jueves, 2 de diciembre de 2021

EJERCITO ROMANO

 

ADAPTACION A TREBEJOS 

(hecho a mano)

ORIGEN: CROACIA                                                AÑO: 2021

TREBEJOS BLANCOS:                                   Bronce natural
TREBEJOS NEGROS:                               Bronce azul patina

REY:    90.00 mm

BASE:  25.50 mm

PESO:     85.00 gr

 OBSEQUIO: JUSTO DONEZAR Y NATALIA COELLAR 
 
 

FOTOGRAFIA: SERGIO COELLAR MIDEROS, PAMPLONA, MARZO 2023

 
FOTOGRAFIA: JUSTO DONEZAR L.- PAMPLONA, OCTUBRE 2021
 
 
 


 

Representación de torre con una columna romana rematada con un capitel de orden compuesto
FOTOGRAFIA: CAMILA COELLAR MEDINA - PAMPLONA, NOVIEMBRE 2021


FOTOGRAFIA: NATALIA COELLAR MEDINA - PAMPLONA,OCTUBRE 2021

Justo y Natalia viajaron a Dubrovnik y Split en Croacia.  Cerca del Palacio Diocleciano encontraron una tienda de arteanías.    Justo junto al ajedrez de su elección.  Fotografía: Natalia Coellar Medina, Split-Croacia Agosto,23 de 2021


Croacia bajo el Imperio romano



 
 
Los romanos organizaron la actual Croacia en la provincia romana de Iliria, que abarcaba la mayoría de la Croacia moderna (Istria y parte de la provincia de Italia). Iliria se dividió posteriormente en las provincias de Panonia y Dalmacia en el año 10. Panonia fue dividida a su vez en dos más por Trajano entre 102 y 107.

En el siglo IV el emperador Diocleciano fraccionó más el país. Este emperador era de origen ilirio, de Dalmacia. Otras personas notables de esta región en este período fueron el Jerónimo cristiano, San Marino (el constructor de San Marino), los emperadores Valentiniano I y Valente, y el papa Juan IV.

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, las vías romanas y la población iliria con lenguas románicas (como el istrorrumano o el  dálmata) se mantuvieron. Con la cada vez mayor inmigración, esta población arraigó en las ciudades a lo largo de toda la costa dálmata.
 
 
 
Los tetrarcas: El emperador Diocleciano y sus tres colegas imperiales. A la izquierda, Diocleciano y Maximiano, los dos Augusti (coemperadores); a la derecha, Galerio y Constancio Cloro, los dos Caesars (vicemperadores). Nótese el uso de los gorros "panonios" de lana, normalmente usados (no en combate) por los oficiales del ejército tardío como resultado de la influencia de los oficiales ilirios y tracios. Véase también las empuñaduras de las espadas, que muestran la imagen de una cabeza de águila. Estatua de pórfido en la Basílica de San Marcos, Venecia.

 
Diocleciano  c. 24 de diciembre de 244​ - 3 de diciembre de 311),nacido con el nombre de Diocles, fue emperador de Roma desde el 20 de noviembre de 284 hasta el 1 de mayo de 305. Nacido en una familia iliria de bajo estatus social, fue escalando puestos en la jerarquía militar hasta convertirse en el comandante de la caballería del emperador Caro. Tras la muerte de Caro y de su hijo Numeriano en campaña en Persia, Diocleciano fue proclamado emperador por el ejército.
 
Diocleciano nombró a Maximiano coemperador, otorgándole el título de Augusto de occidente en 285. El 1 de marzo de 293 nombró a Galerio y a Constancio como césares, un título similar al de príncipe o heredero del Augusto. Este nuevo régimen, conocido como la tetrarquía, o «gobierno de cuatro», implicaba que el gobierno del Imperio se repartía geográficamente entre los cuatro gobernantes.
...
Las reformas militares estuvieron encaminadas principalmente a evitar la concentración de tropas bajo un mismo mando, con el fin de evitar posibles sublevaciones. Se desplegaron tropas en gran cantidad de provincias, al mando de duces (duques), oficiales ecuestres. Además, y como ya se ha mencionado, Diocleciano separó el poder político del militar, privando a los gobernadores provinciales de cualquier tipo de mando sobre las tropas.
 
 
El genial Chaplin, en el film "Charlie Chaplin and a Game of Chess" juega la partida con unos trebejos similares a los presentados a los amigos de la Colección.
 
Virginia City players


 
Virginia City players 
27 oct 2016
"En este homenaje al mundo de Charlie Chaplin, los jugadores de Virginia City siguen al amado vagabundo mientras un simple juego de ajedrez se convierte en mucho más de lo que esperaba."
 
 
 
Creo interesante describir el ejercito romano.  Su confromación y estructura y sus tácticas y estrategias, que finalmente le permitieron ser a esa poderosisima maquinaria militar casi invencible y ampliar  el imperio a disitintos confines.

 

Oficiales del Ejército Romano

por Donald L. Wasson, traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez
Publicado el 22 marzo 2021

Texto original en inglés: Officers of the Roman Army

Con la aparición del legionario, el ejército romano fue capaz de mantener un vasto imperio que abrazó totalmente al mar Mediterráneo. A pesar de que el éxito del ejército reposaba sobre las espaldas del soldado de a pie y la caballería, hubo otros en el terreno y en el campamento que permitieron a los primeros prevalecer. Aparte del famoso centurión que permanecía al frente de su cohorte y lideraba a los legionarios en la batalla, había una jerarquía de mando compuesta por tribunos militares, un prefecto de campamento y un legado. En las batallas, junto al centurión, estaban los principales: optio, signifier, aquilifer y tesserarius. Habían otros con habilidades especializadas, que siendo también esenciales, permanecían en el campamento ellos eran los immunes y beneficiari: trabajadores, empleados, topógrafos, arquitectos, ingenieros y ordenanzas. Los legionarios por si solos no hubiesen podido conquistar y defender un imperio sin este apoyo. Juntos hicieron del ejército romano un adversario temido por casi ocho siglos.


Oficiales romanos y porta estandartes
The Creative Assembly (Copyright)
 
Un Ejército Cada Vez Más Profesional

En un principio el ejército romano consistió de una milicia conformada a base de civiles de la clase social que poseía propiedades y eran reclutados solo para servir durante el tiempo de guerra. Había una relación directa entre la ciudadanía, la propiedad y el ejército. Durante el ejercicio como cónsul de Gaius Marius (cerca del 157AEC -86 AEC) y en vista de que las constantes guerras habían agotando severamente al ejército, Marius cambió los requisitos para el alistamiento, reclutando a personas provenientes de distintos niveles sociales, incluyendo a los ciudadanos más desposeídos de Roma. Por otro lado la distinción entre edad y experiencia que existían antes fueron abolidas. De esta forma la anterior milicia se reinventó y se transformó en un ejército profesional. En la nueva organización, el soldado ya no tenía que proveerse de su equipo militar haciendo uso de recursos propios, ahora el gobierno proveía todo lo necesario: armas, ropa y armaduras. Con estos cambios, servir en el ejercito se volvió extremadamente popular entre la clase pobre. El ejército proveía comida, ropa, cuidados médicos y un salario seguro. El nuevo legionario recibió también un mejor entrenamiento y una mejor disciplina, volviéndose más flexible y efectivo.

EL ENTRENAMIENTO EN EL EJÉRCITO ROMANO FUE SUPERVISADO POR UN OFICIAL ESPECIALIZADO, GENERALMENTE EL OPTIO.

Los cambios continuarían a lo largo del periodo imperial. Antes del Emperador Augusto (27 AEC – 14 EC) el ejército romano estuvo constantemente en movimiento. En la medida que el Imperio se expandía a lo largo de Europa y el Oriente Medio, se construyeron fortificaciones para estabilizar las fronteras. Augusto redujo el número de legiones de 60 a 28 siendo destinadas la mayoría de estas a las provincias más conflictivas y a lo largo de las fronteras. Al final, Roma contaba con un ejército de 150.000 legionarios y 180.000 entre infantería auxiliar y caballería. A pesar de la reducción en el número de legiones, la necesidad por legionarios leales prevaleció; sin embargo el proceso de entrenamiento y prolongada evaluación no cambió. En primer lugar todos los reclutas tenían que tener su estado legal validado para evitar que algún esclavo ingresara al ejército. Además del estado legal, eran también consideradas la edad, condición física, educación y ocupación previa. Si el candidato cumplía con todos estos requisitos, el próximo paso sería recibir el signaculum o pieza de metal usada alrededor del cuello con información personal sobre el soldado similar al usado en los ejércitos actuales. A su llegada al campamento asignado, el recluta era sometido a un entrenamiento riguroso antes de convertirse formalmente en legionario.

El Centurión

El entrenamiento era supervisado por oficiales especializados, usualmente el optio (soldado escogido por el centurión para la supervisión de los rangos inferiores). El entrenamiento estaba compuesto de actividades de orden cerrado, simulacros de batallas y combate cuerpo a cuerpo. Las armas usadas para el entrenamiento consistían en espadas de madera y escudos de mimbre. Al margen del entrenamiento para el combate, una de las primeras cosas que el futuro legionario aprendía rápidamente era la dura disciplina. Un legionario tenía que obedecer sin cuestionamientos y si no lo hacía tenía que dar explicaciones al centurión. A parte de sus otras obligaciones, el centurión estaba a cargo de la disciplina, llevando consigo el vitis o caña de la vid con la cual el centurión podía golpear al legionario inclusive por faltas menores. El entrenamiento riguroso, la obediencia y la disciplina dura hacían del legionario un soldado intimidante.


Centurión
Luc Viatour /
www.Lucnix.be (CC BY-NC-SA)
Julio Cesar consideraba que el centurión tenía que ser la columna vertebral del ejército. Convertirse en un centurión podía lograrse por diferentes vías siendo la forma más común la de ascender a través de la jerarquía de rangos, sin embargo miembros activos de la Guardia Pretoriana (fuerza militar de élite por excelencia que en sus inicios tuvo a cargo la protección del emperador y su familia) podían optar al puesto de centurión, mientras que otros eran miembros de la clase ecuestre o caballeros (especie de clase media integrada por plebeyos ricos, básicamente comerciantes) recibiendo sus asignaciones directamente del emperador. En combate el centurión podía ser reconocido por su armadura plateada, espinilleras de metal y el casco con penacho transversal. A diferencia de los legionarios bajo su mando, el centurión usaba su espada o gladius en el lado izquierdo de la cadera y la daga o pugio en el derecho. En formación de combate, el centurión se ubicaba a la izquierda de la primera fila. En el campamento tenía su propio cuarto con letrina a diferencia de la tropa que tenía que compartir barracas.

LA JERARQUÍA OFICIAL DE UNA LEGIÓN REPOSABA SOBRE TRES INDIVIDUOS: EL LEGADO, EL TRIBUNO Y EL PREFECTO DEL CAMPAMENTO.

Para ser un centurión, el candidato ante todo debía estar alfabetizado tal que pudiera entender y transmitir las órdenes escritas, siempre en Latín, a los legionarios. Si bien el centurión era un oficial de rango medio con frecuencia se le asignaban cargos de gran responsabilidad. Podía ser utilizado como oficial de entrenamiento o en servicio administrativo en alguna de las provincias. Frecuentemente serviría hasta en 12 legiones diferentes a lo largo de sus 46 años de carrera. Aunque fue mal visto por varios emperadores, el centurión podía complementar sus ingresos cobrando una pequeña cuota por conceder licencia a los legionarios durante los tranquilos meses de invierno. Una vez pasado a retiro, el centurión además de recibir su paga, podía ejercer funciones como la de ser lector de algún magistrado romano o comandar la Guardia Pretoriana.

Con el apoyo de los principales, el centurión comandaba una centuria de 80 hombres. Seis centurias equivalían a una cohorte, es decir 480 hombres. Cada centuria estaba subdividida en 10 escuadrones de 8 hombres para formar un contubernium. Estos ocho legionarios compartian en el campamento la misma barraca lo que favorecía que creara un lazo fuerte entre ellos. Los ocho luchaban juntos, comían juntos y cuando la situación lo ameritaba, morían juntos. Una legión compuesta de 10 cohortes estaba dividida de la siguiente manera: La primera cohorte tenía 5 centuriones y el doble de legionarios, las 9 cohortes restantes tenían 54 centuriones es decir 6 por cohorte. Cada uno de estos centuriones tenía un titulo específico que en orden descendente eran: pilus prior, princeps prior, hastatus prior, pilus posterior, princeps posterior y hastatus posterior.

Optio Romano
Siôn McElveen (CC BY-S
Los centuriones en la primera cohorte eran los más importante de toda la legión y eran conocidos en conjunto como primi ordines o los hombres de primera clase. La primera cohorte era liderada por el centurión de más alto rango y más veterano de toda la legión; el primus pilus o primera lanza. Este frecuentemente se convertía en prefecto de campamento, debía tener al menos 50 años de edad y solo servía por el lapso de un año. Al margen de convertirse en prefecto de campo, este podía ser ascendido a la clase de los ecuestres o convertirse en gobernador de provincia. Por debajo de éste y dentro de la misma cohorte, quedaban aun cuatro centuriones que en orden descendiente eran: el princeps prior, princeps posterior, hastatus prior y el hastatus posterior.

Los Principales

Los principales fueron legionarios de alto rango que desempeñaban funciones junto al centurión tanto en el campamento como en el campo de batalla. Estos legionarios recibían una paga 1,5 a 2 veces más de la paga normal. Dos de los principales servían como personal adjunto, uno de ellos como cornicularius mientras el otro como optio. En el caso del optio, además de realizar sus funciones de entrenamiento, debía permanecer junto con el hastile en el extremo derecho de la centuria, en la retaguardia, para mantener el orden y evitar deserciones. En casos en los que el centurión no estaba presente, el optio podía tomar su lugar y si se abría una vacante para un nuevo centurión, el optio podía ser promovido para ocupar la vacante. Sin embargo si decidía seguir otro camino, podía en todo caso convertirse en tesserarius; comandante de la guardia encargado de organizar la vigilancia y administrar el santo y seña, el cual se escribía en una tablilla de cera (tessera), siendo responsable por su seguridad y de informarlo a los centinelas. En combate su posición era a la izquierda de la retaguardia de la centuria.



Procesión Romana de la Victoria
The Creative Assembly (Copyright)

 
Cada legión tenía su propio estandarte así que había lugares de gran honor asociados con las distintas banderas e insignias. Entre ellas estaban el vexillarius, portador del estandarte de caballería (vexillum), el signifier, portador del estandarte de infantería (signum), el imaginifier, portador de la imagen del emperador, y el más importante de todos, el aquilifer, portador del estandarte del águila dorada (aquilia). Junto a estos portaestandartes estaban los antesignani, soldados de a pie situados al frente del estandarte y los postsignani, quienes iban detrás del portaestandarte. Un estandarte de uso en los desfiles fue el signum draconis o draco (dragón) llevado por el draconarius. El draco consistía de una cabeza de dragón en bronce unida a una manga multicolor de tela teñida. El draco era portado acaballo por el dracomarius y producía un aullido cuando el jinete movía al caballo con cierta velocidad haciendo pasar el aire a través de la manga de tela. El draco sería usado posteriormente por todas las unidades de caballería romana.

La necesidad de soldados que asistieran al centurión dentro y fuera del campo de batalla proveyó oportunidades para aquellos que tenían la motivación requerida, educación y habilidades. Se podía escoger unirse a la artillería como ballistari (ballestero) y operar las máquinas usadas para el sitio del enemigo. Otra opción era ser decurion, un oficial junior que comúnmente comandaba una unidad auxiliar. Los campamentos y las fortificaciones también tenían su propio personal esencial, generalmente exento de las labores de campo. Estos eran los beneficiari, generalmente veteranos que servían como ordenanzas y empleados (libarius). Aquellos individuos con habilidades especializadas, tales como ingenieros, carpinteros, instructores y personal médico, eran llamados los immunes y recibían una paga adicional por sus funciones. Un campamento o una fortaleza también necesitaba doctores, arquitectos, ministres y veterinarios. También había trompetas (tubicines), cornetas (cornicines) y bocinas (buccinators) quienes servían para transmitir órdenes en las batallas por medio de los respectivos instrumentos de viento. A pesar de todas estas posibilidades un legionario realmente ambicioso aspiraba a ser centurión así le llevase de 12 a 15 años o más, por lo que afortunadamente la prohibición de contraer matrimonio aplicaba a los centuriones y otros oficiales de rango.

El Legado

La jerarquía dentro de la legión descansaba sobre tres individuos. El primero era el legatus legionus o legado, seguido por el tribunus laticlavius o tribuno militar y por último el praefectus castrorum o prefecto del campamento. Designado directamente por el emperador, el legado no era un soldado profesional. Por lo general era un hombre por los treinta años de edad, miembro del orden senatorial y procedente de la elite social y política de Roma. El legado era el comandante de la legión y durante el periodo inicial del imperio, éste solo servía durante dos años en su posición; posteriormente se podría extender su estadía hasta cuatro años. En el campamento, su residencia conocida como praetorium reflejaba su estatus como senador de Roma. Esta tenía jardines, habitaciones para su familia y también para la servidumbre. En el campo de batalla el legado podía vestir ropas finas, casco decorado, armadura, capa escarlata (paludamentum) y una banda escarlata en la cintura (cincticulus). Al igual que otros altos funcionarios imperiales tenía derecho a poseer fasces (era un símbolo de autoridad magisterial confeccionado a base de un paquete de varillas atadas entre si con una hoja de hacha) y lectores; en su caso cinco fasces y cinco lectores. Cuando se ausentaba de la fortaleza, sus funciones eran asumidas por el prefecto del campamento.



Fuerte Romano, Lunt
Snowmanradio (CC BY-SA)

El Tribuno

Había dos tipos de tribunos militares (no deben confundirse con el tribuno de los plebeyos); el tribunus laticlavius o tribuno de bandas anchas, por ostentar una banda púrpura ancha en su toga y túnica, el cual era el segundo en la jerarquía y con posibilidades de formar parte del Senado, y el tribuno augusticlavii o de banda delgada por ostentar una banda purpura delgada sobre su túnica y toga. Cada legión constaba de seis tribunos uno de ellos era laticlavius, mientras que los otros cinco eran augusticlavii. Cualquier joven miembro de la clase ecuestre a menudo veía en el rango de tribuno una oportunidad para hacer carrera, pero lograr esta meta podría llevar hasta nueve años. Aunque no siempre estuvo garantizado, esta carrera por un puesto en el Senado era lograda por un tribuno laticlavius sólo después de servir en la legión de tres a seis años. Por su lado el tribuno augusticlavii no tenía poderes de autoridad ni de mando y se limitaba a tareas tales como asistir en las cortes marciales y comandar labores de vigilancia. Para convertirse en tribuno laticlavius el aspirante tenía que servir primero como prefecto o comandante de infantería auxiliar y caballería auxiliar. En combate y como comandante de unidad, el tribuno laticlavius podía ser identificado por su caso ricamente decorado, la armadura moldeada, la capa blanca y la espada al lado izquierdo de la cadera. Este también podía tener una casa o domus que reflejase su estatus de pertenecer a la elite romana, sin embargo no recibía fasces o lectores.

El Prefecto de Campamento

Después del tribuno, el tercero al mando era el praefectus castrorum o prefecto de campamento. Un ex primus pilus podría servir como comandante de una legión y en ausencia del legado ser el intendente a cargo de la infraestructura del campamento; su construcción, las barracas, las instalaciones, mantenimiento de las armas, los cuidados médicos, las comidas, el suministro de agua así como la fabricación y almacenaje de los materiales de construcción. El cargo de prefecto de campamento fue eliminado en el siglo IV EC.

La legión Romana y los legionarios se han vuelto tema de leyenda imitados a lo largo de los siglos. El legionario ha sido repetidamente aclamado por su valor y aguante en la batalla. A su lado, en el combate, estaba el centurión, líder dentro y fuera del campo. Sin embargo mientras estos hombres fueron celebrados y emulados hubo una gran cantidad de individuos en el campamento, y junto a los legionarios en el combate, que de alguna manera han sido olvidados pero que fueron vitales para el éxito del ejército Romano, estos eran los immunes, beneficiari y los principales. Todos ellos ayudaron a Roma en la conquista de un imperio que abarcó el Mediterráneo en su totalidad.

Bibliografía
Campbell, Duncan B & Delf, Brian. Roman Legionary Fortresses 27 BC–AD 378. Osprey Publishing, 2006.
Carlos Gómez (Editor). The Encyclopedia of the Ancient Roman Empire. Amber Books Ltd, 2019.
Connor Whateley. An Introduction to the Roman Military. Wiley-Blackwell, 2021
Dando-Collins, Stephen. Legions of Rome. St. Martin's Press, 2010.
Goldsworthy, Adrian. The Complete Roman Army . Thames & Hudson, 2011.
Hornblower, Simon & Spawforth, Antony & Eidinow, Esther. The Oxford Classical Dictionary. Oxford University Press, 2012.
Nigel Rodgers & Hazel Dodge. Roman Empire. Metro Books, 2021.
Pollard, Nigel & Berry, Joanne. The Complete Roman Legions. Thames & Hudson, 2012



 

Las legiones imperiales

 
Legión: La legión estaba formada por 10 cohortes y una unidad de caballería de 120 jinetes (Equites legionis) para exploración y mensajes. Esto supone unos 5.240 hombres sin incluir a los mandos. La estructura de la legión es similar a la de la última época de la república, siendo el cambio más significativo la ampliación en la segunda mitad del siglo I d.C. de la primera cohorte de cada legión, pasando a contar con cinco centurias dobles de 160 hombres cada una. Por ello, la primera cohorte, aquella que protegía el águila, el estandarte de toda la legión, pasó a tener 800 hombres.

Cohorte: Unidad formada por 6 centurias con un total de unos 480 hombres sin incluir los mandos, (cohortes de la 2 a la 10). La 1ª cohorte estaba formada por 5 centurias, cada una de ellas formada por 160 hombres, lo que daba un total de 800 hombres sin incluir los mandos.

Centuria: unidad de 80 hombres (10 contubernios).

Contubernio: grupo de 8 hombres.
 
 

 

LEGION ROMANA

MANDOS DE LA LEGION

EL SOLDADO Y SU IMPEDIMENTA 

 

Las legiones al final del imperio

 


 
Bajo el gobierno de Diocleciano (284-305 d.C.), la legión se reorganizó nuevamente. De entrada, por primera vez en su historia, Roma divide a su ejército en dos tipos: las tropas de frontera (limitanei) y de campaña (comitatenses). Las primeras se disponían a lo largo del limes fronterizo y, pese a ser las herederas directas de las antiguas legiones, eran tropas poco profesionales, pues solían compaginar sus obligaciones militares con otras labores, tales como las agrícolas, de cara a poder conseguir su sustento económico. Eran poco mas que una milicia local, de carácter puramente defensivo.

Las tropas de campaña por contra formaban la elite del ejército. Numéricamente eran menos importantes que las de frontera, pero eran mas profesionales y mejor equipadas, contando además con una importante dotación de caballería. La guardia imperial o palatini eran los herederos directos de la ya disuelta guardia pretoriana y formaban la elite dentro de los comitatus o ejércitos de campaña, acantonados en determinados lugares de importancia estratégica.

Respecto a la organización de las nuevas legiones, esta varió notablemente. Ahora eran mucho mas numerosas, pero contaban con menos efectivos, entre 1000 y 1300 legionarios. Paradójicamente, no se sabe casi nada de la organización interna de estas legiones, solo sabemos que seguía dividiéndose en cohortes y centurias, aunque, lógicamente se debió variar su composición numérica.

Por otro lado, las tropas auxiliares de apoyo se denominaban auxilia y estaban formadas por unos 500 hombres. Tras concederse la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio en el año 212 d.C., obviamente la distinción entre legiones, formadas por ciudadanos romanos (gentes romanizadas) y cohortes auxiliares, formados por habitantes del imperio que no poseían la ciudadanía, desaparece. Ahora las legiones podían estar formadas por elementos culturalmente mas dispares.

Aparte de esto, se confiaba la defensa del imperio a los ejércitos de los foederati, aquellos pueblos bárbaros a los que se permitía vivir dentro las fronteras del imperio, a cambio de prestar apoyo militar. A medida que el proceso de descomposición política y económica del imperio fue avanzando, cada vez se dependía mas de este tipo de tropas. Paralelamente a este proceso, se da el hecho de la paramilitarización de la sociedad: a medida que el estado disponía de menores recursos económicos para poder organizar de un ejército efectivo, los terratenientes locales comienzan a crear sus propias tropas personales, los llamados bucellarii.

Tras la división definitiva del Imperio Romano en el año 390, ambas nuevas entidades políticas recién surgidas sufrirán una suerte muy dispar. El Imperio Bizantino, compuesto por una sociedad eminentemente urbana y prospera, se muestra capaz de mantener un ejército profesional eficiente, lo cual permitió su supervivencia mil años mas. Por contra, el Imperio Romano de Occidente, compuesto por una sociedad rural en la cual tienen cada vez mas importancia la aristocracia local, cuyos intereses económicos y políticos cada vez tienen menos que ver con los de Rávena, se muestra incapaz de hacer lo mismo, dependiendo cada vez mas de los ejércitos de pueblos bárbaros foederati, los cuales finalmente acabarán mirando tan solo por sus propios intereses