese es un tonto, o por lo menos un necio. Querer reír de todo, en todas partes y a cada instante, ¿qué es sino pobreza de espíritu? Los bufones antiguos tenían obligación de hacer reír a sus amos y así andaban de caza de donaires mediante los cuales vivían a mesa y mantel en los palacios. Semejantes empleados habrán sido del gusto de los príncipes bárbaros de la edad media, pero en el día no es aceptable un enano burlón y estrepitoso, y mucho menos cuando sus ingeniosidades no siempre tienen la sal en su punto. Yo aguanto de buena gana el hazteallá de un hombre rostrituerto, primero que el genio viscoso y pegadizo del que no puede saludar sin prorrumpir en una risotada. Lo mismo da que en vez de reírse alto y grueso, se rían entre las barbas ese ji ji quebrado y nudoso con que algunos pícaros nos embarran el alma, como si nos echaran sobre ella hilos de miel empalagosa y dañina. Huid como del zorro de ese viejo barbirrucio y grasiento que se empieza a reír pausadito y cortado desde que os descubre a una calle de distancia; se ríe al ver un conocido, se ríe al saludarle, al preguntar por salud, por la familia. Le responden que está bien, se ríe; que está mal, se ríe: envía memorias, y se ríe; se va, y se ríe. Algo se había de olvidar, allí vuelve; no se había reído todo. Si su infeliz interlocutor, su víctima, no alarga el paso y tuerce la esquina, le llamará otra vez, para reírse de adición; mientras el cielo le dé barbas, no le ha de faltar una posdata. Me parece que si se las arrancaran de cuajo, dejara de reírse, porque esos ji ji vivarachos y espeluznantes que salen como lagartijas de su boca, necesitan una maleza por donde retozar y esconderse. Le piden un servicio, lo niega riendo; le hacen un favor, lo recibe riendo, y riendo murmura del que se lo acaba de hacer. La risa es el cuchillo con que asesina al ausente, el falso juramento con que engaña al presente. Ancha su cara como la rodela de don Quijote, aborrascadas y cenicientas sus barbas como las de Hudibrás, se ríe hasta con esos ojillos de color celeste. Y cuando habla de queja, cuando rememora la ingratitud de sus favorecidos, los bienes que ha hecho a sus semejantes sin que su propia mano izquierda lo supiese, entonces llora; pero como el llorar de una manera absoluta sería perder tiempo de reírse, llora con el un ojo y con el otro se ríe, como el personaje de Labruyère. La risa no se alberga sola en el laberinto de sus barbas; duerme en la misma cama con la mentira y la difamación, y juntas se levantan muy temprano, para acostarse muy tarde entre las mil sabandijas que pululan en ese chaparro de brujas. Si este viejo se riera alto, grueso, furibundo, como ese otro enano, yo todo lo perdonara, ¡todo! Pero ese reído de culebra, aguloso, quebrado, añudado como un quipo; ese trotecito impertinente e interminable de la boca con el cual se va camino del mal del prójimo, eso no hay quien le sufra. A menos que el del reír aguda se encuentre con el reír gordo y pringoso: éstos sí que se comprenden y complacen de hallarse juntos, para reírse, el uno como violín, el otro como violón; el chiquito, como se riera un elefante; el grande, como se riera un caballo de ajedrez, trocando los frenos en el reír, conformes en el mentir y el difamar."
 




FOTOGRAFIAS DE ARCHIVOS DE LA COLECCIÓN PAPÁ

Luis Mideros - Busto de Juan Montalvo
Fotografía: Hernán Coellar Mideros-Ambato, 19-02-2022
"El más complicado, el más raro, el más originalmente inaudito de todos los prosistas del siglo XIX"  
Juan Valera, escritor español

 

4 comentarios:

  1. Ese texto montalvino de la risa parece extraordinario, esa geometría que une ancestros, mausoleos, tableros, caballos de ajedrez y memoria viva...digna de un investigador apasionado. Gracias por descubrir la Historia

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  2. Felicitaciones Sergio. El ajedrez es un sofisticado intringulis con todas las ramas del conocimiento humano.

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